Escritores Club forma parte del portal de literatura Escritores Libres y pretende convertirse en una propuesta cultural innovadora, capaz de ofrecer al lector la oportunidad única de conocer sus autores favoritos y dialogar con ellos directamente, sin intermediarios. Hemos reunido los mejores escritores independientes del panorama literario actual, dispuestos a ofrecernos su talento y sus valoraciones, no sólo sobre sus obras, sino sobre la literatura en general y el mundo que la rodea.

Esperamos que encontréis aquí respuestas a algunas de vuestras inquietudes y también un momento de esparcimiento, acompañados de la mejor literatura.

sábado, 8 de agosto de 2009

El jardín de las delicias


Algo de Arte, de uno de mis pintores favoritos, de una de mis obras preferidas. El Jardín de las delicias, de el Bosco. La belleza está en el Arte, decía Wilde.

Se ha tenido poco en cuenta la capacidad del Bosco para transmitir diversión. En la tabla central del Jardín de las delicias no hay una representación del mundo grotesco de la concupiscencia y la condenación. El Jardín de las delicias nos muestra, cuando seguimos la línea de visión del enorme ojo flotante de las puertas, un parque de juegos de Otros. Pero ¿dónde está? Las parejas, los grupos, ¿son amantes? ¿Qué son esos abrazos? Si están desnudos lo que hacen tendrá que ver con la voluptuosidad. ¿Serán milenaristas? Viven en la inocencia pues no se tapan. Hay una pareja, en la que el hombre mira al espectador mientras empuja a la mujer como si de un tango se tratase. ¿Por qué mira al mirón?

En cuanto al sexo, hay cuatro piernas que, sugerentemente, salen de la concha del mejillón, y en el orbe central parece pasar algo indecente. Algunas mujeres tienen el abdomen redondeado. Pero no parece una orgía sexual sino de comer, paladear, succionar, esconderse, jugar y disfrazarse en y con las flores y la fruta. ¿Es una metáfora sexual? La fruta sugiere placer, como las bayas que brotan entre las piernas de un hombre, o el pájaro que se las da a un grupo ansioso de ellas, o el pato que mete una roja en la boca de otro hombre sentado en algo como un huevo. Parece un erotismo sutil y desviado. Los intercambios sexuales entre las parejas se hacen como si de vegetales se tratase. Hay una mariposa que liba en un cardo. Las frutas que comen son semillas o grupos de semilla. ¿A qué mundo lleva eso? Pues está claro que no es este. El plan del cuadro exige que el Bosco imaginase un tiempo fuera del tiempo, en ninguna parte, fuera de lo conocido y familiar, un imposible. Quizá haya un anhelo de volver a la edad dorada., un deseo de mostrar la pérdida de la ingenuidad, la inocencia perdida. Tal vez. Tal vez no hay ningún significado oculto. Y hay más, mucho más. Aquí sólo una pequeña muestra, para degustar. Sólo hay que saber mirar. ¿Qué hay en ese cuadro tan imaginativo, tan…?

Diego Jurado Lara

http://diegojlara.blogspot.com/

No hay comentarios: