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domingo, 28 de diciembre de 2008

MEDIMENTE

He aquí el último capítulo de la primera parte del libro MediMente, a publicarse en los próximos meses del año entrante, una vez finalizada su segunda y última parte.

Que lo disfruten y ¡Feliz Año Nuevo para Todos!

R. S.

La verdad sobre LA LEY DE ATRACCIÓN



No quería cerrar esta Primera Parte de MediMente sin hablar de LA LEY DE ATRACCIÓN. El título del presente apartado podría sugerir que vengo a desenmascarar una manipulada mentira. Pero no es así. Sus principios y preceptos son tan ciertos como nuestra propia esencia. Mi intención es aclarar dudas, precisar conceptos, echar luz en un controvertido tema que ha cobrado notoria promoción en los últimos tiempos y que según mis propias experiencias y conocimientos, data de al menos 40 años atrás. Quizás su origen sea aún anterior.

Existen variadas maneras de definir esta ya conocida "Ley de Atracción", la que en rasgos generales establece que los seres humanos somos como un imán y que como tal atraemos hacia nosotros mismos los iguales. Así es como lo que pensamos lo atraemos hacia nosotros y lo convertimos en realidad. De esta manera muy sencilla se nos pretende colocar en las manos una herramienta infalible la que, si utilizamos de acuerdo a las instrucciones, nos sabrá proveer todo lo que deseamos en la vida. La fórmula consiste en pensar, imaginarse, visualizar todo lo que se quiere obtener. Así lo atraeremos hacia nosotros. Pero las explicaciones sobre esta ley desean dejar bien en claro que se podrá atraer tanto lo bueno como lo malo hacia nosotros. Así es, porque si alguien por efecto de su continuo pesimismo piensa que todo le irá mal, que enfermará, que es una persona sin suerte, esto es lo que ocurrirá pues lo está atrayendo hacia sí mismo.

Todas las precedentes explicaciones me suenan casi idénticas al método de Control Mental de José Silva, que fue popularizado y difundido por todo el mundo en la década del 60, con la salvedad hecha de que las programaciones realizadas de lo que se quería obtener se efectuaban sobre una pantalla imaginaria visualizada mientras el individuo se encontraba al nivel "alfa" de su meditación. Cambiando un poco las formas externas de cómo poner en práctica la fórmula, yo encuentro que los principios de aquella técnica de meditación que aún hoy se continúan utilizando y los de la llamada "ley de atracción", son los mismos.

Pero además observo que actualmente en el nombre de esta ley se están llenando amplios volúmenes de bibliografía cuando los principios a utilizar son apenas unos cuantos y por demás sencillos. Lo que ocurre es que dichos textos se ven engrosados por una interminable exposición de ejemplos de gente contando de qué manera "esta ley" les cambió la vida, agregando una y otra vez la explicación de los mismos principios redactada de mil maneras diferentes.

Es mi opinión, que la reiteración de los mismos principios, que como ya dije, son muy fáciles de entender, agregando infinidad de casos de personas explicando lo felices que se encuentran luego de la aplicación del método, no redundará en una mayor posibilidad de éxito por parte de quienes todavía no lo han intentado, pero sí en aumentar considerablemente la venta y comercialización del maravilloso "nuevo" producto.

La pregunta sería la siguiente:

Si el antiguo "Método Silva de Control Mental", así como la novedosa "Ley de Atracción" encuentran tanto seguidores entusiasmados por el éxito logrado en sus vidas gracias a la práctica de dichos principios, como otros desilusionados clientes que luego de haber puesto todas sus esperanzas en las mismas enseñanzas, no lograron encontrar más que frustración y viven hoy sus vidas más desanimados que antes, ¿cómo podríamos asegurarle a la gente que aún no ha probado el método, que con total seguridad encontrará lo prometido y que no se trata de una enorme campaña publicitaria montada, bajo la cual yace una simple patraña?

He aquí mi respuesta a tan intrincado misterio:

Creo que la amplia difusión de la Ley de Atracción debiera incluir primeramente una minuciosa aclaración de la manera en que se debe realizar la práctica y ejercitación. Esto incluye no sólo la práctica física, activa, consistente en llevar a cabo como una máquina, los pasos enseñados, porque nosotros no somos máquinas. Debemos tener en cuenta nuestra parte constitutiva mental y espiritual, base y cimiento firme sobre la que sólidamente se apoyará dicha ley. De lo contrario, todo tiende a desmoronarse sin importar cuántos pensamientos positivos tengamos de lo que deseamos obtener. No existe ninguna cantidad de gente que se nos pueda mostrar contando el éxito de sus experiencias con dicha ley, que nos permita por ello lograr lo mismo para nosotros. Se trata de una experiencia personal, individual, que cada individuo deberá vivir a su manera.

¿Cómo se hace, por ejemplo, para explicarle a una persona que ha vivido toda su vida sumergida en el pesimismo por los motivos que fueran, para decirle que simplemente debe cambiar sus pensamientos y por arte de magia su vida cambiará?

Se trata de profundos actos de convicción, fe, absoluta confianza y verdadero sentido de la esperanza. Bastiones que la propia persona deberá sostener para lograr el cambio. Si no los posee deberá construirlos primero. No bastará con el simple acto intelectual y superficial de traer un determinado pensamiento a la mente, puesto que en ese caso, esta poderosa parte abstracta que poseemos, siendo pura fuerza energética, volará de un plumazo una y otra vez, todo pensamiento que le traigamos sin verdadera y absoluta convicción y creencia.

A la mente, se la puede dirigir y controlar, pero nunca se la podrá engañar.

¿Porqué es esto? Porque nuestra mente es parte constitutiva de la Mente Universal. Su energía es parte integrante de la energía global de todo el Universo. Es por ello que ambas se encuentran en permanente contacto aunque la mayoría de nosotros no nos percatemos de ello. Si logramos producir un pensamiento genuino, sustentado por una convicción y creencia férreas, basado en una completa e indestructible fe de que obtendremos lo que deseamos (se trate de algo material o de cualquier otra naturaleza y que no involucre a terceras personas que pudieran no estar de acuerdo con el pretendido cambio), este pensamiento estará formado por una constitución energética pura y limpia que conectada a su mismo par en el Gran Cosmos, producirá en realidad lo que ya está pero había que atraerlo hacia uno. Debemos entender que todo lo existente es energía, tanto los hechos que nosotros llamamos "reales", como los pensamientos, sueños, sentimientos, afectos, estados de ánimo y cualquier otra cosa que se nos pueda ocurrir, sea abstracta o concreta. Todo es energía. La diferencia existente entre nuestro pensamiento y la realidad concreta radica en su diferente constitución energética y holográfica que los ubica en distintas dimensiones. Para que nuestro pensamiento se vea convertido en realidad deberemos facilitar la conversión en el tipo de energía y entonces atraerla hacia la dimensión de lo que llamamos "realidad". Es por ello que no podemos engañar ni engañarnos. Existen siempre claras razones del porqué hay tanta gente que intencionalmente o no, tienen reiterados pensamientos que nunca se concretan a lo largo de sus vidas, mientras que otras ven concretarse hechos o situaciones cuando ni siquiera eran conscientes de estar atrayéndolos con su pensamiento. Éste, si es genuino, aunque el individuo lo viva de manera inconsciente, producirá su efecto, pues la conexión con el Cosmos es permanente y la sintonía que lo concretará en nuestra diaria realidad no requiere de su concientización por parte del mismo.

Como podrá observarse, no es tarea sencilla, pero allí está en nuestra realidad cotidiana para quien se anime a tomarla.

En síntesis, la Ley de Atracción existe, quizás más que cualquier otra cosa. Pero deberemos decidir despegarnos por un momento de nuestra ilusión terrenal para poder comprender en plenitud su grandiosidad y volver a nuestra limitada experiencia física una vez hayamos logrado atraer hacia nosotros sus beneficios. Si logramos creer todo esto sin sorprendernos podremos observar sus efectos con una mayor fluidez.

Es por la falta de conocimiento de lo expuesto que, por un lado crece la cantidad de adeptos considerando que esta ley les ha traído la salvación y la felicidad, y por el otro lado, los que decepcionados sienten que han sido estafados. He querido aquí rescatar las extraordinarias y auténticas cualidades beneficiosas de la Ley de Atracción, más natural que cualquier otra cosa, pero intentando que al lector le quede claro una vez más, que nadie puede ser ayudado si no comienza por ayudarse a sí mismo.

Rudy Spillman

SE DEJA EXPRESA CONSTANCIA QUE LOS CONSEJOS SUMINISTRADOS EN ESTE ARTÍCULO ESTÁN DESTINADOS AL PÚBLICO EN GENERAL Y DE NINGUNA MANERA EN FORMA INDIVIDUAL. CADA LECTOR ES ÚNICO Y ABSOLUTO RESPONSABLE DE SU DECISIÓN DE SEGUIR LOS MISMOS LUEGO DE VERIFICAR SU PROPIA SITUACIÓN Y ESTADO DE SALUD Y LA PREVIA CONSULTA CON EL PROFESIONAL FACULTATIVO.

El presente artículo contiene exclusivamente material informativo no debiendo ser interpretado como reemplazante de asesoramiento profesional alguno. Su contenido no presupone recomendación de tratamiento médico o alternativo de ninguna especie.

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