Escritores Club forma parte del portal de literatura Escritores Libres y pretende convertirse en una propuesta cultural innovadora, capaz de ofrecer al lector la oportunidad única de conocer sus autores favoritos y dialogar con ellos directamente, sin intermediarios. Hemos reunido los mejores escritores independientes del panorama literario actual, dispuestos a ofrecernos su talento y sus valoraciones, no sólo sobre sus obras, sino sobre la literatura en general y el mundo que la rodea.

Esperamos que encontréis aquí respuestas a algunas de vuestras inquietudes y también un momento de esparcimiento, acompañados de la mejor literatura.

lunes, 30 de marzo de 2009

Aborto sí, aborto no: Todo un manual de cómo manipular un debate.

En estos días se está viviendo una batalla, con aire caduco y cierta sensación de Deja Vú, sobre La Modificación de la Ley del Aborto en España.

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La modificación de la Ley, que de momento no es más que un borrador propuesto por un comité de expertos, ha servido de excusa para que la derecha, con la Iglesia a la cabeza, como no podía ser de otra manera, reedite un debate ya amortizado en la sociedad española sobre el aborto.

Nuevamente nos encontramos con abanderados “Pro Vida”, que esgrimen fotografías gore de fetos desmembrados y equiparan el aborto al exterminio de seres humanos (les gusta mucho compararlo con el nazismo especialmente). El debate se convierte así, en tertulias y periódicos, en una toma de postura a favor o en contra del aborto, manipulando así el verdadero debate subyacente, enterrado hasta el olvido entre banderas y soflamas eclesiales.

El verdadero debate no se produce entre gentes partidarias de abortar y gentes contrarias a abortar, como se suele dar a entender. Lo cierto es que no existe nadie, salvo alguna mente pervertida que de todo ahí en esta bola de barro, que crea que abortar es algo bueno y esté deseando hacerlo. El aborto es un hecho traumático y una decisión dolorosa, que suele marcar la vida de las mujeres que se ven obligadas a tomarla.

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Entonces, si todos estamos en contra del aborto, ¿cuál es el verdadero debate? La respuesta es que el verdadero conflicto se plantea entre quienes quieren que abortar esté penalizado (que sea ilegal) y quienes quieren que esté despenalizado (que sea legal) en algunos supuestos.

Una vez centrado el debate, podemos ya estudiar cada postura y ver sus consecuencias prácticas con claridad, ya que ambas situaciones se dan en la realidad en diversos lugares del globo.

- Aborto Penalizado: En los países en que el aborto está penalizado, este no ha desaparecido, sino que sigue practicándose de forma clandestina. Las clases acomodadas realizan viajes a países donde está despenalizado para llevarlos a cabo y las clases menos pudientes se ven obligadas a acudir a clínicas ilegales, en el mejor de lo casos, o a abortistas clandestinos, con el resultado de que numerosos abortos terminan en ingresos hospitalarios con grave riesgo para la vida de la madre. Estas mujeres no sólo sufren un aborto traumático y con grave riesgo para su vida, sino que, además, deben enfrentarse a penas de cárcel.

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¿Defender esto es una opción Pro Vida?

- Aborto Despenalizado: El aborto se realiza, en una serie de supuestos, con atención médica profesional, desapareciendo el abortismo clandestino y el riesgo para la vida de las mujeres. La decisión de abortar queda en manos de la propia conciencia de la mujer y ésta no es encarcelada en caso de decidirse a realizarlo.

Tomar partido a favor o en contra del aborto es en realidad elegir entre estos dos escenarios. Los debates sobre si el feto es o no un ser vivo desde el momento de su concepción, son en realidad debates baldíos sin solución posible, ya que el único juez capaz de determinar algo así, no es la ciencia ni la religión, sino la conciencia de cada cual.

La ley existe para regular la convivencia de la mejor manera posible y no para administrar una moral determinada, que es algo que atañe al propio individuo. El Estado debe garantizar la libertad de elección de la mujer, facilitándole todas la información y opciones posibles (educación sexual, políticas familiares, adopciones, etc…) para no tener que recurrir al aborto. Pero, si al final decide hacerlo, es labor de todos respetar, apoyar y facilitar los medios para que esa dura decisión se realice en las mejores condiciones posibles. Esto es tener una auténtica postura Pro Vida y Pro Libertad.

Publicado Originalmente en el Rincón de la Imaginación

jueves, 26 de marzo de 2009

El arte de matar de Jorge Martínez Reverte

El escritor madrileño Jorge Martínez Reverte acaba de publicar su último libro El arte de matar, en el que aborda la guerra civil española, retratando a un Francisco Franco con poco talento militar pero mucha astucia política.

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Jorge Martínez Reverte nació en Madrid en 1948, es periodista y escritor especialmente dedicado a temas relacionados con la historia. Ahora acaba de presentar su último libro, El arte de matar, en el que afronta sin tapujos la guerra civil español, ironizando sobre el hecho de que se pueda llamar arte al crimen atroz de matar. La obra aporta, tras una cuidadosa investigación, un nuevo punto de vista sobre lo ocurrido entre el 18 de julio de 1936 y el 1 de abril de 1939.

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En una entrevista a la agencia EFE, describe las conclusiones principales a las que ha llegado en su obra. Para él, el general Franco era “un personaje de catadura moral baja; un tipo frío, enormemente ambicioso y con escaso talento militar pero mucha capacidad para analizar bien las situaciones políticas y aprovecharse de ellas". El escritor considera "evidentemente no le importaba nada matar, como demuestra el hecho de que mató más fusilando después de la guerra que en combate".

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Para Reverte, el éxito de Franco se debió a su arribismo y a su habilidad para jugar sus bazas políticas, ya que era "un tipo sin ningún carisma, a lo cual ayudaba su voz aflautada y su baja estatura, pero muy decidido y con una gran capacidad de convencimiento”

En cuanto al desarrollo de la guerra civil, Reverte destaca que el gran error de la República fue su incapacidad para lograr una unidad política clara, que les permitiera abordar una estratega militar única. Destaca especialmente la obsesión de Negrín y Rojo, por en mantener una actitud ofensiva "cuando no tenían ejército para ello".

Curiosamente, Jorge M. Reverte, adjudica la principal responsabilidad de la derrota de la república a manos del bando nacional, a Inglaterra ya que "quería que se acabara el conflicto cuanto antes e hizo un boicot a la República con la idea falsa de que ésta iba a conducir a España a un régimen comunista".

El arte de matar es toda una apuesta arriesgada y comprometida, en un momento en que intenta volver a echarse tierra a la memoria de los perdedores, para impedir el reconocimiento de los crímenes del franquismo, en una auténtica campaña contra la recuperación de la memoria histórica desde los medios más conservadores. Respecto a esta polémica, Reverte es muy claro al mostrarse partidario de "recuperar totalmente la memoria histórica; de contar toda la verdad en todas las direcciones. Contar la verdad no reabre heridas, más bien contribuye a cerrarlas".

Publicado originalmente en Espaciolibros

miércoles, 25 de marzo de 2009

"Ya no respira, pero continúa riendo"

El siguiente vídeo muestra una parodia cómica de lo que supuestamente debiera ser un velorio. Yo observo en su trasfondo un dejo de realidad deseada, una insinuación "seria" con una propuesta de cambio de mentalidad. Quien esté aferrado a las tradiciones y las culturas, a todo lo que recibió por enseñanza y no lo que se animó a enseñarse a sí mismo, pueda estar pensando que es una falta de respeto pensar así. Pero yo lo digo y lo pienso con el mayor de los respetos.

¿Quién puede desear, que una vez que ya se haya ido, sus seres más queridos queden aquí sufriendo? A veces, hasta sin poder reiniciar sus vidas normales. Creo que sólo quien sin advertirlo ha permitido que su ego se apodere por completo de su persona hasta lograr acompañarlo al lugar adonde ya no debiera poder llegar.

Es obvio que del lado de los que se quedan la historia suele ser otra. Me cuesta pensar que yo pudiera despedir a un ser querido haciendo una fiesta, festejando y riendo. Pero no cabe ninguna duda que, saber que ese es el último y más sincero deseo de quien nos deja cambia las reglas del juego, predispone a un cambio intrínseco, profundo, basado en la naturaleza de todas las cosas y arraigado en el verdadero sentimiento de amor.

Si evolucionáramos de tal manera que pudiéramos lidiar con la posibilidad "seria" de recibir "el último adiós" de la manera que lo plantea el vídeo (dejando de lado la exagerada connotación que intenta con justicia otorgar mayor comicidad al sketch), yo estaría entre los primeros en anotarme en la lista de espera. Además, de ser posible pediría en mi lápida la inscripción del siguiente epitafio: "Ya no respira, pero continúa riendo".




Enlace al vídeo en TouTube

Rudy Spillman

LIBRO ABIERTO

Se presenta Con tal de no morir, la última obra de Vicente Molina Foix

Vicente Molina Foix ha presentado hoy en Barcelona Con tal de no morir, su última obra, una recopilación de relatos que el propio autor califica como una novela de fantasmas.

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Publicada por Anagrama, en esta obra, Molina Foix, recopila un conjunto de 12 cuentos, creados durante los dos años en que el autor estuvo dedicado a la promoción de su exitosa obra El abrecartas, que le supuso ser galardonado con el Premio Nacional de Literatura en 2007.

El escritor alicantino se muestra muy satisfecho con la obra, a la que no duda en denominar su libro favorito, debido sobre todo a la libertad con la que ha podido fusionar y jugar con distintos géneros, con un hilo conductor fantástico, en lo que califica como su etapa fantasmática. En los relatos mezcla distinta temáticas con su habitual habilidad, sin dejar de lado el humor o hasta la crítica al urbanismo desaforado.

Como fuente de inspiración, el autor destaca los 12 volúmenes de los cuentos completos de Henry James. "Espero que se me haya pegado algo del maestro", declara con admiración, mientras confiesa "Cuando escribo me transformo, tomo conciencia de que soy dos, un lector y un escritor. El escritor Molina tiene que convencer cada día al lector Foix".

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Vicente Molina Foix es natural de Elche, España (nació el 18 de octubre de 1946), estudió Filosofía y está graduado en Historia del Arte por la Universidad de Londres, donde fue profesor de literatura española en Oxford. Como escritor, su campo principal es la novela, aunque también cultivado la poesía y ha sido libretista de ópera, crítico y director de cine. Su obra ha sido premiada en numerosas ocasiones, entre las que destacan  el Premio Herralde 1988 por La Quincena Soviética, el Premio Alfonso García Ramos 2002 por El vampiro de la calle México y Premio Nacional de Narrativa 2007 por El Abrecartas, su, hasta hora, reconocimiento más importante.

Publicado originalmente en Espaciolibros

martes, 24 de marzo de 2009

Los lectores españoles

Los lectores españoles dedican 50 minutos diarios a la lectura

MADRID, 23 Oct. (EUROPA PRESS) -

Seis horas semanales dedican los lectores frecuentes a la lectura de libros, aproximadamente 50 minutos de lectura diaria, según los datos del tercer trimestre de 2008 recogidos en el Barómetro de hábitos de lectura y compra de libros. El informe sitúa el índice de lectura en España en el 53,9% de la población mayor de 14 años, que asegura leer, al menos, una vez al trimestre; entre los entrevistados, el porcentaje se eleva al 54,2% entre los que afirmar haber comprado libros en el mismo periodo. Por sexto trimestre consecutivo, los niños entre 10 y 13 años son el grupo de población que más lee (81,9%).

Este informe, elaborado por Conecta Research & Consulting para la Federación de Gremios de Editores de España (FGEE), con el patrocinio de la Dirección General del Libro, Archivos y Bibliotecas del Ministerio de Cultura, precisa que de ese 53,9% que se declara lector, un 39,7% lee libros diaria o semanalmente y se considera lector frecuente, un 14,2% afirma leer alguna vez al mes o al trimestre y se denomina lector ocasional, mientras que hay un 46,1% de no lectores, de ellos, un 33,7% no lee nunca.

La media de libros leídos al año fue de 8,7. Al observar los datos acumulados de los nueve primeros meses del año, tanto el porcentaje de lectores como de compra de libros mejora, ligeramente en caso de los lectores (54,5%) y se eleva al 56,1% entre los compradores.

LIBROS MÁS LEÍDOS Y VENDIDOS

Los libros más leídos en el tercer trimestre del año han sido 'Los pilares de la tierra' de Ken Follet y 'La catedral del mar' de Ildefonso Falcones, y les siguen otros dos títulos de Follet y de Carlos Ruiz Zafón, respectivamente 'Un mundo sin fin' y 'La sombra del viento' y 'El niño con el pijama de rayas' de John Boyne.

Las obras de género infantil y juvenil más leídas por los mayores de 14 años son los libros de 'Harry Potter' de J.K. Rowling, seguidas por 'Campos de fresas' de Jordi Serra i Fabra, 'Memorias de Idhun' de Laura Gallego, 'El Palacio de la Medianoche' y 'Marina', ambos de Carlos Ruiz Zafón. Por otra parte, el libro más leído de otra materia ha sido 'El secreto' de Rhonda Byrne.

Carlos Ruiz Zafón, gracias en gran medida a 'El juego del ángel' y 'La sombra del viento', junto a Ken Follett, con 'Los pilares de la tierra' y 'Un mundo sin fin', se sitúan en el primer puesto entre los autores más comprados en estos tres meses.

Como novedades en este trimestre entre los libros más comprados aparecen títulos como 'El consuelo', de Ana Gavalda; 'Los girasoles ciegos', de Alberto Méndez o 'La piedra redonda', de Manuel F. Ramos.

PERFIL DEL LECTOR

El Barómetro confirma que se mantiene el perfil del lector español según el cual leen con mayor frecuencia las mujeres (56,5%) que los hombres (51,3%); los menores de 45 años, los que tienen estudios universitarios y los que viven en poblaciones de más de 50.000 habitantes.

El castellano es la principal lengua de lectura (93,7%) seguida del catalán / valenciano (4,2%) e inglés (0,5). Para un 0,6% de los entrevistados su idioma habitual de lectura es el euskera y el gallego para otro 0,3%.

Un 59,7% de los lectores sólo lee en una lengua, pero el 40,3% restante lo hace en más de una, preferentemente en inglés (16,2%) y catalán (11,4%).

El entretenimiento es el principal motivo para la lectura de libros (51,2%) aunque hay que destacar que entre los jóvenes de 14 a 24 años la lectura por motivos de estudios es también importante (11,2%). De nuevo, el porcentaje de mujeres lectoras es superior al de los hombres en cada nivel de estudios y en todos los tramos de edad hasta los 54 años.

El Barómetro hace referencia además a la asistencia a las bibliotecas y señala que el 29,6% de la población mayor de 14 años acudió a la biblioteca en el último año.

Extraído de europa press

Las vidas paralelas de Nicodemo Román


Todo comenzó cuando terminé de leer un artículo, en una revista de divulgación pseudocientífica, que me entretuve en hojear mientras esperaba a que me cortasen esta desgracia de pelo que Dios, en su infinita sabiduría, me ha dado, sobre el famoso libro de Plutarco: “Vidas paralelas”. En él descubrí que ciertos personajes de la historia, y no precisamente unos cualesquiera, sino los más cualificados y mejor dotados de la antigüedad, habían tenido un paralelismo en los acontecimientos de su vida, si no casual si al menos buscado con otros individuos más antiguos, y que ya habían dado que hablar tanto a sus coetáneos como a las generaciones posteriores. Si dichas personas habían conseguido, de alguna manera, predisponer al destino para que unas vidas aparentemente mediocres, o no tanto, se transformasen en un acto continuo de aventura, placer, poder, etc., ¿por qué yo no podría realizar algo similar? Tan sólo tenía que poner todo el empeño en modificar mi destino, y ello, con paciencia, estudio y concentración, supuse, no tendría mucha dificultad, a la vez que me reportaría una vida excitante y digna de ser vivida.

El primer problema que se me planteó fue el de elegir el personaje con el cual quería tener un paralelismo en mi existencia. Tras darle las vueltas suficientes como para llegar a ninguna conclusión, decidí que, ¿por qué conformarme con una vida paralela y no ir en paralelo con varias, y de esa forma vivir lo más apasionante de las más apasionantes biografías de la historia? Pero una vez que resolví ir en paralelo a varios próceres, se me planteó un nuevo problema: ¿Qué próceres me habían de servir como espejo? Pensé en Tyrone Power, pero lo deseché rápidamente por su temprana muerte, aunque las loas a su belleza, su actitud y porte distinguido, así como aguerrido, en la película de El Zorro, me inducían a pensar en él como un personaje a tener en cuenta. Rock Hudson también me tentó, pero el hecho de enterarme de su homosexualidad hizo que lo rechazase; no por ella misma sino por su falta de coraje en la vida y, como es lógico, porque yo no lo soy, y mi razón de pensar en una vida paralela excitante no incluye la vía de atrás.

Había analizado la personalidad y la vida de tantos y tantos personajes de Hollywood que estaba empezando a desesperar. Y de pronto, como suelen ocurrir las cosas, lo encontré: Errol Flynn. Dios, sí, ese era mi hombre. ¡Qué hombre! Más diría: ¡El Hombre! Lo recordaba surcando el espacio sobre la cubierta de las goletas, en los barcos piratas, entre las jarcias, con la espada en la mano o el puñal en la boca, asido con los dientes sin dejar de mostrar aquella sonrisa tan seductora, tan encantadora. Recuerdo la forma en que aparecía y se deshacía de éste y de aquel, dando golpes a diestro y a siniestro hasta llegar a la heroína, y allí, tras entablar una lucha sin cuartel, eliminar al enemigo principal, al más feo, al más malo, al más fuerte, tras una ardua batalla en la que repetidamente había estado a punto de perder y que, gracias al destino que la diosa fortuna depara a los héroes, sale indemne; y no sólo eso, sino que surge cual ave fénix, con renovadas fuerzas y, en un golpe de audacia, y de suerte, por que no decirlo, se desembaraza del enemigo taimado y traidor. Y allí, en aquel marco incomparable de humo, de maderas carbonizadas, de velas rotas y mástiles caídos, bajo el fragor de los cañones y los gritos de los heridos, en la inmensidad del negro mar, de tan azul, manchado de sangre por las heridas, con la camisa desgarrada por la lucha, y sin embargo sin muestra alguna de sudor, con el pelo inmaculado, recogido en una coqueta cola y sujeto con un hermoso lazo, toma en sus brazos a la susodicha heroína, que tras acurrucarse en su pecho suspira, y él le da un beso en la boca como no he visto hacerlo a nadie. Así es como se besa.

Sí, definitivamente ese era mi hombre. Ya no necesitaba tener varias vidas paralelas. Con la de Errol Flynn era suficiente. Y desde ese mismo momento me lancé a una búsqueda frenética de todo lo que con su vida y milagros tuviese que ver. Pero claro, mis posibilidades de acceso a la información eran más bien escasas, insuficientes, y de poca enjundia. Una antigua enciclopedia Espasa comprada por mi padre hace una veintena de años, de seis tomos asaz delgados, y un acceso a Internet de lo más frugal (cada vez que accedía y escribía el nombre la página se bloqueaba tras mostrar una serie de direcciones en inglés). Y no es que no sepa mucho inglés, que efectivamente no tengo ni idea, sino que al intentar abrir alguna de ellas, el ordenador, herramienta infernal donde las halla, me mostraba un mensaje de error. Había palabras raras, como naked, orgiastic, algunas como homosexuality, o algo así, pues no lo recuerdo muy bien y ya digo que mi inglés es el que es. A pesar de mi nulidad sobre el idioma de los anglos, y de los sajones, pues también es suyo, deduje que homosexuality tenía algo que ver con homosexualidad, pero deseché cualquier connotación de ese estilo con el personaje, dadas sus actuaciones mujeriles; en cambio orgiastic si que me sonaba a las actividades que le suponía; en cuanto a naked, no tenía la más mínima idea sobre su significado, pero supuse que estaba en relación a orgiastic. Por otra parte, en una de mis largas noches ocupando el sillón que tengo situado frente a la televisión, viendo uno de esos programas que suelen poner para almas en pena, sobre las dos o las tres de la madrugada, en un caluroso debate sobre no sé que tema de insondable trascendencia del cine americano de los años cuarenta o cincuenta, llevado por siete personas sin nada que hacer pero con, al parecer, mucho que decir, surgió de pronto, tímidamente, el nombre propio que mi mente buscaba: Errol Flynn. Un fumador empedernido, pues llevaba desde que el programa había empezado, no menos de dos horas, unos seis cigarrillos entre pecho y espalda, lo dejó caer haciendo referencia a no sé qué, pues la verdad es que no estaba prestando la más mínima atención, toda vez que la razón de ver aquello es que no tenía ninguna otra cosa mejor que hacer, pero sobre todo que el mando a distancia de la televisión estaba roto, y mis ganas de andar eran mucho menores que mi capacidad de abstraerme de la sarta de sandeces que estaban diciendo aquellos personajes.

Puse toda la atención que mis sensores auditivos eran capaces de captar y pude colegir, por lo que decían a continuación, que la conversación versaba sobre las famosas fiestas que se organizaban en los años dorados de Hollywood. Y como decía uno de los contertulios, en ellas, uno de los personajes que sobresalía era el mentado Errol. Y apostilló: en una de ellas se puso a tocar el piano con su verga, de tamaño descomunal, por otra parte. Verga con la que penetró a unas cinco mil mujeres.No había más que hablar, u oír, en ese caso. Errol Flynn era mi hombre, o para ser más exacto, el hombre con el que debía llevar una vida en paralelo. El problema residía en cómo la iba a llevar, la vida en paralelo, claro. ¿Cómo lo haría? ¿Qué tenía que hacer? Nuevas incógnitas que se sumaban a un problema que ya creía resuelto, pero que se presentaba arduo y difícil. Sin embargo el premio se me antojaba, cuando menos, sabroso. Cinco mil mujeres eras muchas mujeres, demasiadas incluso, sobre todo si tenemos en cuenta que, a lo largo de mi azarosa y larga vida, pues estaba entrado en… bastantes años, vamos, que había pasado ya, con soltura, los treinta, tan sólo había estado con dos mujeres, una cuando era un infante impúber, con una muchacha allá en el pueblo, debajo de una morera; muchacha cuya característica más sobresaliente era un mostacho de lo más antinatural, y un ojo, para no ser muy cruel, diré que ligeramente estrábico, pero que se dejaba hacer sin preguntar. Y lo que mi timidez y mi horridez habían impedido hasta aquel momento, unos tragos de un vino tinto peleón en una boda, lograron que ella y yo nos diéramos de bruces en el suelo sombreado de aquella morera y perdiese, yo, la virginidad, que no ella, húmedo colchón de todo sexo varón del pueblo con ganas de él. La otra, pues como dije fueron dos, era una puta cuarentona entrada en carnes, que por poco dinero te hacía una felación, una veces con dientes y otras sin ellos, en función de si consideraba que la jornada había terminado y por tanto se decidía a quitarse la dentadura postiza, pues decía que, como no tenía mucho dinero, se había tenido que conformar con una dentadura de saldo, ya usada por otra mujer, algo más delgada que ella, pero que tan sólo la había usado un par de meses. Además de la felación, por un poco más de dinero, si se encontraba con ganas, te subía a la habitación de la fonda donde vivía y, allí, sobre las mugrientas sábanas de la destartalada cama, te montaba tras despojarse de la falda, casi siempre roja, en la que iba embutida, quedándose con el enorme sujetador, para sujetar unas tremendas tetas, ya que si se lo quitaba caían, las tetas, hasta el siguiente escalón, al perder la sujeción, que no era otro que una barriga abundante, con una ligera hendidura que se producía donde debía estar el ombligo, cuando se sentaba sobre mi sexo; con una mano cogía mi miembro y se lo introducía, mientras con la otra se acercaba a la mesita para coger un cigarrillo y un mechero, poniendo su sobaco a la altura de mi nariz, lo que a veces me provocaba cierto malestar de estómago. Y así, moviéndose cansinamente al compás de mi respiración entrecortada, se fumaba el cigarrillo; cigarrillo que se terminaba después, mientras se lavaba sus partes en el bidé y yo me vestía y me marchaba, pues siempre era así, corto, fugaz, sin palabras, sin preliminares, sin… nada.Descubierto el objeto de mis deseos, surgía ahora, cual nefando guardián de la llave que daba acceso a ellos, el problema de cómo vivir mi vida en paralelo a la de Errol (me permitiré esta complicidad, dada mi cercanía a él). ¿Debía leer el dichoso libro de Plutarco? Pues cuando comencé a leerlo, en un vano intento anterior, no lo hice entero, sino saltando hojas y párrafos sin un sentido aparente, con el sólo deseo de llegar al final, ya que mis conocimientos sobre la época y los personajes eran de una superficialidad que rayaba en la nada. Y ni aun así había llegado al final. ¿En caso de hacerlo sería capaz de terminarlo? ¿Estaría en él la clave? ¿En caso afirmativo sería capaz de desentrañarla? ¿Si lo hacía se cumplirían mis deseos? Demasiadas preguntas para tan poco tiempo. Pensé que un buen ágape regado con vino del tiempo me ayudarían a navegar en el infierno intelectual en que me hallaba inmerso.Y como los humores del vino traen esas cosas, la inspiración se apoderó de mí como por ensalmo y oteé, en la lejanía, y de una forma borrosa, bien es verdad, la manera en que había de actuar... El sueño, por los humores del vino, le llegó, por lo que decidió tumbarse en la cama a rumiar la idea mientras se dejaba llevar. O esperar a despertar y ponerla en práctica.Se tumbó en la cama, como tantas noches, solo, a esperar. Como todas y cada una de esas noches que a lo largo de su vida había pasado, en una tórrida soledad, insoportable y absurda, llena de desesperanza y de dolor. Pero esa noche tenía algo alegre en lo que pensar, una idea que realizar, algo por lo que vivir y por lo que luchar. Pero la inseguridad…


Los ojos se le entornaron y se dejó llevar. El sueño se adueñó de su alma y se pobló de imágenes de mujeres salvadas y rendidas en sus brazos, de volar entre las jarcias o cabalgar a lomos de un corcel con su heroína detrás, agarrada a su cintura, apretada su cara a la espalda de él. De besos infinitos. De amor. La cara transmutada en una sonrisa de felicidad. Como nunca. Y se dejó ir. El sueño se adueñó de su alma y ella, por una vez, vivió y sintió.Las manos cruzadas en el pecho. El cuerpo relajado. Una amplia sonrisa en la cara, por primera vez. Nicodemo Román, en sueños, vivió la vida en paralelo con Errol Flynn. Así debía ser siempre. Abrió levemente los ojos, pero no quería despertar, y los volvió a cerrar.


Nicodemo Román fue hallado muerto en su cama. Sobre la colcha color burdeos, tachonada de puntos de un amarillo intenso, a modo de soles lejanos y refulgentes en un atardecer espantosamente bello y lejano, como si de otra galaxia se tratara. El cuerpo estaba hinchado por los gases de la putrefacción. Llevaba muerto tres días. Olía como a queso de Cabrales. Lo encontró la señora que iba a limpiar una vez a la semana. Una rusa ya mayor con la que apenas hablaba, según le dijo a la policía, a la que llamó tras hartarse de gritar, por la sorpresa.
El forense dijo que no sabía, tras examinarlo, a qué se debía la muerte. Que murió de paro cardíaco era evidente, pues el corazón había dejado de latir, pero que no encontraba ningún fallo aparente de cualquier otro órgano vital, salvo el hígado, que lo tenía a reventar, a punto de una cirrosis, por el beber, como era de esperar, pues en los restos que en el estómago encontró, el vino era el elemento principal. Aunque, tal vez, por un deseo atroz de no sabía qué. Pero que no era sino una simple especulación. Por ello no quedaba más remedio que rellenar el formulario con un: Nicodemo Román, de 36 años, falleció de muerte natural.

Diego Jurado Lara

lunes, 23 de marzo de 2009

Andrés Neuman gana el Premio Alfaguara de Novela 2009 con El viajero del siglo

Según informa la agencia EFE, el escritor argentino Andrés Neuman ha sido galardonado con el Premio Alfaguara de Novela 2009, por su novela El viajero del siglo.

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El Premio Alfaguara de Novela está considerado uno de los premios para obras inéditas en español más prestigiosos del mundo. Está dotado con 175.000 dólares, unos 133.000 € aproximadamente.

En esta XII edición, el jurado ha estado presidido por Luis Goytisolo y lo componían: Ana Clavel, Carlos Franz, Julio Ortega, Gonzalo Suárez y Juan González. La ceremonia de entrega del premio se ha celebrado en el Salón de Actos del Grupo Santillana en Madrid, donde, a la hora de otorgar el galardón, el jurado a querido destacar “la ambición literaria y la calidad de una novela que recupera el aliento de la narrativa del siglo XIX, escrita con una visión actual y espléndidamente ambientada en la Alemania post-napoleónica”.

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Andrés Neuman, es un novelista, poeta y escritor de cuentos, nacido en Buenos Aires en 1977, pero que reside en Granada desde los 14 años. Es licenciado en Filología Hispánica por la Universidad de Granada y colabora como columnista en diversos medios de la prensa escrita. Publicó su primera novela a los 22 años de edad Bariloche (Anagrama, 1999) y está considerado uno de los escritores más prometedores de los surgidos en los últimos años.

Su novela ganadora El viajero del siglo, es un curioso experimento, en el que se busca enfrentar la Europa de la Restauración del siglo XIX con la perspectiva del la moderna Unión Europea en pleno siglo XXI. Con la excusa de un thriller con toques románticos no exento de humor, se analiza los conflictos más actuales como la inmigración, la liberación de la mujer, el multiculturalismo o las diferencias lingüísticas.

En total, este año, junto a la obra de Neuman,  se han presentado al concurso 546 manuscritos inéditos, la mayor parte (178), procedentes de España, seguida de México (96) y Argentina (95). Lo que da una idea de lo disputado y complicado que es alzarse con uno de estos premios.

Sin querer discutir un premio, a todas luces totalmente merecido por Andrés Neuman, si merece la pena hacer una simple reflexión y dejarla en el aire ¿Alguien se cree, que el jurado de un premio como éste, se ha leído las 546 obras que entraban en concurso?

Publicado originalmente en Espaciolibros

domingo, 22 de marzo de 2009

Día Internacional del Agua


El 97% del líquido elemento en el mundo es agua salada de océanos no apta para consumo ni riego y el 3% restante es potable, mayormente disponible en forma de glaciares y napas subterráneas. De esta pequeña porción, el 70% es usado para la agricultura, lo cual torna verosímil la cifra de 1.100 millones de personas sin acceso a ella, y 2.400 millones con acceso pero sin saneamiento adecuado.

A lo largo de toda la historia de la humanidad hubo serios conflictos entre naciones ubicadas aguas arriba y aguas abajo de ciertos ríos importantes: Turquía, Irak y Siria por el control del Eufrates, Jordania e Israel por el Jordán, Egipto y Sudán por el Nilo, India y Bangladesh por el Ganges, etc.

Importancia del agua para la vida. La vida en la Tierra ha dependido siempre del agua. Las investigaciones han revelado que la vida se originó en el agua, y que los grupos zoológicos que han evolucionado hacia una existencia terrestre, siguen manteniendo dentro de ellos su propio medio acuático, encerrado, y protegido contra la evaporación excesiva.

El agua constituye más del 80% del cuerpo de la mayoría de los organismos, e interviene en la mayor parte de los procesos metabólicos que se realizan en los seres vivos. Desempeña de forma especial un importante papel en la fotosíntesis de las plantas y, además, sirve de hábitat a una gran parte de los organismos.

Dada la importancia del agua para la vida de todos los seres vivos, y debido al aumento de las necesidades de ella por el continuo desarrollo de la humanidad, el hombre está en la obligación de proteger este recursos y evitar toda influencia nociva sobre las fuentes del preciado líquido.

Es una práctica acostumbrada el ubicar industrias y asentamientos humanos a la orilla de las corrientes de agua, para utilizar dicho líquido y, al mismo tiempo, verter los residuos del proceso industrial y de la actividad humana. Esto trae como consecuencia la contaminación de las fuentes de agua y, por consiguiente, la pérdida de grandes volúmenes de este recurso.

Actualmente, muchos países que se preocupan por la conservación, prohiben esta práctica y exigen el tratamiento de los residuos hasta llevarlos a medidas admisibles para la salud humana.

Es un deber de todos cuidar nuestros recursos hidrológicos, así como crear la conciencia de que el agua es uno de los recursos más preciados de la naturaleza, por el papel que desempeña en la vida de todos los seres vivos.

No puedo alejarme demasiado de mi rol de educadora. Por lo tanto, propongo una sencilla dinámica. Consiste en que cada uno piense en cosas bonitas que disfrutamos con el agua:

Calmar la sed un día de calor, nadar, practicar deportes acuáticos, ver llover con un café caliente, ducharnos, oler la ropa recién lavada, refrescarnos la cara, los paisajes verdes que el agua nos regala, el aroma de un jardín recién regado, la salitre del mar, la humedad del bosque, los musgos de las piedras.

Cada cual encontrará una emoción diferente con el ejercicio.

Lo ideal es poder practicar este juego, cada vez que disfrutemos del agua, que utilicemos este recurso

El objetivo final es poder interiorizar la importancia del agua.

Que podamos valorar cuan preciado es y lo poco respetado que resulta.

Que podamos erradicar la mala educación recibida, en cuanto al concepto de " inagotable".

Que podamos comprender lo afortunado que somos de tener a nuestro alcance este preciado recurso natural.

sábado, 21 de marzo de 2009

"Pre... munición"

Quien esté atravesando un estado anímico desfavorable, por favor, no leer el siguiente texto, el que pretende ser sólo de ficción.




Amanece nublado. Una suave llovizna molesta incesantemente. A todos. La pesada niebla de vapor condensado desciende desde los cielos amenazando con ser el solemne invitado que verá lo que vendrá. Pero nadie parece percatarse. Cada uno continúa arrastrado por sus cotidianos quehaceres, su llevadera rutina, montado en sus placeres y sinsabores sin detenerse a observar. Pero existe un dato alarmante que sólo las oficinas de los institutos especializados conocen: ha amanecido nublado con las mismas características climatológicas en cada rincón de la Tierra. Y donde aún es noche la oscura tintura de lo nocturno ha teñido el descripto paisaje mientras las mayorías durmientes no se han enterado todavía del fenómeno particular. Existe el periodismo que debe subsistir, noticieros, periódicos, internet. Existe comunicación humana como no la ha habido nunca antes. Libertad de prensa, instituciones democráticas, derecho a saber. Y finalmente se sabe. Nunca antes un marcado fenómeno climatológico había abarcado al mismo tiempo todas las latitudes del planeta. Entre algunos cunde el pánico y la alarma. Otros prefieren confiar y continuar con sus cotidianas actividades preservando su salud mental mientras los termómetros en todo el mundo muestran una acelerada y pronunciada baja de las temperaturas. Todos los medios periodísticos del globo terráqueo se ocupan de manera exclusiva de la noticia. En ningún pronóstico meteorológico se ofrece algún indicio de la cercana aparición del Sol.

Los días transcurren y la situación cambia para agravar. La molesta llovizna se convierte en intensas lluvias que con enojada fuerza golpean los hombros impermeabilizados de los transeúntes que continúan yendo a trabajar. Llegan las inundaciones, enfermedades, avanzan las epidemias convirtiéndose en pandemia. Pasa el tiempo y en vez de disminuir, las gotas de lluvia se convierten en amenazantes piedras de granizo aumentando su tamaño con el transcurso de las horas, hasta doler. Ya no resulta suficiente protegerse del agua, es necesario hacerlo de los verdaderos y solidificados proyectiles acuosos en que ésta se ha convertido. Islas y zonas bajas de la Tierra ya descansan bajo las aguas. Aumentan muy rápidamente los ceros a la derecha en las cifras de muertos y desaparecidos. Enfermos, están todos los que quedan. Los nosocomios en el mundo no dan abasto. Equipos de salvataje, ambulancias, helicópteros, grupos de asistencia van enfermando y muriendo como las propias víctimas que intentan salvar. Y todavía quedan algunos ingenuos que aprovechan la situación de emergencia para el pillaje. El robo y el hurto de bienes en una sociedad que se apaga le quita por completo el valor a las cosas materiales porque nunca lo han tenido. Quienes abrigaban las esperanzas de una situación pasajera van viendo diluir su optimismo en las profundidades de las tierras anegadas. El Sol, parece haberse retirado de nuestras vidas para siempre...

Aparecen los poderosos del mundo dispuestos a pagar fortunas por un rincón alto, seco y cálido. Pero pasan los días y ya ni con todas sus fortunas logran adquirir lo deseado. Las cajas fuertes esconden trastos viejos, las instituciones bancarias y financieras son parques de diversiones vetustos con sus juegos rotos e inutilizados. Inmensas fogatas de dólares, euros, libras esterlinas, libros... papel y más papel, que junto con toneladas de madera y cartón quemados previamente intentan procurar los últimos grados de temperatura cálida a disfrutar. ¿Y después qué? Lingotes de oro, joyas preciosas, diamantes... ya nadie los quiere ni logra cambiarlos por un trozo de pan. Son manipulados por las manos de los inocentes niños, como juguetes para distraer su atención de lo que se avecina.
Y cuando las lluvias merman y algunos ilusos comienzan anticipadamente a bailar, cantar y festejar aun habiendo sido despojados de todo por la sabia Naturaleza, incluso de su salud... débiles, enfermos, sin más que sus propias vidas maltrechas para recomenzar, empiezan a caer del cielo bólidos de fuego. Meteoritos encendidos con destino cierto y sin remitente aparente caen en cantidades cada vez mayores a lo largo y ancho de todo el territorio del planeta, sin distinción de razas, género, religión, edad, situación personal; sin distinguir entre buenos y malos. Incesantes "pppssssssst" al contacto del fuego con lo mojado y los vapores elevándose al cielo en medio de llantos, gritos, gemidos... desesperación. La Naturaleza parece querer terminar bien su obra. Y llega el final...

Todo parece haber terminado ya. Sobre la faz de la tierra o lo que de ella queda, todo es negrura y mojado aún. El frío de las aguas y el calor del fuego se fusionan desprendiendo un humeante vapor de terror, testigo de lo que ha sucedido. Todo arrasado, quemado, destruido. Aquí y allá el tallo verde de alguna planta que ha sobrevivido. O que renace de las cenizas. Algún perro vagabundo, caminando sus huesos con sigilo entre las ruinas en busca de algo con qué engañar su todavía peristáltico estómago. Algún ave solitaria en su vuelo lento y moribundo. Aquí y allá, algunos seres humanos, únicos testigos sobrevivientes y poseedores aún de la mayor de nuestras fortunas: su memoria.
Tierra, agua, fuego y aire, los mismos cuatro elementos que han terminado con todo son los que lo iniciarán nuevamente.
A lo lejos, muy a lo lejos, al ras del resquebrajado horizonte, el espeso y pesado manto de nubes se rompe y por entre sus grietas aparece tímido pero decidido... el Sol.

Rudy Spillman

viernes, 20 de marzo de 2009

Sony y Google se alían para hacer frente a Amazón

Hace muy poco, os anunciábamos que la empresa estadounidense Barnes & Noble había decidido comprar la cadena de libros electrónicos Fictionwise, para posicionarse en el nuevo mercado de los ebooks, después de que Amazón anunciase, a bombo y platillo, el lanzamiento de Kindle 2 y su nueva compatibilidad con el iphone de Apple. Ahora, le llega el turno a Google, que, en respuesta, ha llegado a un acuerdo con Sony, que le permitirá ofrecer su catálogo de libros digitalizados en la tienda de Sony.

airplane-sony-ebook-reader

El acuerdo permite la ampliación de la tienda eBook de Sony a los más de 600.000 títulos que tiene ya digitalizados Google, lo que le permitirá posicionarse como un fortísimo competidor para el Kindle Store de Amazón, que actualmente cuenta con unos 245.000 libros.

Sony cuenta con su propio lector de libros electrónicos, que tiene la ventaja de tener un menor tamaño y peso que el Kindle de Amazón, manteniendo, sin embargo, el mismo tamaño de pantalla. Sony ha completado su agresiva propuesta, anunciando una bajada de precios; el lector de libros PRS-700 costará ahora 350$ y el PRS-505 300$. Según Sony, sus dispositivos permiten la lectura de 7.500 páginas en forma continua, con una sola carga de energía. El Kindle 2, por su parte, cuesta 359$ y puede funcionar hasta dos semanas con una única carga de batería, según Amazón.

Sony_PRS-700

Todas estas operaciones empresariales, son el aldabonazo de salida para una carrera de fondo, en la que se está disputando un nuevo mercado, que se promete floreciente: el mercado del libro eléctrónico. Para hacerse una idea del volumen de negocio que se está barajando, basta con saber que Amazón prevé para este año unos beneficios con el Kindle cercanos a los 256 millones de dólares y que espera llegar a los 1600 millones de dólares en 2012. Por su parte, la cantidad de lectores electrónicos vendidos llegará este año a 1,1 millones, generando unos ingresos de 324 millones de dólares.

Unas cifras apabullantes, que dejan muy claro que lo que se está jugando es, ni más ni menos, que el futuro comercial del libro. Quien no consiga una buena posición de salida en este momento, lo tendrá muy difícil para abrirse un hueco en el mercado en los próximos años.

Publicado originalmente en: Espaciolibros

jueves, 19 de marzo de 2009

George y la caza del tesoro cósmico, la nueva obra de Stephen Hawking

Según informa la agencia EFE, el famoso físico, cosmólogo y divulgador científico, Stephen Hawking ha presentado su segundo libro dedicado especialmente a los niños: George y la caza del tesoro cósmico.

Lucy_Stephen_HawkingDAUGHTER

El libro ha sido escrito en colaboración con su hija, la escritora Lucy Hawking y es la segunda parte del libro La clave secreta del Universo, que fue publicado el pasado año.

Hawking asegura, en una entrevista en la revista "New Scientist", que los niños se encuentran fascinados por los agujeros negros, por lo que con estas obras pretende trasladar una parte de sus conocimientos a los más pequeños, de forma amena y divertida, para prepararlos para que después sean capaces de asimilar obras como su ya famosa Breve historia del tiempo.

La novela trata sobre como George, que ya protagonizase la primer entrega, decide realizar un viaje por el sistema solar en busca de un tesoro cósmico. Para conseguir localizarlo, tendrá la ayuda de la supercomputadura de su vecino, Cosmos, con la que deberá descifrar las múltiples pistas que encontrara en su periplo espacial.

Según comenta su hija Lucy, el principio de la novela resultó tan cómico para Hawking que “Cuando le leí algunos de los capítulos iniciales del libro, le hicieron tanta gracia que dos personas tuvieron que subir y agarrarlo porque se había caído de su silla. No creo haberlo visto reírse tanto nunca”.

Hawking es probablemente el máximo exponente de nuestro tiempo de la genialidad en todas su facetas, intelectuales y humanas. Con una capacidad de superación personal incomparable, ha sido distinguido con con doce doctorados honoris causa y ha sido galardonado con la Orden del Imperio Británico (grado BCE) en 1982, con el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia en 1989 y con la Medalla Copley en 2006.

Os dejamos con un vídeo con una breve exposición del propio Hawking sobre el Universo.

 

Publicado originalmente en: Espaciolibros

miércoles, 18 de marzo de 2009

A mi padre

Odié, desprecié, discutí, admiré y amé a mi padre de una forma que ahora, después de pasado el tiempo, me da miedo. Incluso, tras unos años de su muerte, pienso, a veces, en cómo era posible que existiesen esos sentimientos en mí. La edad supongo, sobre todo la pubertad y el deseo o el propio hecho evolutivo de crearte una personalidad, para lo que hay que oponerse a la norma, enfrentarse al poder, a la autoridad…
Pero el tiempo es sabio. Creces y ves. La distancia y el tiempo te dan una perspectiva que el presente no te permite. Te dan una visión de los hechos que el momento desvirtúa, dramatiza y agranda, e incluso que, vistos desde esa distancia, no son los que vivimos sino otros absolutamente opuestos.
Ahora, que el paso del tiempo me permite ver la figura de mi padre con suavidad, y que su ausencia es absolutamente total, lamento todas las veces que me enfrenté a él, no por el hecho en sí, sino por el dolor que le produje; lamento todos los quebraderos de cabeza que le hice pasar, que fueron muchos; lamento los sinsabores, las decepciones, las malas palabras, los malos gestos, los desprecios; lamento todas y cada una de las acciones que le produjeron dolor. Porque sé, ahora, que todo lo que hizo, bien o mal, conmigo, lo hizo con toda su buena intención. Equivocado o no en el fondo y la forma. Siempre quiso lo mejor para mí. Por eso lamento tanto todas esas cosas. Pero lo que más lamento y me hiere el alma, es la cantidad de veces que no le dije te quiero papá. Porque sé lo que lo necesitaba, lo que lo deseaba. Y lo lamento porque siempre le quise, le quiero y le querré. Porque es mi padre. De ahí el hartazgo de llorar cuando me despedí de él en la UCI, aquel treinta y uno de diciembre, cuando no me oía, cuando sabía, a ciencia cierta, que ya no lo volvería a ver más.
Ya sólo me queda llevarlo en ese sitio del alma donde se guardan los recuerdos más hermosos. Allí donde siempre estarán las personas que más he querido y quiero en este mundo. Cuánto lo hecho de menos, a veces, ahora.
Por todo ello, quiero agradecer a mi padre el placer de haber estado con él en la vida, de que me haya querido tanto, de que me haya educado, de que me la haya dado. Aunque no esté a mi lado físicamente, siempre estará dentro de mí, como lo que es, mi Padre.
Dego Jurado Lara
http://diegojlara.blogspot.com/

domingo, 15 de marzo de 2009

Hola... ¿hay alguien ahí?




Los problemas de comunicación creo nos acompañan a lo largo de nuestra existencia. Imagino a un homo sapiens (y disculpen mi continua referencia al mismo, últimamente, debido a que cada vez veo menos nuestras diferencias y más nuestras similitudes con el antecesor prehistórico) defendiéndose del "posible" ataque de su compañero e insertándole su rudimentaria lanza ante el amague de este otro, de lanzar la suya propia en la dirección del primero, pero sin advertir éste, que detrás suyo avanza hacia él un depredador...

Lo que debiera haber sido una defensa para proteger la vida de su compañero frente a la inminente amenaza de la fiera se convierte en la muerte del defensor en manos del propio defendido merced a la equivocada interpretación de los hechos y las intenciones.

Entiendo que el ejemplo no es el más feliz en el sentido de que la situación de emergencia descripta no permite demasiadas opciones ni ofrece márgenes de tiempo viables para la corrección del error. Pero no todos nuestros mensajes y sus interpretaciones presentan las mismas características y circunstancias.

Volviendo a nuestros días, he aquí otro ejemplo:

Hace ya un tiempo largo, observé entre tantos otros que intentan transmitir el mismo mensaje, un vídeo que utilizando de vehículo el humor, muy acertadamente coloca en escena y sin mencionar una sola palabra, una situación que si bien es algo exagerada pudiera ser real y creada sobre la base de no tomarnos el tiempo necesario para interpretar correctamente las situaciones. O lo que es lo mismo, el corto film muestra a su principal protagonista "saltando apresuradamente a conclusiones". He aquí lo que muestra el vídeo:

Un camionero, que trabaja con un camión-grúa-volcador, vuelve a su casa conduciendo su voluminosa herramienta de trabajo, contento ante la proximidad del encuentro con su esposa. Al llegar, ve estacionado junto a la puerta de su hogar un flamante y lujoso automóvil sport convertible. Con rostro de circunstancia se acerca a una de las ventanas de la casa por donde ve a su esposa recibiendo un ramo de flores de manos de un desconocido. Sin esperar un segundo más se apresta a actuar. Con actitud desencajada y enojado sube a su camión dirigiéndolo de cola hasta encontrarse lo suficientemente cerca del flamante convertible. Acto seguido y utilizando los mecanismos de que dispone su camión vuelca una tonelada de escombros sobre el vehículo dejándolo prácticamente inservible. Pero al ir en busca de su infiel mujer y su supuesto amante, se encuentra con que dentro de la misma casa, las cámaras de un canal de T.V. los está filmando a la vez que el conductor del programa luego de haberle obsequiado un hermoso ramo de flores, pone un cupón en manos de su esposa, la que se ve estimulada a mostrar el mismo en primer plano a la cámara. En ese momento ella ve a su esposo por la ventana. Repleta de entusiasmo y con una sonrisa que cubre su rostro, sin palabras puesto que él todavía se encuentra fuera, le muestra el llamativo cupón que los hace adjudicatarios al premio de un automóvil. El que se encuentra estacionado fuera.

(El mencionado vídeo fue publicado en LIBRO ABIERTO, el 7 de diciembre de 2007, en el artículo titulado: "EVITEMOS LOS MALENTENDIDOS", pero últimamente he podido comprobar que el mismo se encuentra fuera de servicio)

Lo que me llama poderosamente la atención es que después de haber transcurrido siglos y siglos y habiendo evolucionado tanto como especie no hayamos podido resolver este pequeño e incómodo problema que siempre nos trae consecuencias no queridas, desde las más leves e ingenuas hasta las más graves y que suelen cambiar nuestras vidas para siempre. Bastaría con decidir revisar el mensaje que nos está "aparentemente" comunicando algo que percibimos por medio de cualquiera o varios de nuestros sentidos y corroborar su fehaciencia. No nos insumiría demasiado trabajo y así nos aseguraríamos no provocar resultados no deseados por una mala interpretación que nos llevará ineludiblemente a entender la situación de una manera equivocada.

Rudy Spillman

LIBRO ABIERTO

La asesina de ojos bondadosos


"Conforme el tren devoraba los kilómetros, alejándola del influjo de Pedro, se sentía libre, como cuando era una niña y corría por las camadas de los olivos, desatendiendo la llamada de su madre, siempre tan protectora. Y oía las risas de su abuelo, que la animaba a seguir corriendo, sus pequeños pies machacaban las aceitunas caídas, dejando un reguero de sangre marchita en los terrones, que enfurecía aún más a su progenitora. Hasta que se detenía delante de la criba, un artilugio similar a un columpio donde se separaba el fruto de las ramas caídas al desprenderlo del árbol, con aquellas varas de almendro que los aceituneros manejaban con destreza, golpeando con estudiada saña a los sufridos árboles. Admiraba la fuerza de su padre, que levantaba la espuerta hasta la altura de la criba, por encima de su pecho, para luego dejar caer las aceitunas que bajaban alborozadas como niños díscolos. Abajo las esperaba la abuela, con sus dedos ágiles, que retiraba presta los tallos que escapaban al cribado, Raquel contemplaba esas manos curtidas, acostumbradas al duro trabajo del campo, morenas y pequeñas, que también sabían acariciar y transmitir calma.

Los días eran largos y pesados incluso para ella, demasiado pequeña para colaborar; pero al final de la tarde, cuando se recogían los aperos y miraban hacia atrás para ver los sacos llenos, que reposaban como animales cansados en mitad del olivar, sentían la satisfacción del trabajo bien hecho, la seguridad de que su esfuerzo no sería en vano, que aprovisionarían de aceite las despensas y de dinero las arcas de la familia, y asegurarían el sustento de la misma. Entonces las dudas no asaltaban su ánimo ni lloraba a escondidas tratando de buscar el motivo de tanta tristeza, las cosas eran más sencillas..."


Fragmento de mi novela "La asesina de ojos bondadosos". Premio Diputación de Jaén a Escritores Noveles (Año 2007)

Felisa Moreno


Ecos

La voz como un eco que sale de dentro envuelve el aire en la conciencia de una mirada que se aleja por la línea del horizonte, donde el cielo y el mar se unen sin solución de continuidad. El eco de una guerra sin fin más allá de las fronteras del alma y de los cuerpos. Los sonidos metálicos sólo producen quejas, sonidos de vestiduras rasgadas, de lechos rotos, de perdidas miradas. Hay como un galope que se oye fuera, pero que nunca llega. El tiempo, cauto, espera y alimenta el deseo insatisfecho. El pecado se acrecienta. La vida se aleja. Agua. Sed. El rumor del calor en el ocre de los trigales suena a ausencias en el aire que calienta y despereza el ansia de vida, aun incierta. Almas derramadas. Opio. Amapolas. La voz queda, me acerca. Suavidad. Y cuando los sonidos, todos, desaparezcan frente al través de las rendijas de los ojos, quizás entonces sea el momento de andar el camino de la dulzura. Delectación ante la nada que invita a la vida, o el todo, o… Oír, oler, ver, saborear, tocar, amar. Ser. Vida. Deleite. ¿Más? No.
Diego Jurado Lara

jueves, 12 de marzo de 2009

La revolución digital se aborda en el Congreso Nacional de Libreros

La CEGAL (Confederación Española de Gremios y Asociaciones de Libreros) ha inaugurado, hoy 12 de marzo, el XXI Congreso Nacional de Libreros, que se celebra este año en el Salón de actos del Palacio autonómico de Ceuta. El gran protagonista de la jornada ha sido el libro electrónico, que empieza a perfilarse como el futuro de la industria.

cegal_logo

Como no podía ser de otra manera, en esta primera jornada, los libreros han querido destacar la importancia de la librería y el papel de los libreros como agentes culturales. También han querido incidir en la necesidad de que el mercado español se adapte a las nuevas tecnologías, que empiezan a abrirse paso en el sector, cada vez con más fuerza.

Representantes de empresas especializadas en contenidos digitales como Publidisa y Gardners, han analizado el impacto sobre el sector de la comercialización del ebook y los nuevos lectores digitales. Las librerías tienen la obligación de adaptarse a un nuevo entorno dinámico donde las innovaciones tecnológicas van a marcar la agenda, si quieren seguir siendo el principal canal de venta de libros en España.

libro_blogs

El director ejecutivo de Publidisa, Luis Francisco Rodríguez, apuntó en su ponencia, las ventajas que suponen en este marco, nuevas opciones editoriales como la impresión bajo demanda, que describió como "idónea para el ahorro de costes y el desarrollo sostenible del sector”

La subdirectora General del Libro, Mónica Fernández, quiso destacar la importancia del sector, apuntando que, según el Mapa de Librerías, de los 33.000 establecimientos que venden libros en España, tan sólo el 15 por ciento eran auténticas librerías, resaltando que “hay problemas por solventar en el sector minorista como el ciclo de vida de las novedades, la falta de medios humanos y técnicos y la amenaza que supone el lento ritmo de la implantación de las nuevas tecnologías".

En las próximas jornadas, se analizará el impacto de la coyuntura económica actual sobre el sector, además de la modernización a la que están obligadas las librerías si quieren sobrevivir en el nuevo mundo digital. El congreso se cerrará con una excursión a la Medina de Tetuán.

Publicado originalmente en Espaciolibros

martes, 10 de marzo de 2009

La novela: El marco escénico

Llegamos al último de los elementos que componen una novela que no es otro que el marco escénico en el que se desarrolla la acción.

Escenario

Definíamos inicialmente el marco escénico como ambiente físico y temporal en que se desarrolla la acción. De esta definición podemos extraer una diferenciación entre dos aspectos fundamentales del marco escénico: el marco temporal y el marco espacial.

1) Marco Temporal:

tiempo

El tiempo define la duración y sucesión de los distintos acontecimientos. Pude utilizarse un tiempo de narración muy diverso: dese un tiempo corto, unas pocas horas, a un tiempo largo, varios años. Por otro lado, la sucesión de los acontecimientos puede narrarse de distintas maneras:

  • Desarrollo Lineal: Los hechos siguen un orden cronológico lógico, narrándose en el mismo orden en que sucedieron.
  • In Media Res (en medio de las cosas): La acción parte de un momento intermedio y se desarrolla mediante la alternancia entre sucesos anteriores y posteriores.
  • Flash-back: En este caso la narración empieza por el final y retrocede hasta el pasado.

En relación al tiempo, es importante también hablar del ritmo narrativo, que puede ser rápido, cuando los hechos se suceden de forma ágil y abundante , o lento, cuando la acción es más pausada, abundando las descripciones y reflexiones.

Otra clasificación habitual suele hacerse refiriéndose a la percepción que se tiene del tiempo durante la narración. Suele hablarse entonces de:

  • Tiempo objetivo: Cuando el paso del tiempo que se mide de la forma habitual mediante horas, minutos y segundos.
  • Tiempo subjetivo: Cuando la percepción del paso del tiempo se realiza mediante una apreciación subjetiva, pudiendo un solo instante hacerse eterno.

2) Marco Espacial:

espacio

Hace referencia al espacio físico en que se desarrolla la acción; el lugar por el que se mueve los personajes. A veces puede resultar anecdótico para la narración y en otras ocasiones puede convertirse en un personaje más de la historia. Suele distinguirse entre:

  • Espacio real: Se identifica con lugares que existen realmente.
  • Espacio imaginario: Se refiere a lugares que no existen realmente, pero que tienes su base en espacios reales modificados o adaptados por la imaginación del autor.
  • Espacio fantástico: Son lugares sin existencia real alguna, nacidos única y exclusivamente de la mente del escritor.

Publicado originalmente en Espaciolibros

lunes, 9 de marzo de 2009

Glinnila (3)

Los ojos somnolientos y radiosos de Glinnila se abrían en ese instante, el avión llegaba a su destino. Nos despedimos y quedamos de encontrarnos a las siete de la noche en el Estadero El Malecón, a orillas del río Atrato
Perfumes escondidos subían de las aguas del Atrato, de los arbustos florecidos, de los meandros pensativos y los rosales lejanos, que la sombra poetizaba en largas simbolizaciones de blancura.
Al ver a Glinnila un poco mareada por el efecto del champaña, la invité a salir al jardín, donde los aires puros le quitaran aquel principio de mareo. Le di el brazo y nos pusimos en camino; llegando al jardín donde estaba mi auto ella desvaneció en mis brazos. Cuando lo puse en marcha, ella abrió los ojos y me sonrió dulcemente. La besé en la frente, sobre los ojos, en los labios...
El beso embriaga. Y, loco ya por la trágica locura de los besos, me dirigí a mi casa de soltero y, Glinnila, entró a ella, seria, serena, erguida, alta la frente, inmutable y fatal, como la más pura de las esposas al más puro de los hogares; y pasamos por el iluminado gran salón familiar, hacia el dormitorio, cubierto de mármol el piso y sus paredes tapizadas en lila; y el gran lecho de caoba, con sábanas de terciopelo, adornado por un acuario, donde voloteaban decenas de palomas blancas y cantaban varios ruiseñores, apareció ante sus ojos.
¡Salve virgen! Dijeron las brisas y las flores.
¡Salve virgen! Cantaron los turpiales encerrados en jaulas de marfil.
¡Salve virgen! Repitieron los ecos de la noche cuando como una paloma que entra al nido, la doncella intocada hundió sus carnes en las bellezas nítidas del lecho.
La acaricié con mis labios en los lóbulos de las orejas para excitarla, prolongué esa caricia por el cuello de marfil y el pecho adorable, que descubrí bruscamente, haciendo saltar fuera del vestido los senos duros y delicados como dos pétalos de rosa. Los mimé largamente, apasionadamente, devorando a besos las corolas rojas de aquellas flores de nácar, teñidos de un suave color canela. Allí descubrí la belleza de ese cuerpo de diosa, y tuve orgullo de ver las divinas carnes reposando sobre mi lecho, cálido y sensible, hecho de plumas de colibrí; y ya desnuda, quedó bocarriba, casta, pura y radiante, como una Venus emergiendo de las espumas inmaculadas del mar. Me entregué totalmente a la contemplación de esa Venus en su desnudez de diosa; y en la atmósfera calmada, tibia con los perfumes de su cuerpo, se sentía en el aire algo así como las vibraciones del himno triunfal de su hermosura. La poseí, suavemente, cuidadosamente, ardientemente, con una pasión tierna, sintiéndola gemir y sollozar bajo mis besos, en el encanto y el dolor de aquella desfloración.
¿Cuánto tiempo estuvimos allí en brazos uno del otro? No habría podido decirlo.
-Mi amor, a propósito ¿cómo te llamas verdaderamente?- le pregunté -, cuando ya satisfecha mi pasión la miré desnuda sobre el lecho como una margarita desolada.
-¿Yo?- balbuceó ella- como esquivando una respuesta inmediata y cubriéndose con los abrigos de la cama en un gesto noble bajo las claridades lunares...
-Sí, tú.
-Yo, me llamo una mujer.
La repuesta evasiva y extraña, me irritó hasta la cólera.
-La respuesta es idiota- le dije-, ése no es un nombre sino un sexo.
Temerosa de haberme disgustado, y como un poco miedosa, la joven dijo:
-Perdóname mi amor, no quise ofenderte, pero, ¿te das cuenta cómo me encontraste? Creo que ya cumpliste tus deseos y, además, ¿qué os puede importar mi verdadero nombre? Es que las mujeres que somos de malas, tenemos uno: nos llamamos placer, algunas más felices se llaman: amor y, calló, como angustiada y, quedó muda, como en un abandono inmenso, aspirando un perfume de recuerdos removidos por el verbo profanador. El amor- murmuré yo con un sordo rencor- como en una resurrección súbita de visiones, donde gritara el gran duelo de mi corazón debido a tantas desilusiones...
¡El amor! ¿Sabéis vosotras las mujeres lo que es esa palabra?
-No sabemos de ella sino lo que los hombres nos enseñan, lo que ponen en nosotras para llenar el gran vacío de nuestro corazón; él, es verdad o es mentira según lo dijeron los labios que nos iniciaron en sus secretos; ellos nos enseñan la sinceridad o la falsía; nuestra alma está hecha por la modelación de sus besos; fue la presión de sus labios la que la hizo alma de lealtad o de perfidia; todo iniciador de amor es un modelador de almas; la nuestra está siempre llena de su presencia. Absorto, inquieto, ante la oscuridad reminiscente de esta respuesta, y a la vista de ese corazón misterioso, del cual el secreto pugnaba por escaparse como un perfume, dije:
-Y, la tuya, ¿quién la modeló para el amor?
-¿La mía? Por las formas del mármol se conoce el escultor; no podéis conocer sino mi cuerpo; me siento orgullosa que me hayáis encontrado virgen; mi alma, mi pobre alma, esa no la ha visto sino aquel que la despertó de su sueño de arcilla y, que acaso no verá jamás...
Hundida en la bruma débil, su cabeza perfumada, parecía soñar bajo el vapor cálido del lecho y la penumbra.
En la calma oceánica de esa hospitalidad tan amable y discreta, ambos dejábamos dilatar nuestros sueños por el jardín tentador de los recuerdos, viendo resucitar las horas anonadadas del amontonamiento fúnebre y clamoroso de las inexorables cosas del pasado. Una inagotable onda de pesar brotaba de nuestros corazones, que parecían tenderse con un largo estremecimiento portentoso hacia el pasado.
Algo inquieto y analista, interrumpí el silencio, y con la calma gris de un psicólogo profesional, interrogué a la joven, que parecía dormida en un dulce poniente de cosas profundas y calladas.
-¿Qué edad tienes?
Ella abrió los ojos, y en sus pupilas color café intenso, pareció brillar un horizonte de devastaciones.
-Diecisiete- respondió débilmente- pero los años de mi corazón son infinitos.
-¿Quién te enseñó a hablar así?
-Aquel que me enseñó a pensar.
-Y, ¿quién fue él?
-El mismo que me enseño a amar.
-Y, ¿dónde está?
-Él, me enseñó también el abandono.
-¿Su nombre?
-¿El nombre suyo? Ahora, llama: dolor, ¿después? Llamará: olvido...
-Ese no es un nombre.
-El, encierra y devora todos los nombres. Y, como si hubiese tropezado con algo la desnudez de su herida, la joven clamó, más que dijo:
¡No me interroguéis, no me interroguéis! ¿Qué os importa mi pasado? Menos aun si es doloroso y triste, mi cuerpo ha sido vuestro, ¿qué más queréis? ¡Haz lo que quieras con mi cuerpo pero no toquéis mi alma! y, como si temiese que por debilidad le arrancase su corazón para mirarlo, la joven trató de incorporarse bruscamente del lecho, pero la detuve, diciéndole: perdóname vida mía, no lo volveré a hacer, y la cubrí con las ropas de la cama, con un gesto de verdadera y tierna delicadeza. Un gran sentimiento de piedad me vino al corazón, ante aquella mujer silenciosa, llena de poesía, tan misteriosa y tan inconsolablemente triste, y el poeta que dormía en mí se despertó, y mi musa abandonada vino a besarme en esa hora de felicidad sublime y, escribí en mi diario prosas asonantadas, lapidarias y sonoras, como queriendo decir: Yo también sé el camino de la inspiración. Y, en esa prosa rítmica, esculpí y canté el cuadro de mi ventura:
“Un silencio rumoroso, idólatra y religioso, un silencio de santuario, había en torno a ese sagrario, donde inerte y descuidada ¡Oh, mi diosa! ¡Oh, mi adorada!
“Y, en la atmósfera vagaban, mil perfumes que embriagaban; y en los ruidos vagorosos, habían besos amorosos, que vibraban y cantaban en el rayo de la luz.
“De rodillas ante el lecho, con las manos en el pecho, conteniendo los latidos de mi pobre corazón, yo en silencio te adoraba y en silencio recordaba, que esa noche ya pasada ¡Oh, mi negra desposada! Te dormiste entre mis brazos, y al reclamo de mis besos y al calor de mis abrazos, se abrió tu alma a mis caricias, de tu amor con las primicias, como al rayo del sol fulgido la rosa abre su botón.
“Y, al mirarte así rendida, recordándote vencida, busqué un sitio y a tu lado, yo el león domesticado la cabeza recliné...
“Y, pensando en el hastío y en el olvido hosco y sombrío, y pensando en que pudieras olvidarme o yo perderte, tuve miedo de la vida, sentí anhelos de la muerte, lloré mucho y en silencio, en silencio te imploré”.
Después me acerqué al lecho, y haciendo como había escrito, coloqué mi cabeza en la almohada y puse mis labios en los de mi idolatrada. Glinnila, abrió los ojos, sus grandes ojos de zafiro, somnolientos, echó atrás su cabellera, río de espigas luminosas, puso los brazos en cruz, y se desperezó indolente con un gesto de ninfa acuática, mientras la luz jugueteaba en los bellos jazmines de su cutis, centellando en el polvo de oro de sus encantos desnudos.
¡Eva!
¡Eterna Eva! ¡Tentadora de amor!
¡Bendita seas!
Desde aquel día nos vimos tres veces por semana, en el mismo sitio, y repetimos los mismos ritos de amor.
La misericordia de la vida, nos da el amor como el más suave elixir del olvido que puede apurar el alma angustiada de un hombre, frente a los dolores irremediables. De ese licor habíamos bebido Glinnila y yo y nos embriagábamos de él; devorábamos nuestra felicidad como a un fruto lleno de dulzura, y la envolvíamos en los cendales del silencio. Y, nuestros cuerpos se unían como nuestras almas, en un fervor olvidadizo de las cosas que nos rodeaban. Bien pronto, no fueron bastante esas horas para vernos y amarnos, y buscábamos para eso hasta el seno más oscuro de la noche. Vivíamos siglos en la sensación deliciosa de aquellos besos que parecían hacernos inmortales. Sólo la luz inoportuna de la aurora venía a llamarnos a la vida real, a separar nuestros corazones cada vez más ilusionados- porque la ilusión vive en todo: hasta en el corazón turbado de dolor y en el seno agotado de la muerte. En ese olvido vivimos, hasta aquella tarde que en el jardín, Glinnila, más adorable que nunca, me reveló la dulce verdad: estaba encinta, y se quedó viviendo definitivamente en mi dulce hogar. Y, la vi embellecer, como en una maravillosa transfiguración. Al mismo tiempo, ella, consolada, apasionada y conmovida por aquel afecto que la rodeaba de cuidados y de atenciones cuasi paternales, se enorgullecía ante aquella cosa inmensa que se llama amor; y en la gloriosa aceptación de su destino, ponía tan candorosa pasión, se hacía tan filialmente tierna para con migo, que sentía engrandecer mi corazón. Mis libros de Física y Matemática, inconclusos, aquellos en que vivía gloriosamente mi alma viril, volvieron a sentir la fuerza opresora de mi pensamiento y mi didáctica. La fiebre del trabajo, la radiosa alegría de producir volvió a apoderarse de mí; y la maravilla de las leyes físicas, y la belleza de los números, llenaron las páginas vírgenes, como un gran río crecido que inunda una llanura. Glinnila, añadía a sus otros cuidados, amor hacia mí. Ella misma pasaba a limpio los borradores, me ayudaba a corregir las pruebas, recogía y catalogaba los originales. Salíamos muy poco y rara vez recibíamos visitas; apenas sí frecuentábamos cines y teatros. No se nos veía jamás en cafés, y vivíamos abrazados a nuestra tranquilidad como a un escudo. Mi corazón conquistado por el amor, tenía la dulce y aterradora mansedumbre de un león dormido, se diría que había amado siempre.
Glinnila, cuya salud florecía como un rosal en primavera, bajo las dulces ternuras que rodeaban su existencia, empezó a sentir síntomas de parto, y fue hospitalizada ese mismo día. Esperé con el corazón lleno de incógnita y de tristeza. Al largo rato, salió el médico que la atendía, y con semblante tranquilo, me informó que Glinnila había dado a luz dos varones. Cuando llegué donde estaba ella, la vi inmóvil, pálida y feliz, y a su lado los dos infantes que dormían. La abracé y la besé en la frente, y mirando a los niños dije: Tú, que eres el mayor te llamarás Idin II, y tú, que eres el menor, serás Adrián II. Ella, contagiada de aquella alegría, me sonrió débilmente, me tomó las manos y me atrajo contra su pecho con gesto maternal, y con lágrimas de emoción dijo: Mi amor, estoy plenamente convencida que esos nombres encierran algún misterio en tu corazón o tienes un “alma mística”.
Aquella mujer enferma me parecía más bella que antes, y comprendí que no podía separarse de ella...
Todas mis ternuras, todos mis deseos antiguos me subían al corazón en un flujo desbordante, y me estremecía nerviosamente al recuerdo de mis ingratitudes, que hoy se me hacían odiosas y monstruosas...
¿Cómo había podido hacer llorar tanto aquellos ojos prismáticos que eran como el espejo de su alma?... Una sed infinita de hacerse perdonar me subió al corazón.
Nuevos informes médicos me hicieron conocer que Glinnila retrocedía en su curación, una hemorragia imprevista se había presentado y su debilidad agónica no podía casi resistirla...
Yo, en el hospital no se separaba de ella, y preocupado ya no hallaba como consolarla y, la miré vencida por la fiebre, calmada bajo la influencia de las drogas, extenuada, apenas visible bajo las grandes sábanas que la cubrían y, en el denso silencio donde el ojo humano apenas veía la constante presencia de las cosas, la tomé de las manos, y casi de rodillas la miré dormir. Aquellas manos ardían como una brasa y el pulso apenas se sentía palpitar bajo la piel.
¡Cómo crecía mi amor hacia aquel ser frágil e idolatrado por mí que apenas se dibujaba allí como un sueño de luna!...
Un gran deseo me vino de morir también al lado de aquella rosa que se marchitaba bajo el tétrico esplendor de la nada, ídolo de mi corazón, que guardaba aun el recuerdo de las caricias pasadas, y sufría el castigo de mi idolatría a la cual había dado mi esperanza cándidamente... Mi dolor crecía siempre inmensamente, desnudo, inconmensurable como un cielo y, sentí cómo la mendicidad de mi corazón era vasta, vasta como el espacio y, vi que no había limosna terrestre para mi soledad espantosa que era como un principio eterno de la muerte...
La luz matinal hizo abrir los ojos a Glinnila, pesados de fiebre y llenos de un sueño malo, como una aglomeración de visiones. Se incorporó penosamente; fui en su auxilio, la tomé en mis brazos y arreglé en torno suyo las almohadas dispersas, la acaricié como a un niño, la besé en la frente sudorosa y la abracé tiernamente contra mi corazón.
-¿Has dormido bien amor mío?- le pregunté-, mirándola fijamente a los ojos.
-Sí.
-¿Sufres?
-No.
Su voz era débil como un gorjeo de pájaro, y de sus ojos febricitantes se escapaba la gratitud como un himno.
-Y, tú, ¿has dormido amado mío?
-Sí, toda la noche; y la mentira corrió de mis labios como una miel de misericordia, y se extendió como un bálsamo sobre los bordes de aquella herida incurable; y mi corazón cargado de verdades, se miró en los posos grises de aquellos ojos sumidos en la penumbra, ojos que esa mentira hacía luminosos como lagos de asfaltos heridos por el sol.
La fiebre y la hemorragia agotaron tal mente las fuerzas de Glinnila que en aquel momento daba la impresión de muerte. Asustado, la llamé a grandes gritos desesperados:
¡Glinnila, Glinnila!...
Ella abrió los ojos brumosos, llenos de penumbra, y me miró vagamente, como si volviese de limbos muy remotos...
Glinnila, Glinnila- sollocé-...
No es nada, no es nada, dijo ella, débilmente intentando sonreír. La abracé con desesperación, ante esa visión de la muerte en los ojos adorados; y ambos temblamos en conjunto, en ese silencio lleno de amenazas... Ella, al verse tan consentida, lloró dulcemente, un reparador llanto de felicidad; yo la miré llorar, hundida en esa embriaguez de ventura, llena de una extraña sensibilidad, ante aquella felicidad de muerte que parecía un crepúsculo, y calló largo tiempo.
-Perdóname- dijo ella-, volviéndose hacia mí, y reclinó sobre mi pecho varonil la cabeza triste y casi inerte, como para sentir por última vez cerca, aquel corazón misterioso lleno de tumultos... y, un gran soplo de melancolía pasó por nuestras almas, como bajo un cielo incoloro, sobre un río de silencio...
Glinnila, ya no se levantó del lecho. Los médicos, desesperados, hicieron hasta lo imposible por salvar aquella vida, todo fue inútil, su corazón misterioso al fin dejó de latir.
Quedé como aterrado a causa del dolor. Y en mi desesperación, tomé los niños, salí con pasos lentos y me perdí en las sombras negras de la noche, envuelto en el eco de mi voz que decía: mi alma triste, profundamente triste, abrumada por el peso de tantos recuerdos dolorosos y tantas desdichas presentes, no tiene ni aliento ni voluntad para seguir resistiendo este infortunio monstruoso engendro de un destino desgraciado.