La Mente: Útero del Alma
Nos resulta fácil vernos como un ente corpóreo, cuyos vasos sanguíneos, cavidades, órganos internos, estructura ósea y músculos se encuentran revestidos y protegidos por una gruesa piel que nos mantiene unidos en un todo compacto y único. Todo dirigido a la perfección por un excelente maestro mayor de obras y director de orquestas a la misma vez: nuestro cerebro, protegido por una "carcaza ósea", la estructura craneana, que paradójicamente resulta ser la de mayor fortaleza de nuestro completo organismo.
Pero por más sencillo que nos sea ver, palpar y vivir éste, nuestro cuerpo físico, esto sólo sucede aquí y ahora. Con mucha suerte durará entre ochenta y cien años. ¿Y después qué?
Sin embargo, existe un "backup", yo diría, una versión original y no la imitación que nos representará durante aquellos años que solemos llamar "vida".
De la misma manera que nuestro cerebro, esa masa blanda repleta de surcos y formada por dos partes gemelas que conforman la unidad, se expresa a través de la mente, que es la única que nos puede llevar al paraíso de donde venimos; nuestro cuerpo físico lo hace por medio del alma. Nosotros somos nuestra
Si careciéramos de alma, ¿dónde alojaríamos ese enorme caudal del sentimiento más puro y genuino que poseemos y que es el amor? ¿En nuestro cuerpo físico? ¿Lo repartiríamos entre nuestros órganos? ¿Podríamos acaso llevarlo dentro de nuestras venas?
Existe absoluta incompatibilidad entre ambas dimensiones: la terrenal, finita; y la
Nuestro organismo físico y el cerebro no existen. Son una vulgar réplica.
Comúnmente, no nos recordamos a nosotros mismos antes de haber nacido y es probable que tampoco nos recordemos una vez terminado el ciclo terrenal de nuestras vidas. ¿Y qué más da? Creemos que nuestra vida terrenal es importante porque es justamente desde aquí que estamos pudiendo ver las cosas y de ninguna otra parte. No podemos entonces advertir que nuestro punto de percepción es completamente limitado por nuestra experiencia actual. No nos encontramos en el lugar adecuado para poder advertir lo importantes y grandes que somos. Ni bien dejemos este lugar, tiempo y dimensión, quedaremos anoticiados. Es probable entonces, que no recordemos este momento. ¿Qué pueden significar ochenta o cien años en una eternidad? Como para no olvidarse.
Les he presentado, intentando explicarlo, al original: el alma y la mente, suficientes para una eternidad. Pero solo pudiendo desconectarnos, aunque sea por un momento, de la dimensión a la que pertenecemos actualmente, es que podremos acaso entender correctamente estas dos mágicas partes que somos.
Rudy Spillman
SE DEJA EXPRESA CONSTANCIA QUE LOS CONSEJOS SUMINISTRADOS EN ESTE ARTÍCULO ESTÁN DESTINADOS AL PÚBLICO EN GENERAL Y DE NINGUNA MANERA EN FORMA INDIVIDUAL. CADA LECTOR ES ÚNICO Y ABSOLUTO RESPONSABLE DE SU DECISIÓN DE SEGUIR LOS MISMOS LUEGO DE VERIFICAR SU PROPIA SITUACIÓN Y ESTADO DE SALUD Y LA PREVIA CONSULTA CON EL PROFESIONAL FACULTATIVO.
El presente artículo contiene exclusivamente material informativo no debiendo ser interpretado como reemplazante de asesoramiento profesional alguno. Su contenido no presupone recomendación de tratamiento médico o alternativo de ninguna especie.
http://libroabiertorudyspillman.blogspot.com
Todos los libros, cuentos y trabajos
del autor poseen DESCARGA GRATUITA en:
http://stores.lulu.com/store.php?fAcctID=899114
http://www.scribd.com/people/documents/310971
No hay comentarios:
Publicar un comentario