Escritores Club forma parte del portal de literatura Escritores Libres y pretende convertirse en una propuesta cultural innovadora, capaz de ofrecer al lector la oportunidad única de conocer sus autores favoritos y dialogar con ellos directamente, sin intermediarios. Hemos reunido los mejores escritores independientes del panorama literario actual, dispuestos a ofrecernos su talento y sus valoraciones, no sólo sobre sus obras, sino sobre la literatura en general y el mundo que la rodea.

Esperamos que encontréis aquí respuestas a algunas de vuestras inquietudes y también un momento de esparcimiento, acompañados de la mejor literatura.

viernes, 30 de mayo de 2008

Vuelo en Libertad la poesía

Vuelo en Libertad la poesía

!Oh voy admirando hermosuras!
navegando en fehaciente navío;
mi corazón cubierto de rocíos
germinando en mi alma pura.

¡Cuántas fueron mis mañanas duras!
el alba que llegaba con mucho frió;
me congelaba el temor, casi desvarío
más hoy se alejan de mi las dudas.

Ahora voy como orador elocuente
me es posible, sin miedos soñar,
y el futuro me aparece sonriente.

Descansa mi sentir en la asidua necesidad
de la igualdad; y lograr ayudar a la gente;
hoy tan solo soy yo, y vuelo en libertad.

Que llegue mi mensaje, como lluvia torrente.

Autor: Francisco J. Cartagena Méndez
El Jimagua

Incluida en mi poemario 'Vuelo en Libertad

Adquierelo en: www.lulu.com/content/2369184

http://jimagua.blogspot.com/

Espero sus opiniones!!

jueves, 29 de mayo de 2008

"¡No vivas, que te puedes morir...!"

(un relato sobre meditación)

"¡No corras, hijo, que te vas a caer! ¡No corras... por favor! ¡Ves, te dije que te caerías! ¿Porqué no obedeces a tu madre, hijo?"

El hijo se levanta todo machucado, un insignificante hilo de sangre recorre su rodilla, y mira estupefacto a la madre. Entonces piensa: ¡Qué increíble mi mamá! ¿Cómo sabía que me iba a caer?

Su pensamiento toma lugar en una fracción de segundo, de tal modo que el niño no advierte que está pensando lo que piensa. Tampoco sabe que su madre no sabía que él se iba a caer, sino que provocó su caída. Su madre tampoco lo sabe. Ella cree que posee una habilidad especial para detectar el momento en que algo malo le está por ocurrir a su hijo, y el motivo. Pero no es así. Ambos se equivocan.

Lo que la madre hace, inconscientemente, es programar la caída del niño. Diciéndole repetidamente que si "corre" se "caerá", no hace más que programar en la mente del niño, la acción y su consecuencia, de tal modo que, si el programa está bien hecho, resulta convincente y es receptado (aunque sea a nivel inconsciente) por el hijo, el niño tropezará y caerá ineludiblemente. Es más, el programa tiende a quedar grabado en la mente del niño de tal manera, que es posible que le quede una fuerte tendencia a "caer" cada vez que "corra".

Hace muchos, muchos años, vivía una humilde familia en una hermosa y verdeada colina pero fuertemente azotada todos los años por las bajas temperaturas del invierno. El único hijo del matrimonio solía enfermar con cuadros de alta temperatura cada vez que, no habiéndose abrigado con y su bufanda de gruesa lana que debía cubrir su cuello, tomaba frío. Y no importaba si se hubiese procurado más abrigo aún del que aquella prenda le procuraba. Si entre las mismas no llevaba su "bufanda", el niño caía enfermo y la fiebre empezaba a apoderarse de todo su pequeño cuerpito.

Muchos años después, un día, durante sus acostumbradas horas en que practicaba meditación empezó a percibir los mismos síntomas que año tras año le habían revelado siendo niño, que empezaba a enfermar. Pero esta vez se encontraba meditando dentro del recinto del centro de meditación, y estaban en primavera. El ya joven adolescente sabía que estas cosas podían suceder durante su práctica, la que llevaba largos años realizando. Esto le permitió mantener la serenidad, continuar meditando y observar.

El joven se mantenía sentado sobre el piso de madera, cruzado de piernas, sus brazos a los costados, el torso erguido, pero su rostro enrojecía considerablemente. Gruesas gotas de sudor recorrían su cuerpo desde la rasurada calvicie de su cabeza, mientras toda su piel brillaba empapada. Pero el joven esperaba tranquilo, sabiendo que la Madre Naturaleza haría contacto con él antes que desvaneciera.

La energía del desacomodamiento flotaba inquieta en el recinto provocando la turbulencia adecuada en el círculo de influencia de los demás meditadores. El maestro percibía claramente las ondas de perturbación provenientes del campo magnético del joven. Todos permanecían con sus ojos estrictamente cerrados, lo que les permitía ver más claramente y mejor. Sin necesidad de tímpanos, el silencio se escuchaba nítidamente. El joven comenzó a escuchar desde lo lejos pero con absoluta claridad, la voz de la madre, muerta hacía siete años:

"Hijo, hace mucho frío, ponte la bufanda que te he tejido, o enfermarás".

Una y otra vez el joven meditador debió escuchar la voz de la madre repitiendo las mismas palabras. Una y otra vez las escuchó complaciente, hasta que la voz fue desvaneciéndose en el silencio. Sus compañeros de meditación sintieron la desconexión oportuna de dicha energía. El maestro guiaba el acontecimiento desde su inmensa quietud interior, con la seguridad que otorga saberse parte de la unidad del todo.

El joven meditador, al llegar a su cabaña apostada en la cima de la colina, la misma donde había nacido, pero ahora habitada por él, su compañera y su hijo, sintió el intenso calor proveniente de los leños de la chimenea encendida y el que también le llegaba de su esposa y su pequeño hijo, los que apuraron el paso para ir a su encuentro y abrazarlo. Una vez en su habitación, tomó la legendaria bufanda tejida por su madre, besó su gruesa lana y se la entregó a su mujer.

A la mañana siguiente, una de las más frías de ese año, temprano, luego de ofrecer un suculento y nutritivo desayuno a su hijo, extendiendo sus brazos hacia él, la joven madre le ofreció: "Hijo, si quieres puedes ponerte la bufanda que la abuela tejió a tu padre."

El hijo, en esa oportunidad, la tomó entusiasmado y envolvió su cuello con ella. No siempre que hizo frío la llevó. Pero de todas maneras, por no llevarla nunca enfermó.

A veces, el sólo concientizar esta situación, descubriendo que la enfermedad proviene de un programa involuntario realizado por otra persona y ajeno a nuestra propia voluntad, resulta suficiente para razonar y entender que la enfermedad no proviene de nuestra actitud y entonces caerá automáticamente la relación causa-efecto grabada en nuestra mente y nunca más enfermaremos por dicha causa. Otras veces, esto no resulta suficiente. Existen métodos de meditación, control de la mente y otros que podrán ayudarnos a borrar por completo y para siempre tal programa y grabar otro de nuestra apetencia que nos impida enfermar por aparentes situaciones que parecieran causar la enfermedad.

Rudy Spillman

http://libroabiertorudyspillman.blogspot.com

miércoles, 28 de mayo de 2008

¡¡¡Las llaves dentro, el coche cerrado y yo fuera!!!

Al ritmo que se vive la vida hoy en día, son muchas las personas y también los momentos en que realizamos una actividad mientras pensamos en otra cosa. Preocupaciones, preocupaciones... no hacen más que traernos otras preocupaciones. Bien lo dice la misma palabra: "pre-ocuparse", es decir, "ocuparse" antes de tiempo. Vivimos adelantándonos al tiempo. Y si esa actividad que realizamos es sencilla y automática, por vernos ejecutándola, a veces varias veces al día, pues con más razón nuestra mente se largará a volar por los amplios vericuetos de nuestras preocupaciones. Y mientras nuestra mente nos fastidia con cosas que vendrán o que quizás ya han sucedido, hemos cerrado de un portazo el coche, al salir, dejándonos las llaves dentro.

Seguramente, al advertir el hecho, casi de inmediato junto con el portazo, nos agarraremos la cabeza, advirtiendo que tenemos frente a nosotros una nueva preocupación, pero real e inmediata.

Bueno, pero tranquilicémonos porque la nueva preocupación no debe ser tal. Luego de observar el vídeo, hasta podremos decidir dejar las llaves dentro del coche, adrede, cada vez que se nos ocurra. Tan sencillo nos resultará resolver el problema.

Aunque no estemos en el tradicional RINCÓN DE HUMOR, me permitiré contar la siguiente historia:

Eran dos tontos que hablaban uno al otro a los gritos. Uno de los tontos le dice a su amigo:

"¡He cerrado la puerta del coche y me he dejado las llaves dentro!"

"¡Pues llama a un cerrajero, hombre!", le contesta el compañero, a los gritos.

Así se lo pasan ambos, durante media hora, intentando a los gritos encontrar la idea adecuada para resolver el problema en ese momento o que algún transeúnte de paso, les pueda dar una mano.

Una joven señorita que pasa por el lugar, escuchando los gritos, se les acerca:

"¿Qué les ha sucedido?", pregunta intrigada.

A lo que uno de los tontos, responde, ya no a los gritos y sintiéndose vencido:

"He cerrado la puerta del coche, olvidando las llaves dentro..."

La señorita lo mira sorprendida, mira al otro tonto, vuelve a posar su sorprendida mirada en el primero, y agrega:

"¿Porqué no le pide a su compañero que abra la puerta desde adentro?"


Rudy Spillman

http://libroabiertorudyspillman.blogspot.com

lunes, 26 de mayo de 2008

Un escrito sin gracia

Un escrito cualquiera
Sin poesía ni prosa, solo letras
Uno sin reglas
Solo el fondo que representa
Uno de paz y convivencia
Contra el terror, contra la guerra interna
Sin más os dejo entre sus letras
Sin poesía ni prosa ni reglas.

Podría escribir mejor, sé que podría
Podría debo y debería
Podría conformarme, no importarme
Podría ser y aún así no sería
Podría ser que más gustase
Podría ser, qué más daría
Peor sería si la crítica no aceptase
Podría sí, e igual daría

Hay quién quiere lastimarte
Algunos con razones, pero todos ignorantes
Los hay que hiriendo se sienten grandes
más listos, muy importantes
Los hay que siempre dicen algo
A veces cierto y otras no tanto
Pobre de aquel que entra al trapo
Que les escucha, y hace caso

Se tu mismo a tu manera
Si te empujan lucha y pelea
Se tu mismo puedas o no puedas
contra viento y contra marea
As caso al que algo te enseña
No seas tonto y andes a ciegas
Y de aquel que intente herirte, no lo mires tan siquiera
No seas tonto y un cualquiera
No seas el bobo que empezó una guerra.


Víctor G.Pérez

Ante prejuicios, que reine el amor

Ante prejuicios, que reine el amor

Dicen que el amor no conoce barreras,
ni de edades, tampoco de prejuicios
mas si que se juzga las apariencias
también la edad. ¡Que cinismo!

Si los sentimientos reinaran libres
Abarcando el corazón y el alma;
De seguro en lo alto se elevara
Con sentir fehaciente el pitirre.

Alejando la cruel soledad de corazones;
de hombres y mujeres que son victimas
del rechazo; ¡que les devuelva la vida!
y el querer, mas allá de equivocas razones.

Mas vale una persona por lo que es
que por aquello material que tiene;
oro es el corazón, el sentir y el alma,
nada de valor tiene el materialismo
y del oportunismo la vil hazaña.

Que reine el amor…

Francisco J. Cartagena Méndez
El Jimagua

http://jimagua.blogspot.com/

Incluida en mi poemario 'Vuelo en Libertad'

Adquierelo en: http://www.lulu.com/content/2369184

Eterno hechizo de amor - poesia romantica

Hechizo eterno de amor

Ríen las montañas, cantan las riberas
de asidua locura, arde el corazón.
Gozan los ríos a montón,
de amores, de verdad eterna.

Como esa que nació de la ilusión
habida en tu radiante sonrisa
que de una, cambió mi vida,
de tus besos, el dulce sabor.

En fuego, renacen dos volcanes
despierta, incandescente pasión;
a flor de piel, exuberante el calor
y infinitos se tornan los mares.

Tuya es mi alma, y mi mirada
tuya mi pasión y mi cuerpo;
tuyos son mis te quiero
y una canción encantada.

Eterno hechizo de amor
magia erudita y fehaciente,
nuestro querer, floreciente
del libro sagrado, el corazón.

Derechos Reservados - El Jimagua

RECUERDA QUE ESTA A LA VENTA MI PRIMER POEMARIO, PARA COMPRARLO VE A: http://www.msplinks.com/MDFodHRwOi8vd3d3Lmx1bHUuY29tL2NvbnRlbnQvMjM2OTE4NA== MI BLOG POETICO: http://jimagua.%20blogspot.%20com/

Espero sus opiniones

CONCURSO CUENTAME UN CUENTO

La Dirección General de Tráfico convoca el
Concurso “Cuentame un cuento”- I edición, con el
objetivo de potenciar la educación vial
destinada al público infantil y hacer partícipes a
todos aquellos, que a través de su creatividad
puedan plasmar dichos contenidos con
narraciones breves y sencillas en la que se
relaten historias reales o ficticias del tema en
concreto.


HASTA EL 15 DE JUNIO DE 2008

Bases y Premios:

domingo, 25 de mayo de 2008

RINCÓN DE HUMOR

Asistencia técnica

El marido está cómodamente viendo la televisión.

De pronto, su mujer entra a la casa y le pregunta:

“Querido, ¿Puedes revisar mi coche? Está descompuesto

a una calle de aquí”

Él la mira y responde:

“¿Arreglar el coche? ¿Acaso tengo estampado el logotipo de

CHEVROLET en mi frente?”

La esposa le dice:

“Entonces, ¿puedes arreglar la puerta del refrigerador?

No está cerrando bien”

Y el responde refunfuñando:

“¿Arreglar la puerta del refrigerador?

¿Acaso tengo estampado el logotipo de LG en mi frente?”

“Está bien”, responde ella.

“¿Puedes al menos cambiar la bombilla eléctrica

que está afuera?

Hace semanas que no funciona”

Y el marido le dice:

“¿Cambiar la bombilla eléctrica? ¿Acaso tengo estampado

el logotipo de PHILIPS en mi frente?”

Ella lo mira con decepción y tristeza.. Pero el marido enojado le dice:

“Ya me fastidiaste la tarde con tus problemas. Mejor me voy al bar.

Allá estaré mejor”

Y se va al bar a beber hasta la noche.

Pero después le entra el remordimiento y decide regresar

a casa a ayudar a su esposa.

Cuando llega, ve el coche arreglado y en la cochera.

También la famosa bombilla eléctrica está funcionando.

Va a la cocina y nota que la puerta del refrigerador también

ha sido reparada.
“Querida, ¡Todo está funcionando bien!

¿Cómo lo hiciste?”

Pregunta intrigado.

"Pues mira, cuando te fuiste al bar me senté afuera de la casa

y me puse a llorar. Entonces un joven muy simpático

me preguntó que me pasaba y yo le conté.

Se ofreció a ayudarme en todo.

Pero como pago por sus servicios,

me dio a escoger entre:

-) Irme a la cama con él, o…..

-) hacerle una hamburguesa”
El marido pregunta despreocupado:

“Entonces, ¿Qué tipo de hamburguesa hiciste para él, mi amor?"

“¿Hamburguesa?
¿Acaso tengo estampado el logotipo de McDonald’s
en mi frente?”

MORALEJA

Quien no brinda asistencia técnica oportunamente,

le abre espacio a la COMPETENCIA.

Rudy Spillman

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sábado, 24 de mayo de 2008

MILAGRO EN LA SELVA

El mundo animal en la selva salvaje. Un pequeño búfalo es atrapado por cinco leones, cayendo aquel a las aguas junto con dos de las fieras. Éstas se lo disputan con un cocodrilo. Pareciera estar todo perdido. Pero no. Una considerable cantidad de búfalos llegan en defensa del pequeño. Es un espectáculo ver a las fieras convertidas en gatitos. En estos casos, no hay como la familia.

Tengo la alegría de informar que en el vídeo no existen imágenes que puedan herir la susceptibilidad del observador, y que el final, como en los cuentos de hadas, es feliz. En la selva, también existen los milagros.

Rudy Spillman

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viernes, 23 de mayo de 2008

Alejandro Dumas + 200 años = Dan Brown

Acabo de leer Ángeles y Demonios. Lo tenía en mente desde que leí El código da Vinci y decidí leer ambos para conocerlos antes de ver estrenadas las películas. Lo hago así porque nunca me gusta leer los libros adulterados con las imágenes de las películas. Prefiero crearlas yo mismo, hacer a los personajes y las secuencias como mi mente quiera verlas.
Entre ambos libros leí La conspiración, y fue con este cuando comencé a pensar: "¿A quién me recuerda este tipo en su forma de escribir?"
Tiene un aire con Robin Cook, pero un aire, hay algo más; me recuerda a...

Exactamente, a Alejandro Dumas. ¿Por qué?
No sé si habrá quien esté de acuerdo conmigo o si directamente me estoy estrellando en el asfalto, pero yo lo veo así.
Alejandro Dumas se hizo famoso por sus novelas -hoy hotóricas- escritas a modo de folletines. Es decir, escribía novelas por entregas, lo que le obligaba a captar la atención del lector cada semana.
Se notaba principalmente en el modo de terminar los capítulos. Y lo hacía como Dan Brown. Esa forma de cortar el hilo, de mantener la tensión entre capítulos y de obligarte a seguir a pesar de estar casi muerto de sueño o con los ojos más rojos que la sangre.
Esa forma de narrar que, a pesar de que Dan Brown no te guste, hace que no puedas parar. Ese gancho.

Eso tienen en común. Pero si hubiesen vivido juntos...

jueves, 22 de mayo de 2008

HISTORIA DE UN LETRERO

Un extraño cambia la vida de un no vidente, modificando el lenguaje de un simple letrero, pero que en el fondo trae implícita una enseñanza sobre "autovaloración", la que provoca un mayor respeto por parte del prójimo.

Proyecto Educar ha tenido la gentileza de enviarme el cortometraje que yo deseo compartir con el lector.

A continuación, el vídeo del último cortometraje de Alonso Alvarez Barreda, titulado Historia de un Letrero (The Story of a Sign), realizado en Mexico/U.S.A. y ganador del Fourth annual Short Film Online Competition - Cannes 2008, otorgado por la NFB, en asociación con the Cannes Short Film Corner y YouTube asociado.

Cuatro minutos y cincuenta segundos de sensibilidad, empatía y amor al prójimo.

Rudy Spillman

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UN DESTELLO EN LA OSCURIDAD

Aquí tenéis otro relato mío, esta vez trata sobre la memoria, la realidad y la ilusión.


UN DESTELLO EN LA OSCURIDAD


Siempre que empieza mi turno de trabajo está allí, con la mirada perdida en el vacío. No se qué estará mirando o con qué estará soñando pero espero que sea algo hermoso, algo que realmente valga la pena. Conozco suficiente medicina para saber que no es así, pero no puedo evitar pensarlo.

El anciano está enfermo por eso está en ese asilo esperando la muerte. ¿Pero acaso no es preferible tener la esperanza de que en su mundo esté feliz? Bastante dura es la realidad.

Cuando me miro a mí mismo sólo encuentro un vacío que me atormenta y me impide seguir adelante. A mis cuarenta años puedo decir que mi vida a sido un continuo fracaso con tan sólo unas pocas alegrías en este mundo de tristeza, egoísmo y dolor.

Algunos días, cuando sé que ya no puedo aguantar más, llego más temprano al trabajo y me siento al lado de ese anciano desconocido y desposeído de todo aquello que le daba humanidad. Sus ropas son las típicas de hospital ya que no tiene dinero ni ningún familiar conocido que le quiera, su cuerpo está consumido por la edad, sólo le queda la fuerza necesaria para sentarse en su ajada silla de madera, la única posesión que se llevó al centro y su mente... su mente prácticamente está vacía, sin recuerdos, sin nada que le alivie en su soledad.

A veces creo que le hablo de mis problemas y de mi pasado sólo porque sé que al cabo de unos minutos no se acordará de nada, aún así me gusta la forma en la que te mira, es como si todo lo que le queda de su mente se estuviera esforzando por escuchar, por mirarte, por decirte que te entiende ya que su vida ha sido igualmente destrozada.

Cuando empecé a hablarle por primera, fue una experiencia única. El paciente aún no tenía la mente totalmente carcomida por la enfermedad y tal vez llegó a entender algo pero no me importó, estaba tan roto por dentro que necesitaba desfogarme con alguien, un desconocido a ser posible. Mis amigos sólo sabían darme consuelo no la ayuda que tanto anhelaba.
Recuerdo exactamente lo que le dije, palabra por palabra. “No puedo seguir viviendo más” así empecé, sin presentaciones, directo al grano. Estaba demasiado centrado en mi dolor para andarme por las ramas. “Ha ocurrido un accidente, algo terrible. Mi mujer y mis dos hijos están muertos... bueno mi hija está en el hospital los médicos dicen que está grave pero que sobrevivirá. No puedo aceptarlo ¡no puedo! Hace tres días me despedí de ella, se iba por unos días a hacer un reportaje y como yo estaba demasiado ocupado trabajando se llevó a los niños con ella. Me dijo que no me preocupara que para ellos eso sería unas pequeñas vacaciones. Debí entender lo que me decía ¡que estúpido soy! Clara deseaba que me quedase con los pequeños o que le dijese que me iba con ella tal y como le había prometido. ¡Si hubiera estado con ellos! Tengo la sensación de que entonces las cosas habrían ocurrido de otra manera, seguro que ahora estaría viva. La policía me ha dicho que ella estaba conduciendo de noche cuando otro coche invadió su carril. Un típico accidente producido por un crío borracho pero no puedo evitar pensar que ella odiaba conducir de noche, yo tendría que haber estado junto a ella para apoyarla y no lo estuve...
Me siento tan culpable por lo que ha pasado que no puedo seguir viviendo. Mi pequeña morirá, lo presiento. Ese es el precio por haber sido tan egoísta, por haber interpuesto mi trabajo en este maldito asilo público antes que a mi familia, no merezco vivir y lo sé. “
No pude continuar, mi voz estaba rota y mi cara mojada por las lágrimas. Sacar todo a la luz no me estaba ayudando, sólo me hacía sufrir más y más convenciéndome de que no existía otra solución que la muerte.

Entonces el anciano posó su frágil mano en mi hombro. ¿Fue un gesto de compasión? ¿De apoyo? ¿Tal vez me quiso decir que él me entendía y que no debía rendirme? ¿Que debía de seguir viviendo tal y como él estaba haciendo?
Temo que todo eso sean invenciones mías, que ese sencillo movimiento fuera tan sólo una pura casualidad pero eso me dio esperanza, me hizo ver que la vida tenía un poco de sentido, el suficiente como para seguir en este lado para cuidar a mi hija la cual, ahora, estaba convencido de que sobreviviría.

Después de aquello hubo muchas otras conversaciones y yo siempre me convencía de que me estaba escuchando, de que había vislumbrado una chispa de reconocimiento en sus ojos, de que cuando yo estaba con él nos unía un vínculo especial.
Poco a poco le fui desgranando mi vida. Curiosamente empecé al revés, siguiendo el mismo proceso de degradación del anciano. Al igual que él, empecé recordando el presente y poco a poco me fui acercando a mi pasado.
No me dejé nada en el tintero. Primero le conté mi vida en pareja, las alegrías y las decepciones, la mágica sensación de tener a tu hijo recién nacido entre tus brazos, los nervios y las dudas al casarse, el amor infinito y las promesas de eternidad, esa sensación extraña de ver a una desconocida y saber que estás enamorado de ella. Luego llegué a mis años de estudiante, a todas aquellas noches en blanco preparando exámenes, a todos aquellos días en los que mi único pensamiento era qué fiesta se celebraría por la noche y a qué chica intentaría llevar a la cama. Aquellos fueron los años en los que más dudé sobre mi futuro y sobre lo correcto de mis decisiones.
Así poco a poco llegué a mi infancia, a lo poco que recordaba. Las imágenes que me vienen a la cabeza son todas de seguridad, de días felices en los que nada importaba, en los que la única cosa realmente importante era que tu madre te abrazara y te demostrara todo el amor que sentía por ti. A veces me gustaría volver a esa época, sería bonito volver a ser un niño despreocupado que no pensaba en lo desgraciado que llegaría a ser en el futuro.

Hoy he venido temprano, tengo ganas de contarle a mi anciano desconocido algo que he recordado hace poco. Es algo importante lo sé y tengo que decírselo antes de que me olvide...
La sensación de pánico me sube a la garganta ¡no está! ¿Qué ha sucedido? ¿Acaso le habrá pasado algo? Anonadado empiezo a recorrer los pasillos blancos, abro todas las puertas que encuentro sólo para encontrarme con caras desconocidas. Mujeres y hombres vestidos de blanco me gritan cosas que no entiendo, en mi cabeza sólo existe la imagen de ese anciano al que he de encontrar porque sé que lo que quería explicarle era algo muy importante, una revelación. Decidido me dirijo a la zona médica dónde sólo hay moribundos o enfermos que se niegan a aceptar que ha llegado su hora de morir.
Me encuentro desorientado, perdido en una marea de aparatos médicos, camillas y pasillos que no terminan nunca. Los rostros se van difuminando no sé si ya he visto a esa anciana refunfuñar ante la televisión o si ese enfermero es el que me ha gritado antes. ¿Dónde estoy? ¿Qué hago aquí? Una revelación eso era, algo tan importante que se lo tenía que contar a alguien.
Al cabo de un tiempo que a mí me parece infinito, tres hombres sonrientes me rodean dejando un pequeño pasillo para que se acerque una mujer. Todos visten de blanco, todos son la imagen de la perfección, todos tienen bonitas sonrisas en la cara semejantes a máscaras. No puedo confiar en ellos, son peligrosos quieren atraparme e impedir que me encuentre con mi amigo el anciano. Trato de debatirme, de escapar del cerco pero son más que yo y todo acaba en un patético intento, no entiendo cómo me han podido reducir con tanta facilidad. ¿Acaso soy débil?

La misma mujer sonriente me coge del brazo y me susurra palabras tranquilizadoras mientras me guía por unos lugares que no reconozco ¿he pasado por aquí antes? ¿cuando? No, yo trabajo aquí, seguro que esta zona es nueva y aún no he tenido tiempo de visitarla. Seguro que es eso.
Avanzamos poco a poco y yo me impaciento ¿porque mi acompañante se empeña en cogerme del brazo mientras camino? “Puedo caminar yo sólo gracias” le digo tratando de deshacerme de ella. Su única respuesta es otra cara brillante y más palabras tranquilizadoras, no entiendo nada, no sé qué está pasando pero no me gusta. Quiero marcharme de allí, las paredes me agobian, no he encontrado a quien buscaba y dentro de poco empezará mi turno. No quiero que esa desconocida me conduzca a ningún lado, he de encontrar el sitio donde está guardada mi ropa, sé que está aquí cerca pero la mujer de blanco insiste en que la siga acompañando.

Pasa un rato más, no sé si es mucho o poco, y llego a la sala dónde empezó mi búsqueda. Para mi propia sorpresa hacen que me siente en una ajada silla de madera y tras decirme algo más que no entiendo la enfermera se marcha. Por el rabillo del ojo me parece ver una mueca de tristeza en la mujer pero no entiendo porqué.

Mi mirada se fija en la nada y me quedo un rato así. Tengo la sensación de que sé cual era la revelación que tenía que decirle a mi amigo pero mi mente lo descarta rápidamente y se olvida de ello. Prefiero quedarme aquí, sentado en esta vieja silla esperando a que venga mi amigo para poder contarle más cosas de mi vida. Mientras, practico en voz alta lo que me gustaría decirle, tengo que explicarle la dulce sensación de estar en los brazos de tu madre mientras te acuna. Esa es una buena historia pero he de esperar. Seguro que vendrá... ¿pero quién ha de venir? ¿Alguien importante? Quiero mirar alrededor pero estoy asustado ¿dónde estoy? ¿A qué espero? ¿Qué hago aquí sentado en una silla de madera? ¿Quién soy?

Gemma Edo
Blog personal de relatos: Crónicas desde el no-tiempo

miércoles, 21 de mayo de 2008

Te de la esperanza

Te de la esperanza

Preparo un te de manzanilla
busco conciliar, amargo sufrimiento.
De niños abusados y su sentir;
arduo y cruel destino van viviendo.

Preparo un te de respeto
busco olvidar relato del noticiero.
Un hombre a su esposa ha asesinado
son de la vida tristes sucesos.

Preparo un te de igualdad
un homosexual se mira al espejo.
Maldice y evita su verdad
condenan y opacan su sentimiento.

Preparo un te de libertad
han bombardeado un país entero.
Nación bañada en sangre
se abren las puertas del infierno.

Preparo un te de cambio
un adolescente mordió el anzuelo.
envuelto en el mundo de las drogas
por su cura va sediento.

Preparo un te de limpieza
playas y ríos convertidos en basureros.
De aquellos que en su ignorancia
convierten bellezas en estiércol.

Preparo un te de esperanza
con hojas de un cierto deseo.
De agua cristalina, la esperanza
sea la paz en el mundo entero.

Autor: Francisco Javier
El Jimagua

http://jimagua.blogspot.com/

Espero vuestras opiniones!!!!

Cuaderno de viajes. Marrakech I. La noche marroquí. Plaza Djama El Fna.


Un homenaje a Paul Bowles.

Ruido. Excesivo ruido. Coches viejos. Motocicletas viejas. Gente andando de un lado para otro. De allá para acá. Sin destino aparente. Vida. Continuidad. Ir y venir de cuerpos, de miradas, de deseos. La luz es distinta. Casi quema. La luz es pura. De un amarillo tan intenso que duele. Casi marrón. Como la arena. Como el desierto. La luz es el desierto. El desierto es la luz. El desierto es la ciudad. La ciudad es la luz. La ciudad son las personas. Las personas son la ciudad. Las personas son el desierto. Y un río humano cruza la plaza. Día y noche. Nunca para. Colores. Mil y un colores que atraviesan las retinas y se instalan en el cerebro con un poder inmaculado. Todos los colores. El color. Olores. A personas, a especias, a los colores, a los sabores anunciados y deseados, a la vida.

Se hace la noche y un comedor abierto al aire y a todos, invitador, ocupa media plaza. La otra mitad, vacía de mobiliario, es un devenir constante de gente. Menos que de día, pero constante, y que en la noche hierve de nuevo. El humo se esparce por todas partes. Va y viene en función del viento. Huele a carne y a especias. Las personas yendo y viniendo, sentándose y levantándose. De cualquier edad y condición. Mujeres y hombres. Mayores y niños. Lo que de día eran mil puestos de mil productos diferentes y parecidos se ha convertido en otros mil de pequeños restaurantes, o comedores al aire libre más bien, montados en un par de horas, a la caída de la tarde y que cuando el sol se apaga inundan de luz con sus filas de blancas bombillas el espacio rectangular que ocupan, uno al lado de otro hasta perderse casi en el final de la plaza. Los bancos llenos, de gente del lugar que come con las manos directamente en los tajines, en los platos. Los de fuera, los extranjeros, miran sonriendo a los demás, y con cierta aprensión a la comida, mientras se regodean bajo las filas de blancas bombillas, por los pocos euros o dólares que han de dar por lo que comen. Hay avidez, cierto deleite, placer. Los colores y los sabores de la comida llenan los platos. Blancos casi siempre. A veces sin platos, sobre el papel gris de estraza. Los tajines de barro cocido, llenos, de donde se coge la sémola, con los dedos, y la verdura y la carne, con los dedos y con el pan. Cardamomo, canela, llenan, con todo lo demás, las pituitarias, esparciendo el mundo oriental en los cerebros y en las almas.

Corros. Hay corros de gente que miran con expectación y se miran con avidez. Los encantadores de serpientes, sentados, en el mismo lugar desde el amanecer. Los veedores del futuro, con cartas, huesos y libros sagrados, a los que unos pocos se acercan, en silencio, y sin mediar palabra comienzan el rito de pedir que les vea su porvenir. Se acuclillan ante el hombre sentado, tocado de turbante, la chilaba cubriendo su cuerpo. Sentado con las piernas cruzadas. Lanza los huesos, tras agitarlos en el hueco de las manos, a modo de cáliz sagrado, y los interpreta. Le pasa un brazo al pedigüeño de su saber futuro, por los hombros, y con los labios en su oído le cuenta lo que ha sido, lo que es y lo que será. El otro oye como arrobado y se marcha sabiendo o creyendo que sabe. Se incorpora. Le da unos dirhams. Comienza el rito de nuevo, con la lectura de los libros sagrados. Los encantadores de serpientes siguen con la flauta lyra y el pandero y el tebel, su ritmo monótono, moviendo el instrumento de viento ante la cara del ofidio, con medio cuerpo incorporado mientras lo balancea de un lado a otro, como entendiendo la música. A unos pocos pasos de este corro, en cualquier dirección, otros corros, de músicos y personas que les escuchan. Parecen hacerse la competencia unos a otros. Músicas iguales y diferentes. Los mismos instrumentos. Cadencias opuestas y similares que suben y bajan. Y la voz. Omnipresente. Y las palmas. Omnipresentes también. Algún ribab. Los menos. Una música continua, sin solos, con poderes hipnóticos y curativos, dicen. Es un sonido que apabulla, que te lleva si te dejas llevar. Que te transporta fuera de ti. Otros corros comienzan con el sonido grave y profundo del guimbri o sentir, instrumento de tres cuerdas y caja rectangular que da un ritmo continuo, resaltado luego por las cárcabas, especie de castañuelas metálicas, en lo que parece ya un tren imparable sobre el que lanzan sus plegarias y frases a coro. A veces alguien entra en el círculo formado por músicos y oyentes. Baila como poseído siguiendo el ritmo de la música, cada vez más rápida, más estridente. Imparable. Hipnótico. Bailes antiguos. Alrededor del sonido. Dentro de él. Los sonidos llenan el cálido aire. Diversos. Viejos. Interiores. De muy dentro. En busca de la magia. Belleza en movimiento. Movimientos de extrema belleza. Casi derviches. Hay miradas perdidas, de niños y viejos. Sólo se mira a la mujer. Miradas que se cruzan. Cuerpos que se cruzan. Algunos chocan con ella. Rozan con ella. Con sus pechos. Con su culo. Las miradas proceden de personas que están de pie o que están sentadas. Persiguen su cuerpo. Nos movemos para evitar las miradas y los roces. El sentimiento es de desnudez. Miradas obscenas. Libidinosas. Un niño, apenas un niño, se acerca, con la bragueta desabrochada y una mano acariciándose el sexo. Se coloca frente a ella. Nada nunca antes visto. Imposible. Increíble. Incomprensible. Despreciable. Asqueroso. Obscenidad sin límites. Nos movemos para evitar ser espectáculo dentro del espectáculo. La perversidad de la lujuria. El no entendimiento. Desde lejos observamos el rito de la música y del baile, mientras los olores del aire preñados de especias llenan nuestro interior. Los sonidos, los olores y el calor nos introducen en el rito. Otros ojos nos observan. La observan. No hay más. No podemos más. No puede más. Se siente asqueada. Los ojos nos siguen. Los ojos la siguen. Se levantan hacia nosotros. No deja de mirar con la mirada obscena. Invita. Obscenidad. Bajeza. Hace gestos de besos. Eso es Djama El Fna. Noche de Marrakech. Noche marroquí. Noche africana.

Ya no hay ruido. Solo el eco de lo vivido. De lo visto y oído. De lo olido y degustado. De lo sentido. La vida en un sin parar de sentidos. Y ya solo el último. Como culminación. Como nexo. La vida de los sentidos. Bajo el cielo protector.
Diego Jurado Lara

martes, 20 de mayo de 2008

Al derecho o al revés

Víctor G.Pérez

Fin
Me despido diciendo
Algo que no esperabas me temo
Diferente y distinto a lo que lee la gente
De atrás adelante, sintiéndome así exultante
Con palabras cambiantes, de mensaje bien penetrante
Pasito a paso desando y al principio con ello me voy acercando
Árabes de atrás adelante, chinos de arriba abajo, ¿qué más da como lo haya hecho?
Escrito está ese es el hecho, y de ello, no saqué ningún provecho
Así ha sido y así fue, este es el medio de cabeza a los pies
Acercándome al ecuador, pues sobre esto plasmado lo diviso yo
Las palabras que bonitas, una para cada cosa, ¿quién dijo por primera vez esto se llamará rosa?
Dibujadas, trazadas y entre todos divulgadas
Con su letra, con su forma, su sonar cuando se nombran
El lenguaje maravilla, hay palabras que al oírlas dan cosquillas
¿A quién no le gusta que le digan me amarás?
¿Qué sería del mentiroso sin el no lo haré más?
Palabras, palabrotas, palabrillas parlotean
Los parlantes, parlanchines, los de Parla y Antequera.


Víctor G.Pérez

¡Aguanta chico!

Planeta mío, tu que fuiste tan hermoso
Que junto a tus criaturas encontrabas el gozo
Que girabas libre sin pesar en semejante destrozo

Planeta mío, quien pudo verte y el que ahora te ve
Agonizas, apenas respiras y gritas a la vez
Tormentas, tsunamis, huracanes, chillando a tu manera
Arrancas tus pelos, las hojas de tus palmeras.

¡Oh planeta cuanto lo siento! Tener que nacer para ver esto
Y peor será para los que hereden tus restos
El patio de la fiesta al amanecer
Olor a dolor de cabeza e imagen de vasos de papel

Planeta, ¡Oh planeta mío! Se que ahora tienes frío
Arroparte, tan solo yo no puedo
Ayudarte, salvarte, de todos nosotros necios
Planeta, planeta querido, aguanta un poco no tirites amigo

¡Planeta vamos! Seguro que algo de lo que hacemos no es tan malo
Se que hay algo en el fondo que me dice que seguimos ligados
Bueno viejo amigo, si al final decides irte, estaré contigo.
No diremos que no lo hemos advertido ¿Eh?
Pues aquí el que no te ha ayudado… tiempo ha tenido.


Víctor G.Pérez

lunes, 19 de mayo de 2008

Día & Noche c/*

El día y la noche, la noche y el día
¿Sabrá el uno del otro? ¿Qué existe otra vida?
El día y la noche, José y Maria
Lo blanco lo negro, tristeza, alegría
¿Quién sigue a quién? ¿Cuál es mejor vida?
Desgasta la una, la otra ilumina
No se decidirme, por la de ruidos o la tranquila
No se si habrá algo que a mí me persiga
Quisiera pararme, mirar en la esquina
Quisiera saber dónde, el cómo y el cuándo
¿Y tú que me miras? Dime, ¿tu qué opinas?


Víctor G.Pérez

domingo, 18 de mayo de 2008

Más que amigos...

Quisiera plasmar sobre un papel, todo esto de una solo vez.
Quisiera poder sacar, esa cosa que me hace temblar.
Hallar, al fin lograr, palabras exactas, medidas, pesadas, limpias o usadas, las mismas que sueltas nunca dicen nada. Unidas, lazadas, juntas formando la rima adecuada.
Que cuenten y digan, verdades y nunca mentiras, mi historia real hasta ahora prohibida
Que endulcen el folio que a ellas dan vida
Que le muestren a ella que es la elegida
Que de solo un vistazo te enamores mi vida
Que sepas desenmascarar lo que hasta ahora sentía, en estas palabras hasta hoy omitidas
Que nadie te ama, te quiere, te adora, te sueña, y a la vez te ignora, que nadie lo hecho jamás, nunca ni ahora.
Que nadie lo hará más de cómo lo hago yo por tí, que no quiero estar sin tí, ¡sí sin tí!
El día que me dijiste que te ibas no se bien lo que sentí
Un pinchazo, agudo, afilado, frío o más bien congelado
Un dardo en mi pecho clavado, que llevaba ya tiempo y no había notado
Siendo ahora cuando surque efecto el veneno en él insertado

Ojalá logres hallar, lo que te haga falta para quedarte
Que veas que un futuro a mi lado no es un disparate
Que me mires del modo que mirabas antes

Supongo que era vergüenza o miedo quizás a tú negativa
Ojalá de verdad que puedas ver mi angustia querida
Toda esta rabia que tenía contenida
Que te quedes, mi cielo, mi ángel ¡atina!
Que te quedes enserio porque eres mi vida.


Víctor G.Pérez

EL PODER DE DAR

El Poder de Dar

Por: Francisco J. Cartagena
El Jimagua

Quizás creas tenerlo todo en la vida. Vives bien, posees objetos materiales en abundancia y personas a tu lado que te aman. Quizás no tengas tanto pero te alcanza para al menos vivir. Detente tan solo un momento y piensa, si habrá alguna persona tal vez al lado tuyo necesitando de tu ayuda y apoyo.

Quizás sea un deambulante, un desconocido o quizás sea hasta un familiar que piensas que esta bien. La verdadera hermandad se crea cuando todos sacamos un poco de nuestro tiempo para dar de nosotros a otros. Son esas las acciones bonitas de la vida que nos demuestran que un mundo mejor es posible. Al dar tan solo un poco de uno mismo se incrementa el poder del amor.
El dar es acción de esperanza en toda sociedad. No es que lo des todo, no es que lo hagas cada día, solo cada vez que puedas y tengas el tiempo. Veras que el dar nos hace grandes personas con un mejor corazón.

Que de ti no quede el que una niña o una persona a la que quizás esté en tus manos poder ayudar, pase hambre o no tenga recursos de suma necesidad para vivir saludablemente como quizás tú vives.

Siempre que sientas tenerlo todo o que quizás no lo tengas, piensa que hay alguien peor que tú necesitando de tu apoyo y ayuda. Comprenderás el mensaje que estas letras expresan.

http://jimagua.blogspot.com

TEORÍA DE LA ESTUPIDEZ SUPREMA

De llorar a reír

(El presente artículo es en respuesta al que escribiera el escritor y amigo Diego Jurado Lara, titulado: "Suicidio colectivo" y publicado con fecha 16-5-08, en Escritores Club)

¿Qué es lo primero que hacemos al nacer? Lloramos. Con todas las fuerzas de nuestros pulmones. ¿Y porqué lloramos si todavía no sabemos lo que nos espera? Nuestro llanto obedece al trauma y al temor causado por el cambio. De encontrarnos ubicados cómodamente dentro del útero materno, sumergidos en ese agradable mar de líquido amniótico, recibiendo vía cordón umbilical todo lo necesario para nuestra correcta alimentación y desarrollo, pasamos en forma abrupta al mundo exterior. Lo primero que deberemos hacer es respirar por nuestros propios medios. Cómo no hacerlo llorando a gritos.

Luego deberemos ir aprendiendo lentamente a hacer todo por las nuestras. Pasar de la confortable vida dependiente y protegida por la madre, a las vicisitudes del mundo exterior, duele. Duele mucho.

Si contamos con suerte y hemos podido evitar la inmensa gama de posibilidades que existen, de ver truncada nuestra vida a mitad de camino, llegaremos, después de muchos años, a la terminación natural de nuestro ciclo terrestre.

Es probable que, apenas transcurridos unos instantes de nuestra muerte, no podamos evitar el empezar a reírnos a carcajadas, de la manera que sea posible hacerlo allí, del otro lado de nuestra historia.

¿Cómo es esto? Pues paso a explicar mi teoría:

De la misma manera que muchas situaciones humanas se encuentran revestidas de un sarcasmo irónico propio y único de nuestra especie, es probable que lo mismo suceda en el caso de la muerte.

Fijémonos, ningún ser vivo teme a la muerte antes de su llegada o su amenaza inminente, salvo el ser humano. Sus características cerebrales le permiten ser consciente de sí mismo y por ende, tener también claro conocimiento de que enfrenta la posibilidad de morir a cada instante de su vida. ¿Qué sucedería si una vez ocurrido el hecho de la muerte, descubriéramos la verdadera vida? Vida exenta de sufrimiento, sin la existencia del bien y del mal ni de ninguna otra bipolaridad; sin los cotidianos peligros de perder lo que ya no se posee. Sin la necesidad de poseer. Sin necesidades en absoluto. ¿Qué ocurriría si descubriéramos en ese preciso momento, el ingreso en un mundo de disfrute. El placer instalado y descubierto en nuestra esencia. Nosotros mismos, desprovistos ya de nuestra mente elucubrando mundos inexistentes. Sólo nosotros mismos, energía conectada al Amor Universal y único existente. Habiendo descubierto finalmente, la verdad de todo.

Ahora volvamos a nuestras vidas, con lo bueno y lo malo, lo lindo y lo feo que hay en ellas. Y pensemos. Si descubriéramos instantes después de la muerte, a la que tanto tememos, una situación semejante. ¿Podríamos acaso evitar reírnos de nosotros mismos?

Nada mejor para comprender esta situación, que compararnos con los animales. Ellos no tienen pensamientos que los atemoricen. Viven el temor en el preciso momento en que el peligro aparece. Intentan por todos los medios retener su posición en la vida, con todas sus fuerzas y habilidades. De no poder lograrlo, se dejan llevar finalmente por las circunstancias, lo que no significa resignarse sino aceptar en determinado momento, cómo deben acontecer los hechos de acuerdo a la naturaleza de las cosas y el devenir de las situaciones. Los animales viven el momento. Su limitada mente les impide otra cosa. No logran ser tan felices como nosotros pero tampoco llegan a ser tan desgraciados. Viven las alegrías y las tristezas en el momento adecuado, no con demasiada intensidad y tampoco por demasiado tiempo. No son tan inteligentes como nosotros pero tampoco tan estúpidos. Por ello es que logran lo que a nosotros se nos hace tan difícil de lograr: extraer y aprovechar lo mejor de la vida, a cada instante.

Si nosotros, como humanos, comprobáramos esta teoría al morir, estaríamos siendo entonces testigos solitarios de la mayor de las estupideces. La mente más evolucionada que existe estaría provocándonos la ilusión más idiota que jamás haya existido, haciendo lo mismo durante generaciones, a través de los siglos... de manera ininterrumpida, con miles de millones de individuos.

Sólo cuando lleguemos a poder conectar ambas dimensiones de manera científica, estaremos capacitados para descubrir si ésta es una teoría exacta, o producto de mi imaginación.

En virtud de tratarse de una teoría, deseo dejar constancia que mis consideraciones no revisten en modo alguno la intención de incentivar el deseo a morir, sino todo lo contrario. Está comprobado que nuestra mente nos engaña asiduamente a través de pensamientos y manipulaciones de todo tipo. Si esta teoría resultase cierta constituiría el más grande de los sarcasmos. Descubrir esta ironía nos permitiría disfrutar de nuestras vidas como una valiosa etapa. Colaborar con el devenir natural de los acontecimientos ya sin la necesidad de aferrarnos a nada. Y aunque esto nos permitiera saber que lo bueno, lo perenne, lo definitivo, vendrá después, el saberlo nos daría acceso a disfrutar de una mejor calidad de vida, etapa que entonces aceptaríamos abandonar sólo cuando el momento nos llegase.

Rudy Spillman

http://libroabiertorudyspillman.blogspot.com

sábado, 17 de mayo de 2008

Verdad Vs Temor

Verdad Vs Temor
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Por: Francisco J. Cartagena Mendez
El Jimagua

Ante tanto sufrimiento y confusión recurro a ustedes y les pido de su ayuda. Es que no se ya que hacer, y como seguir mi vida, les pido que me ayuden a comprender y poder proseguir con mi caminar de la manera más correcta.

Verdad- Se por lo que estas pasando, mi consejo es que seas sincero contigo mismo y luego con los demás, enfréntate a la realidad de tu ser y verás como todo cambia favorablemente.

Temor- No. No te atrevas a ser honesto, pues al hacerlo solo estará llegando a tu vida el rechazo y la tristeza, créeme, ya a otros le ha pasado y solo se han chocado de frente con la crueldad de la sociedad.

Verdad – No le escuches, si abres tu corazón abres tus oportunidades de fortaleza, sé fuerte y que nada te detenga a amar, a sentir, a reír. El llanto y el sufrimiento es parte de nuestras vidas y es de ésta manera que sabes que estas vivo. Quien todo fácil lo tiene solo va de paso en un mundo de fantasías, quien sufre y siente, quien llora y ríe, quien padece y obtiene, simplemente esta viviendo.


Temor- ¿De qué te vale todo eso, si siempre serás señalado, burlado y menospreciado?

Verdad – Sí es cierto, todo eso puede sucederte, pero tendrías un punto a tu favor, sentir el esfuerzo propio y tener de tu lado el respeto de otros por tu valentía de vivir como eres. Atrévete, ¡se que puedes! Vive sin cadenas y ataduras.

Temor– Ya has pensado en el sufrimiento y el dolor que le has de causar a tus padres. ¿Estas seguro que te van aceptar, que te van apoyar? No pretendas que la vida es color de rosas, engaña a todos y veras que pasas discretamente.

Verdad – Los padres han de amar a sus hijos por sobre todas las cosas. Ya te hablé del sufrimiento, ya sabes que ello es parte de la vida. Ya te brindé mi opinión, solo queda de ti hacer lo incorrecto o lo correcto, solo puedo decirte que confió en que todos pueden caminar con la verdad de la mano y se que tú puedes. Ten valentía, fortaleza y fe, lo demás es parte del vivir, enfréntale con honor y gallardía, simplemente vive.

Mi Respuesta- Solo puedo decirles que luego de tomar en cuenta sus consejos he de tomar una decisión rotunda ante mi realidad. Hay veces que pienso en seguir con esta mentira pero; ¡Cuánto quisiera vivir sin ataduras! Deseo ser simplemente yo, dejar de aparentar ante todos y sentir en mi piel el roce del viento acariciando esa necesidad latente de simplemente vivir mi sentimiento. He tomado una decisión de valentía, he de vivir mi propia vida. A quien le moleste o no comprenda y no me acepte, solo espero que al menos me respete. Mi opción de vida ante la homosexualudad, es la verdad. ¿Es la verdad la tuya?

http://jimagua.blogspot.com/

http://www.lulu.com/content/2369184

Evitar el plagio.

Creo interesante difundir en escritores club sobre un suceso de plagio.
La editorial Lulu me ha asesorado con mucha prontitud y diligencia.
Navegando y por casualidad me he encontrado con mis libros promocionados en una web y en venta on line http://www.internetlibros.com/. Con mi nombre y Nº de ISBN, pero sin mi autorización.
El error ha sido poner mis libros en bajada gratuita.
Esta información la transmito para que investiguen si a alguno de vosotros ha tenido la misma suerte.
A continuación transcribo mi contacto con la editorial y su "respuesta".

Florencia Moragas ha escrito en el
formulario de sugerencias diciendo:

Soy la autora de 4 libros que venden
en su web. Considero que la escritura
y lectura deben estar al alcance de
todos. Talentosos o no,
grandes lectores o pequeños.
Debido a este pensamiento
mis libros tienen bajada gratis,
cosa que tendré que reveer dado el
lucro que intentan hacer ustedes sin
mi autorización.
Espero una respuesta aclaratoria.
Florencia Moragas
Respuesta:
info (suinfo@internetlibros.com)
Sus libros han sido borrados
de nuestra base de datos.
Cordiales saludos.
Lamberto Chiti

Espero les sea de utilidad.
Un saludo
Florencia Moragas
www.florenciamoragas.es.tl

viernes, 16 de mayo de 2008

Los Derechos Humanos 60 años después

hambruna-karamoja

Este año se cumplirán 60 años desde que la Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó la Declaración Universal de los Derechos Humanos, una sencilla relación de 30 Artículos que, junto al Prefacio, constituyen la columna vertebral para una convivencia pacífica entre los pueblos.

Hoy, en pleno siglo XXI, tenemos que afirmar que, lamentablemente, estamos casi tan lejos de llegar a respetar esta declaración como lo estábamos en 1948. Las guerras, inútiles e inhumanas siguen sucediéndose, y la sinrazón de los gobiernos sigue pisoteando una y otra vez estos derechos fundamentales.

Sería fácil cargar las culpas de este panorama en los hombros de las dictaduras y los gobiernos totalitarios, pero lo cierto es que en las democracias del primer mundo se producen también innumerables transgresiones de los Derechos Humanos. No cabe duda de que la irrupción de los gobiernos democráticos ha sido un gran avance en derechos y libertades. Sin embargo, las democracias están sufriendo un proceso de deterioro y retroceso de esas libertades y con ello, se están poniendo en riesgo los logros alcanzados en el respeto a los Derechos Humanos.

La progresiva separación entre economía y política, con la aceptación de principios ultraliberales de forma universal, que extraen de la soberanía popular la capacidad para decidir cómo se gestionan sus bienes económicos, está produciendo un progresivo alejamiento de la economía financiera de la economía real, con la consiguiente deshumanización de la política. Organismos al margen de la democracia, como el FMI, corren el riesgo de convertirse en nuevos nidos de un totalitarismo financiero que merma la libertad de los pueblos.

Aunque el libre mercado ha sido asumido como el modelo económico más exitoso, lo cierto es que sin controles se convierte en una fuente de injusticia. La crisis actual es una buena muestra de lo que está sucediendo, ya que no se basa en un empobrecimiento real de la economía, sino del efecto pernicioso y acumulativo de la economía especulativa. Se calcula que cien millones de personas morirán por sus efectos, y no lo harán porque no haya comida para alimentarlos, sino porque los mercados especulativos están reajustando sus cuentas.

Es el momento de plantearse con calma un cambio fundamental en el modelo económico. En un periodo histórico caracterizado por el cambio climático, que puede acarrear hambrunas y falta de agua potable, un modelo económico basado en la especulación, puede acarrear la mayor mortandad de la historia. Reformar los mercados, sacando del circuito especulativo los bienes fundamentales como el agua y la comida, puede ser el único camino para conseguir un mundo más justo y libre, donde se respeten los Derechos Humanos.

EL DEBER DEL CONOCIMIENTO

La historia que os subo hoy trata sobre el deber, la eternidad y también sobre el equilibrio entre la luz y la oscuridad.


EL DEBER DEL CONOCIMIENTO

Un silencio expectante invadió la fortaleza. Faltaba poco para el Despertar y la Vida. Pronto el shoram volvería a estar activo, su superficie de metal brillaría a la luz de la luna, sus torres se elevarían al cielo otra vez orgullosas, las armas volverían a silbar dispuestas a defender a su señor.

Marum, como había elegido llamarse, caminaba despacio por los complicados pasillos del edificio viviente arreglando todos los pequeños desperfectos causados por el paso del tiempo. Según sus propios cálculos había estado más de cien años inactivo, toda una hazaña ya que jamás había esperado que la paz entre los mundos durase tanto. ¿Sería acaso la calma que precede a la tormenta? ¿Por eso ahora estaban despertando?

De vez en cuando el robot con apariencia humana se detenía a tocar una de las paredes del shoram sintiendo la vida en su interior. Él también se estaba despertando de su letargo, sus venas empezaban a adquirir un tono azul oscuro signo de que su esencia vital volvía a circular y las salas y pasillos se estaban recolocando poder alojar al señor de la fortaleza. A Marum no le importaba tener que aprenderse otra vez el mapa del edificio ya que el shoram era antiguo, tanto como su señor y por eso se merecía todo el respeto posible.
En el pasado la criatura-edificio habría podido sobrevivir sin la ayuda de las máquinas o del recubrimiento metálico que sujetaba sus debilitadas paredes. En los buenos tiempos llegó a ser aun más impresionante de lo que era hoy en día, según los archivos de Marum antiguamente ese shoram había sido un templo dedicado a una diosa de la cual ya no se sabía nada e incluso llegó a tener a su propia profetisa. ¿Sería ella unos de esos misteriosos místicos de los que hablaban las leyendas? El robot se había pasado siglos enteros buscando la respuesta y aún no la había conseguido, siempre que parecía estar a punto de encontrarla el rastro desaparecía rápidamente. A veces pensaba que algo o alguien había eliminado los registros a propósito ¿porqué?

Dejando sus dudas a un lado Marum empezó a buscar una sala en concreto, la única que siempre permanecía en el mismo sitio y a la cual sólo se podía llegar si el shoram te lo permitía. Ese lugar era su propio corazón, el sitio donde habitaba la esencia misma de la criatura.
Como siempre le ocurría, el robot dejó de respirar durante unos segundos impresionado por la majestuosidad y la belleza de lo que veían sus ojos. Gigantescas arcadas recorrían el techo formando una intrincada red que siempre cambiaba según los caprichos de la criatura. Las paredes azules palpitaban lentamente con el líquido vital mientras que el suelo era una especie de mosaico de múltiples colores, rojos, azules, verdes…
Pero todo aquello eran nimiedades comparado con el centro de la sala. Había columnas gigantescas que llegaban hasta el techo formando un círculo perfecto, retorciéndose entre ellas había grandes venas pulsantes que creaban una tupida pared que impedía ver el interior del círculo. El shoram era muy celoso de sus secretos y también muy protector hacía su señor.

Acercándose al centro igual de temeroso que la primera vez, Marum vio como la red se abría ante él permitiéndole ver su interior. Allí estaba su señor, esperando pacientemente a acabar de despertarse.

El hombre se hallaba totalmente desnudo en el centro exacto del corazón del shoram, una miríada de cables y también de venas de la criatura lo rodeaban y lo mantenían suspendido en el aire. “Todo esto es necesario” se repetía el sirviente cada vez que veía el espectáculo. Sin los cables conectados a su cuerpo, la máquina que impedía que envejeciera y muriera no serviría de nada y lo mismo sucedía con las venas que entraban por su boca o se clavaban en su piel mediante afilados espolones y que le alimentaban con el líquido vital del shoram.
“Tiene que ser así” “Debe ser así”. Sólo en ese instante era cuando más deseaba ser verdaderamente un robot, así podría desconectar todos esos sentimientos de dolor, tristeza, expectación… pero su señor no le había creado para ser eso. Visto desde fuera su apariencia era completamente humana igual que su forma de pensar que era totalmente libre y sin condicionamientos de ningún tipo. El amor que sentía por su señor era real, no una mera programación en su cabeza. También por elección propia siempre vestía unos sencillos pantalones marrones conjuntados con una camisa blanca y una casaca oscura. Jamás en toda su existencia alguien había dudado de su humanidad, lo único que lamentaba realmente era que jamás podría envejecer como los humanos. Su apariencia siempre sería la misma: un hombre de unos treinta años, rubio, con los ojos grises y una sonrisa soñadora. Era un hombre atractivo y eso siempre le consolaba pues sabía que en todos sus despertares siempre podría haber una pequeña oportunidad de encontrar pareja. El problema era que siempre se convertía en una cosa temporal que duraba unos pocos años pero siempre le hacía feliz ¿cuántas veces se había casado? ¿Cuántas veces lo habían declarado desaparecido, muerto o fugitivo? Siempre le divertía pensar en ello.

Con un leve siseo la máquina oculta en alguna parte de la inmensa sala empezó a retirar los cables de su presa haciendo que el hombre se despertara definitivamente.
Acostumbrado a la rutina del Despertar, el hombre abrió los ojos y sin mover la cabeza miró a su alrededor acostumbrándose a la luz mortecina. Con cuidado el shoram dejó a la persona que le había salvado la vida en el suelo y retiró las venas que lo habían estado alimentando durante todo ese tiempo. Justo cuando todas las conexiones abandonaron su cuerpo, el hombre se desmayó. Eso también formaba parte de la rutina.

Sin ningún esfuerzo por su parte Marum levantó el cuerpo inerte y se lo llevó a la planta inferior donde las fuentes de agua caliente seguían brotando con la misma fuerza que antaño. Durante unos segundos después de que el sirviente lo introdujera en el agua, esta se tiñó de rojo, su señor tenía múltiples pinchazos y pequeñas rasgaduras que cubrían su cuerpo y aún tardarían un tiempo en curarse. Lo suficiente como para dejarle otras nuevas cicatrices.
Con tristeza el robot besó a su señor en la frente. Esa era la máxima intimidad a la que se atrevía a llegar con él pese a que llevaba años amándolo en secreto. Su instinto siempre le decía que ir más allá sería un error, su señor sólo había llegado a querer a una persona y nunca la olvidaría ni la substituiría. Su mirada siempre decía lo mismo. Habían sido eras de renacer en el momento adecuado y aún se aferraba a lo único que le quedaba de su época. Marum sospechaba que si él hubiera tenido un verdadero pasado y no sólo el recuerdo de un despertar también le pasaría lo mismo. Mirando por última vez el cuerpo desnudo flotando en el agua, el sirviente se marchó sabiendo cuales eran ahora sus obligaciones.

El comedor que había habilitado el shoram era, como siempre, sencillamente perfecto. Grandes ventanales tapados por una membrana prácticamente transparente permitían que la eterna luna, la cual siempre brillaba en el cielo oscuro, pudiese entrar dando al lugar un ambiente cálido y a la vez misterioso. La pequeña mesa con sus sillas a juego y hecho con madera, un material que existía en muy pocos planetas, se encontraba en un diminuto balcón protegido con un leve campo de fuerza apenas visible permitiendo ver una especie de mar de color amarillo rojizo que formaba caprichosas formas que llegaban a alzarse hasta varios metros de altura. Las paredes de la estancia estaban recubiertas de unas plantas enredaderas propias del planeta, Marum no las había visto jamás, tal vez era una nueva mutación de algo que ya había visto en otra época pero lo que no se podía negar era la belleza de esas grandes flores blancas y negras que emitían un aroma a hogar y seguridad.

Algo nervioso el sirviente puso una bandeja con fruta en la mesa y volvió a mover por enésima vez las sillas buscando la ubicación perfecta. Corriendo de aquí para allá el robot recogió de otra habitación unas gigantescas alfombras para poner en el suelo de la gran sala y después se llevó toda la maquinaria que usaba su señor y empezó a conectarlo tratando de no estropear el ambiente que había creado el shoram. Justo cuando todo quedó preparado apareció él.

Sus movimientos eran lentos a causa de haber estado tanto tiempo sin usar los músculos y su mirada vagaba por la sala evaluándola silenciosamente. Su ropa era sencilla y sin adornos y siempre eran variantes del rojo, según él en su lugar de procedencia aquel era el color del luto.
- El shoram sabe más de nosotros de lo que pensamos Marum. Creo que al ser tan viejo, sus habilidades empáticas son más altas que los del resto de su especie... cuando estaban vivos claro.
El sirviente asintió sin entender demasiado qué le estaba contando su señor. Él sabia muchas cosas pero eran pocas las que explicaba por lo que Marum solía perderse durante esas conversaciones. Lo que más curiosidad le producía era saber el pasado del hombre al que servía cosa imposible porque siempre que lo insinuaba se cerraba en sí mismo y podía estar dos días encerrado en alguna habitación sin hablarle. El robot hacía siglos que había dejado de preguntar sobre el asunto, no valía la pena.
- Lo siento Marum- El hombre sonrió tranquilizador recordándose a sí mismo que su apreciado amigo no sabía tanto como él... aún.- Has preparado el sitio perfectamente, veo que incluso has puesto en marcha los analizadores de datos. Cada vez que me despierto lo haces mejor, estoy orgulloso de tenerte a mi lado.
El sirviente sonrió no tanto por el halago sino por el cariño que habían desprendido aquellas sencillas palabras. Por eso le gustaba su señor, con palabras simples podía decir muchísimas cosas.

Sentándose en una de las sillas de madera Marum esperó a que su amigo tomara alguna de las frutas. Al principio las cosas eran así, los dos se sentaban y se tomaban su tiempo hasta que uno de los dos hablaba.
- Ha pasado un tiempo desde nuestro último despertar- empezó el sirviente con curiosidad- ¿Qué es lo que está pasando ahora? ¿Otra vez se ha roto el equilibrio?
Su amigo no contestó durante un rato más, sus ojos estaban puestos en el mar que ahora estaba formando un extraño cono que formaba remolinos sin sentido- Aún no va a ocurrir nada mi amigo, aun faltan unos pocos años para que el equilibrio entre la luz y la oscuridad vuelva a romperse. La única diferencia es que yo no estaré allí para presenciarlo.
Una oleada de pánico invadió a Marum. ¿Cómo que él no estaría? Era imprescindible que siguiera luchando para devolverle el equilibrio a esa pequeña parte del universo. ¿Qué estaba pasando? Siempre habían estado juntos, su señor nunca abandonaría la lucha. Seguro que no.
Viendo la cara de confusión en su sirviente, el hombre sonrió con tristeza.- Llevo años haciendo el mismo trabajo Marum, siempre despertando en el momento en que estalla una guerra o cuando es necesario que un diplomático intervenga en una discusión sobre creencias. Siempre he estado allí, esperando y arreglando las cosas para que ni la luz ni la oscuridad predominen, siempre a de existir el gris amigo mío. Tenlo siempre en cuenta, nunca olvides esta lección.
- Pero ¿por qué ahora? ¿Qué esta ocurriendo?- Preguntó el robot sin entender nada, sintiendo que en verdad no conocía a su señor tanto como creía.
Cansado por tantas preguntas, el hombre miró directamente a Marum.- Se acerca algo contra lo que no podré luchar. No porque sea demasiado fuerte sino porque tengo miedo de lo que yo mismo provoqué. Ya ves amigo mío, en el fondo soy un cobarde. Durante años he defendido mis principios, estuve en la guerra mística, presencié la unión de los planetas y disuadí a las grandes potencias de iniciar una guerra en nombre de la religión. Durante esta larga vida he hecho muchas cosas y no todas han sido buenas, yo también soy luz y oscuridad. Llegar hasta aquí ha sido un camino arduo y ahora que me siento en paz conmigo mismo, deseo vivir y morir. Esta es una buena época, por fin podré admirar la belleza de este universo sin verlo sólo como una parte más de esta eterna lucha por el equilibrio. ¿Entiendes lo que te estoy diciendo?
Marum prefirió no contestar. Su mente estaba en blanco tratando de asimilar lo que le acababan de decir ¿vivir y morir? ¿Y qué sería de su gran trabajo? Jamás en toda su existencia se había planteado la posibilidad de que su señor abandonara su gran tarea.
- ¿Qué es lo que va suceder? ¿Porqué no puede enfrentarse a eso como siempre ha hecho?
Nervioso, su interlocutor se levantó de la silla apoyándose contra la barandilla del balcón.- Se acercan cinco criaturas. Su apariencia será humana pero en verdad serán el sufrimiento, la locura, la indiferencia por la vida, la tentación… sólo hay un breve resquicio de esperanza, la última de ellos podrá decantar la balanza si es suficientemente valiente. Esa será tu tarea amigo mío.
- Mi… ¿mi tarea? ¡Sólo soy un robot!- Exclamó Marum en un intento de hacerle ver a su amigo la locura de sus palabras- Yo no podría hacer lo que tú haces ¡no soy capaz!
- ¿De verdad crees que eres una simple máquina? Sabes que yo te creé, pero hasta este último Despertar no te he querido decir una verdad de suma importancia para ti. Mírame- le dijo apoyando sus manos sobre los hombros de su amigo. Mírame a los ojos y sabrás que no te miento.- Eres humano, tanto como yo o como cualquier habitante de este universo. Todas tus partes mecánicas han sido substituidas, a todos los efectos estas realmente vivo. Este es mi regalo.
- Pero mi mente…susurró confuso Marum.- Eso no se puede…
- Amigo mío, tu mente es sólo tuya. Tú la has creado, tus recuerdos, tu vida, tus sentimientos son reales, nadie ha decidido qué debes pensar. Eres humano Marum y si te das el suficiente tiempo verás cómo el paso del tiempo también hace estragos en ti. Te he dado la vida y la muerte, luz y oscuridad. Como ves siempre es lo mismo.
Besándolo apasionadamente, el hombre se alejó de Marum con tristeza.- Siempre he visto tu amor mi amigo pero aunque yo siento la misma pasión por ti, no puedo evitar pensar en una vieja amiga a la que le di toda mi alma. Espero que algún día encuentres alguien con quien puedas compartir tu eternidad igual que he hecho yo…
Marum se obligó a no llorar mientras la persona a la que había amado y respetado por igual se alejaba de él sin decir palabra. Nunca llegaría a entender porqué su señor había abandonado la lucha antes de la gran batalla en la que todos sufrieron y lucharon por su libertad. Jamás pudo aceptarlo, pero siempre que pensaba en él esperaba que allá donde hubiera ido hubiese sido feliz y que su muerte hubiese llegado a ser pacífica y sin dolor.
Durante siglos su trabajo fue ejemplar y también logró encontrar a una persona a la que amar, pero también entendió que conocer lo que en verdad se ocultaba en ese universo implicaba directamente tener un deber con él.
Tal vez por eso su antiguo señor abandonó, tal vez no fuera cobardía sino que no pudo soportar tener una responsabilidad tan grande sobre sus hombres. Era un bonito sueño que a veces intentaba creer sin éxito. A fin de cuentas era humano, sentía y entendía la vida. Luz y oscuridad eso le había concedido su viejo amigo pero también le proporcionó los conocimientos necesarios para no caer en uno de los dos extremos. No siempre lo logró, eso era lo que implicaba ser humano.

Suicidio colectivo

Si no fuese porque en el hecho hay dos personas muertas, la noticia me movería a la risa. “Un grupo de personas pertenecientes a una Secta apocalíptica en Rusia salen de una cueva en la que esperaban el fin del mundo”. Y salen porque los socorristas les dicen que corren peligro de morir envenenados, ya que entre ellos hay dos personas muertas y sus cuerpos están en descomposición.
Su líder había sido diagnosticado de esquizofrenia unos años atrás y de demencia unos meses antes. Y a pesar de ello o por ello, un grupo de personas le sigue en su loca prédica.
Este hecho se ha repetido a lo largo de la Historia, y es relativamente común en nuestros días. ¿Por qué hacemos esas cosas? ¿Por qué seguimos a locos en sus locuras? En mi blog personal escribí hace tiempo un artículo titulado “¿Por qué nos suicidamos?”. Tal vez ahí haya algunas respuestas. O no. Que de eso no creo saber mucho a pesar de haber leído mucho sobre el tema.
Sin embargo escribo esto porque no sé si habría que incluirlo en el apartado de los artículos que Rudy encuadra como Rincón del humor (más, si cabe, tras su último escrito sobre la ironía, el sarcasmo -aunque sería otra ironía, la ironía de la vida-…), humor negro, en este caso, o en otro sobre “nosécómotitularlo”. ¿La estupidez humana? Y que se me perdone por ello.
Diego Jurado
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