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sábado, 4 de octubre de 2008

Derritiendo todos los hielos

No te ofendas si me enojo

¿Nos hemos preguntado alguna vez, porqué nos solemos ofender tanto cuando alguien se enoja con nosotros? A veces, simplemente por creer que somos nosotros los que tenemos razón. Y entonces," echamos más leña al fuego" y distanciamos aún más las posibilidades de una reconciliación. Y lo más grave es, que la descripta situación, por lo general se produce entre los seres que más se quieren. ¿No es una verdadera pena? Y si yo les dijera que cuando actuamos de dicha manera no sabemos lo que estamos haciendo ¿qué me responderían? Porque yo, en mi temprana juventud, y aún de niño, recuerdo haber sido extremadamente rencoroso, enojarme como "para toda la vida" si algo no me gustaba, si alguna reacción no me parecía la adecuada. Me recuerdo a mi mismo, apenas a los 5 años de edad, enojándome tanto con mi padre Q.E.P.D., sólo por haberme retado, que estaba dispuesto a no dirigirle más la palabra si no se me acercaba a disculparse. Y lo más triste es, que siempre se acercaba. El hacía todo de corazón. No podía saber cuánto se equivocaba, por supuesto, no por haberme retado sino por haberme luego pedido perdón. El destino, para asegurarse que yo no olvidara los hechos, se ocupó de que quedara registrado mi enojo en un viejo film de los años 55, en que festejábamos la llegada de los Reyes Magos, película que pude observar muchos años después y lamentar que por amor, mis padres me permitieran "llevar la batuta de la familia".

Y así es como he vivido una juventud plena de años de arrogancia, orgullo y autosuficiencia que si de algo me han servido fue para aprender que el primer dañado era yo mismo y entonces poder enmendarme y finalmente convertirme, en este sentido, en un individuo por completo opuesto a lo que fui.

Si alguien se ha enojado con nosotros debemos darnos cuenta que ello no significa que tenga razón sino, simplemente, que tiene derecho a enojarse.

¿Porqué mezclamos el contenido con el continente? ¿Porqué no podemos aceptar que alguien se enoje con nosotros, si ese es su derecho de acuerdo al análisis que correcto o no, él mismo ha realizado y que provocó su enojo? Ello nos permitiría "separar la hacienda" y poder así desarrollar nuestro propio análisis del contenido de la situación y decidir para nosotros mismos si en realidad hemos fallado, en cuyo caso podremos estar dispuestos a disculparnos, o si el error pertenece a la otra parte, la que podrá reconocerlo o no, también disculparse o no, y en última instancia podrá ofenderse con nosotros. Su enojo será siempre suyo. Nosotros no tenemos más que respetárselo y no dejarnos influir por un tema que, definitivamente, no es de nuestra incumbencia.


Rudy Spillman

http://libroabiertorudyspillman.blogspot.com

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