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miércoles, 25 de junio de 2008

TRATA DE NO FALLAR

Dicen, los que lo han sentido, que la pena mas grande que puede existir es la perdida de un hijo, yo tengo 3, sanos y activos, espero que no me toque sufrirlo, pero lo que si he vivido es la perdida de mi padre, los que tengan esta experiencia sabrán de lo que hablo.
Mi papa, se jubilo y se fue a vivir a otro país con mi mama, en ese lugar viven dos de mis hermanos, el resto (somos 8) vivimos dispersados en México, la noche que viajaron, fuimos mi hermana y yo, a dejarlos al aeropuerto, después de abrazos, besos, bendiciones y esas cosas, subieron al avión, en ese momento le dije a mi hermana que estaba seguro de que esta seria la ultima vez que los veríamos, ella solo lloro y me dijo que no estaba de acuerdo.
Para mantener a mi familia, tengo dos empleos, lo cual me mantiene lejos de m hogar todo el día, una noche, llego a mi casa, veo a mi mujer con los ojos llorosos, me ve, me abraza, gime y dice algo que no pude entender, la increpo desesperado y le pido que se calme, entonces escucho:
-Hablo tu mama….(silencio)…. Tu papa…..(otro silencio largísimo)…murió hace rato, abrazo, llanto, mis hijos no me habían visto llorar nunca, lloraron me abrazaron.
Que dolor tan fuerte, que pena tan grande, nada lo remedia, no se quita con nada, el cariño de mis hijos y el amor de mi mujer no bastaban para mitigarlo.
Continúa hablando (entre lágrimas y con la voz muy cortada)
-no te avise hace rato por que no quería que te pusieras mal y fueras a tener un accidente… no se que mas dijo… ya no la escuche.
Llegaron algunos familiares a llorar con nosotros, a acompañarme, también algunos amigos, entre todos ya era más fácil, que importante es que estén contigo, que te den su apoyo, no importa que no digan nada, solo verles y sentir que les molesta tu sufrimiento ayuda mucho.
Pero, ¿Dónde están los verdaderos amigos? Esos en los que siempre confiaste, si, esos, a los que siempre tendiste la mano, los que siempre te buscan por que saben que eres su amigo y estas para ellos en cualquier situación.
Volteas a la derecha y esta tu mujer y tus hijos; a la izquierda algunas personas que te tienen buena estima, incluso algún vecino que apenas conoces. Esta mi compadre, esta mi primo, mi tía, mi prima que hace dos meses sintió en su alma lo que me pasa ahora. Están mis compañeros de trabajo que no se, hasta la fecha, como se enteraron, mis hermanos al teléfono, mi madre desencajada, sin su compañero de tantos años, sola aun en medio de dos de sus hijos y cinco nietos, platicas que no se pueden sostener, llantos, gargantas anegadas. La mente hecha jirones por el torbellino de recuerdos, culpas, remordimientos. Y aquel comentario en la despedida martilla mi alma “estoy seguro de que esta será la ultima vez que los veré”.
Y de nuevo volteas y es entonces que notas la ausencia de la gente en la que te hubiera gustado apoyarte, no están, no vinieron, no se han enterado, pasas una terrible noche en un velorio sin el finado, sin la viuda, con tu dolor.
Extrañas exequias sin cadáver, no hay velas ni flores, solo un vacío terrible.
Pasan los días, van apareciendo los ausentes:
-Perdona, no tenia manera de ir a verte…..
-Discúlpame, no podía dejar a mis hijos solos…
-No fui por que a mi no me gustan esas cosas….
-Es que no hubiera resistido verte llorar…
Los miras sin verlos, los oyes sin escucharlos, y otra pena en tus hombros: no eres capaz de perdonarlos. A cada uno le podías haber respondido:
“Mil veces no tenias manera de ir a una fiesta y me pediste que fuera por ti o que te prestara dinero para un taxi”
“Cada reunión social de los sábados, dejas a tus hijos solos en tu casa solo procurando que no se acuesten sin cenar”
“Se que no te gustan esas cosas, a nadie le gustan, nadie va por gusto”
“Yo soy quien no entiende como resistió llorar tanto sin que estuvieras a mi lado”
Y cada pretexto se clava mas dentro de mi corazón herido, me hace mas profundo el dolor, quizá habría sido mejor que no explicaras nada, sin embargo, solo respondes: -No te preocupes, no hay problema y diciendo esto te sientes aun mas hipócrita que ellos, sabes que deberían preocuparse, que efectivamente hay problema, y grande, te fallaron, te traicionaron.
Es triste darse cuenta después de tantos años que realmente no todas las paredes son firmes, hay algunas feas, sin pintura, pero que no se han caído, algunas que casi nunca observas, pero que hoy las ves, están sosteniendo tu techo. ¿Y esas? Las mas bonitas, las que mas te habían gustado, cubiertas con tapiz y engalanadas con cuadros, si, esas, las preferidas. Esas… no aguantaron el temblor, se desplomaron, se hicieron polvo.
¿Qué aprendiste? Que hay que estar presente cuando alguien lo necesite, que hay que tratar de conocer mas al as personas que tienen acceso a tu alma o de plano restringir la entrada, también aprendí que el rencor se clava en tu cuerpo y no hay manera de desterrarlo aun que moleste vivir con el.

2 comentarios:

Cromagnon dijo...

Sin duda en los malos momentos es cuando se conoce a los verdaderos amigos.

Octavio Ponzanelli Ruiz the black charro dijo...

Asi es, y de verdad, en ese momento te llevas las peores bofetadas de tu vida, que no te pase