La palabra puede ser aplicada tanto a las personas y cualquier otro ser vivo, como a las cosas. Entre las primeras, nos solemos causar daños tanto físicos, como morales. No así, los objetos sólo podrán sufrir un daño en su estructura física, ya sea con la única posibilidad de dañar su masa, si se tratara, por ejemplo, de una piedra, o también su mecanismo interno, como en el caso de cualquier aparato electrónico, entre otros tantos objetos. No siempre será el ser humano el causante de daño. Como todos sabemos, lo suelen causar toda especie de otros seres vivos, también los causan las cosas y la propia Naturaleza, por medio de las llamadas "leyes de fuerza mayor". Con excepción de estos últimos casos, en todos los demás, el daño puede ser causado con o sin intención.
Fijémonos hasta qué punto asimilamos equivocadamente este corto vocablo con la maldad, que en más de una oportunidad habremos escuchado decir: "le gusta causar daño" para describir la maldad de una persona.
Sin embargo, ¿quien osaría tildar de malvado al acto de causar daño a todos los poderosos armamentos de las grandes potencias del mundo? Antes bien, estaría cometiendo un acto de bondad sublime en pro de nuestra propia subsistencia y la de todos los que habitan este bendito planeta.
Rudy Spillman
2 comentarios:
Ja, ja. Perdona que me ría. Iba leyendo concentrada y bastante poseída por lo que leía. Todo me sonaba familar y aseguraba en mi interior que se debía a la similitud en cuanto al pensamiento. Estaba de acuerdo mi "yo" con lo que leía.
Pero al acabar la lectura me encuentro con el autor. Ahí me reí, al ver que era Rudy Spillman. Comprendí que más allá del acuerdo, la lectura me resultaba familar.
Un saludo a los integrantes de escritoresclub.
Flor
Con haberte sacado una sonrisa me doy por satisfecho.
Un abrazo, amiga.
Rudy
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