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Esperamos que encontréis aquí respuestas a algunas de vuestras inquietudes y también un momento de esparcimiento, acompañados de la mejor literatura.

lunes, 23 de junio de 2008

MEDITACIÓN

EJERCICIO DE CONCENTRACIÓN (Parte I)


El siguiente es un sencillo ejercicio destinado a agudizar el poder de concentración de la mente, lo que nos llevará a vaciarla por completo de todo pensamiento durante el transcurso del mismo.

Primero debemos buscar un lugar confortable en la casa, donde sentarnos y sentirnos cómodos. Luego buscamos un punto lo más pequeño posible pero que nos permita verlo con claridad desde el lugar donde hemos decidido sentarnos. No será importante su forma ni color, mientras este punto sobresalga a nuestra percepción y se distinga por su contraste, con todo lo que lo rodea. Puede tratarse de la cabeza de un clavo en la pared (o una mancha), algo sobresaliente de un cuadro, fotografía u objeto cualquiera que forme parte de la decoración y que se encuentre frente a nosotros.

Vuelvo a repetir, es importante que el punto, mancha u objeto sea lo más pequeño posible, pero que nos llegue visualmente con completa claridad. Quien porte lentes, en esta etapa deberá utilizarlos a los efectos de recibir claramente la imagen del punto, mancha u objeto que hayamos elegido.

Una vez ubicados cómodamente en el asiento de nuestra elección lo único que debemos hacer es observar el objeto elegido. Solamente el objeto elegido, concentrando toda nuestra atención en él y con nuestra conciencia plena de estar observándolo. Es necesario "mirar" lo que estamos viendo y no solamente "verlo". Pondré un ejemplo para facilitar la comprensión de lo que intento explicar:

A veces vemos a una persona, o alguien nos ve a nosotros, con la vista "perdida". Nuestra mente se encuentra absorbida por algún pensamiento. Entonces ocurre que lo que en ese preciso momento se encuentra frente a nuestros ojos, no lo "vemos". Lo "miramos" pero no lo "vemos", porque "mirar" significa "ver con conciencia de que lo hacemos". Es decir, el sentido de la vista requiere de la ayuda de la mente (es por ello que a veces uno no recuerda lo que tenía unos segundos atrás frente a sus ojos). Nuestra mente tiene la capacidad, en forma simultánea, de prestar ayuda a nuestra visión, para no perder conciencia de lo que se está viendo; y a la misma vez abstraerse en algún pensamiento. Pero de esta manera pierde concentración en ambas dimensiones. Si ponemos énfasis en concentrarla en el afuera (nuestro objeto elegido para observar) estaremos impidiendo que piense.

Nótese además, que nuestra mente se encuentra imposibilitada de tener dos pensamientos en forma simultánea. Es por ello que a los niños que se asustan con malos pensamientos se les suele aconsejar "pensar en algo lindo, que les agrade mucho", puesto que un pensamiento desplazará al otro. No así, en el exterior, la mente podrá ser de ayuda a la visión concentrándose en varios puntos visuales a la misma vez.

Volviendo a nuestro ejercicio, notaremos que si logramos concentrar nuestra vista en el objeto, conscientes de que lo hacemos, nuestra mente estará también allí y por lo tanto se encontrará vacía de todo pensamiento. Esto nos traerá como efectos derivados, descanso a nuestra mente (funciona las 24 horas del día, aun durante el sueño) y relajación muscular en todo el cuerpo. También es probable que logre disminuir o hacer desaparecer (de manera temporaria), los temores, angustias, rabias, nerviosismos y demás estados de ánimo desagradables, debido a que todo estado de ánimo está sustentado y producido por nuestros pensamientos, aunque muchas veces no lo advirtamos por la rapidez con la que se produce el pensamiento en la mente y su consecuente reacción anímica. Pero no nos entusiasmemos demasiado, puesto que el éxito y duración de estas reacciones dependerá de nuestra capacidad para lograr una adecuada y profunda concentración. A la que deberemos, a medida que nos habituamos, ir agregándole otras técnicas de apoyo con las cuales podremos ir familiarizándonos según vayamos descubriendo con la práctica, cuál es el método más adecuado a nuestra mente y nuestro cuerpo.

Mientras tanto, comenzar la práctica de este ejercicio de concentración en nuestro objeto elegido, durante 10 minutos seguidos, cada vez (comenzar una vez por día e ir aumentando la cantidad de veces diarias a medida que se observan beneficios en los resultados), nos permitirá ir incursionando en el mundo del dominio de nuestra mente. El poder de la mente es enorme y desconocido en su mayor parte. Vivimos nuestras vidas acostumbrados a ser llevados de aquí para allá por nuestras mentes. Aprender a decidir nosotros mismos lo que deseamos de la misma y saber imponérselo redundará en una mejor calidad de vida. Una vez gocemos de salud mental completa, nos resultará muy sencillo contagiar nuestro cuerpo, pues ello sucederá en forma automática.

Para finalizar con esta primera parte de nuestro ejercicio de concentración, nótese que no resultará nada fácil en un principio, concentrar nuestra mente en el objeto elegido, más que algunos segundos. Será común y repetida la situación de tener la vista puesta en el mismo, pero nuestra mente llevándonos al pensamiento de turno, de acuerdo a su propia decisión. Pues de eso se trata. De cambiar los hábitos de nuestra mente y que comience a hacer lo que nosotros le dictaminamos. Es menester no alterar nuestros nervios ni desilusionarnos con el aparente fracaso, en un principio, de nuestros objetivos, puesto que de lo contrario, nos estaremos alejando aún más, de lo que deseamos lograr. Con paciencia, insistencia y perseverancia iremos logrando mantener nuestra mente libre de todo pensamiento por períodos cortos pero efectivos. Llegar al término de un minuto o algo más es lo ideal. Cada vez que notemos que nuestra mente nos ha llevado a sus pensamientos, no tenemos más que detener el ejercicio y comenzar de nuevo. Una y otra vez. Sin desestabilizarnos anímicamente. Y sin rendirnos a los designios de nuestra mente. Es importante entender que la tendencia consiste en perder la concentración. Si nos fuese tan sencillo mantenerla, no necesitaríamos del ejercicio. (Continuará...)

Rudy Spillman

http://libroabiertorudyspillman.blogspot.com


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