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jueves, 5 de junio de 2008

Cómo decidirnos por un método de meditación

(Continuación del artículo: INGRESO AL MUNDO DE LA MEDITACIÓN)

Existen numerosos métodos de meditación. Todos poseen un común denominador, cual es la liberación del individuo a través del desarrollo y utilización de las atribuciones de su propia mente, las que en su gran parte nos son aún desconocidas. Se ha comprobado que utilizamos un promedio del 4 % del potencial completo de nuestro cerebro. Albert Einstein llegó a aprovechar hasta un 12 % aproximadamente, del potencial del suyo. Quien luego de haber realizado las averiguaciones necesarias haya decidido comenzar una práctica seria sobre bases diarias (la única forma de obtener un rédito real y permanente de la meditación y los cambios que pretendamos en nuestra vida), deberá también decidir cuál es "la horma de su zapato" y elegir uno de entre todos los métodos y escuelas. Menuda tarea le espera, no sencilla en especial, pero deberá poner atención en los comienzos de la misma, sabiendo que podrá cambiar de método tantas veces como le sea necesario si cree descubrir haber equivocado la senda. Sería conveniente que tal descubrimiento lo hiciera en los principios de la práctica. Nada mejor que hablar con nuestra mente y nuestro cuerpo para saber si hemos elegido bien. Esto significa asumir una actitud contemplativa, serena y de concentración, en especial, luego de nuestras prácticas diarias. De esta manera, nuestro cuerpo y nuestra mente, se comunicarán con nosotros a través de símbolos (reacciones físicas y psicosomáticas) y, tarde o temprano, nos dirán a las claras qué es lo que debemos hacer.

El título del artículo sugiere quizás, que yo como maestro te ofreceré aquí mi opinión y consejo a los efectos de que te resulte sencilla la elección. Pero desde que en estos temas nada es sencillo, pues esto tampoco lo será. No soy maestro y tampoco daré consejos. Te ofreceré elementos que te permitirán pensar, discernir y en última instancia, tomar tu propia decisión asumiendo la totalidad de la responsabilidad. De esta manera comenzaremos bien.

Sin embargo, mis ya veintiocho años de práctica en meditación me permitirán darte una mano. En estos largos años sólo he utilizado dos métodos de meditación: Control Mental, de Silva, al cual he agregado el método de Emile Coué, basado en el poder de las palabras (y en los que me he inspirado para crear C.A.P.A., Corrector Anímico por Automensaje); y el segundo: la técnica VIPASSANA. A ambos temas me he referido aquí, con anterioridad, en uno de los artículos archivados bajo la etiqueta caratulada: MEDITACIÓN.

El primero de los métodos lo utilicé durante largos años de mi juventud y del mismo he obtenido importantes beneficios que permitieron cambiar mi vida para bien. El segundo, la técnica VIPASSANA, llegó a mi conocimiento hace tan sólo ocho años, cuando un día cualquiera, al levantar el tubo del teléfono que sonaba, escuché la voz de mi hija Verónica, en viaje hacía más de un año y que en aquella oportunidad nos llamaba de la India. Casi sin mediar saludo, escuché su grito alterado, pero de alegría:

- ¡Papá, encontré acá lo que vos tanto buscabas! ¡Bingo! ¡Se llama VIPASSANA, y está por todo el mundo!

Era verdad. Hacía más de quince años que yo buscaba alguna técnica que equilibrara nuestro mundo emocional, que nos arrastra a todos hacia donde quiere. Pero no sabía si existía. Entonces, contaba mis proyectos a mi mujer y a mis hijas. Desde aquella época y hasta hoy, VIPASSANA forma parte de mi vida cotidiana.

A esta altura de las explicaciones se hace menester enfatizar que no es mi intención en medida alguna, destacar las bondades de una en detrimento de la otra, puesto que estaría faltando a la verdad.

Ambas técnicas me han beneficiado y favorecido en diferentes etapas de mi vida y a las dos les estoy agradecido. Hago aquí referencia a las mismas, pues te explicaré los fundamentos básicos de cada una de ellas. Podrás advertir así, lo contrapuestas que son como técnicas, y sin embargo encontrar los principios básicos que las unen. Entre ellas, existe a tu disposición una amplia gama de métodos, sobre los que deberás averiguar, indagar y decidir tú mismo, si lo deseas. Sólo me atreveré a darte un consejo: no mezcles técnicas, porque pueda ser que ocurra como sucede con algunos medicamentos, que se potencian, neutralizan o hasta provocan a veces graves efectos secundarios cuando son suministrados en forma simultánea. Decídete por una técnica, y si luego consideras que te has equivocado y que no se ajusta a tus necesidades personales, abandona su práctica para comenzar con otra.

El Control Mental basa sus principios en que con el poder de nuestra mente y por medio de programaciones basadas en textos e imágenes, podremos cambiar todas las cosas en nuestra vida, sin excepción. Nuestros pensamientos y nuestros sueños son energía, de la misma manera que lo somos nosotros y lo es todo. Pero son energías en diferentes dimensiones. Através del método de Silva se intenta acceder a conectar entre las diferentes dimensiones llegando por medio de la meditación al nivel "alfa", conocido estadio profundo de nuestra conciencia, basado en la reducida cantidad de revoluciones cerebrales por minuto que efectúa nuestro cerebro cuando se encuentra entre la vigilia y el sueño, estado al que se induce por medio del método. No deseo extenderme en explicaciones innecesarias que nos llevarían a comenzar los estudios del método, tarea que no es la que nos hemos propuesto en este preciso momento. Sólo agregaré que una vez aprendido el mecanismo del método, deberemos cambiar en el nivel "alfa" todo lo que deseamos cambiar en nuestra vida y la de los demás (siempre que éstos estén de acuerdo con las programaciones) y estos cambios los podremos comprobar en el nivel "beta", que es el de la plena conciencia y la realidad. ¿Es posible que esto sea verdad o no? Ya veremos más adelante.

La técnica de meditación VIPASSANA, pareciera completamente opuesta. En rasgos generales, explica que todo en la vida está en permanente cambio (anitcha). También nosotros. Así como quien se zambulle dos veces en un río, no lo está haciendo la segunda vez en el mismo río en que lo hizo la primera, debido a que el agua corre y cambia en forma permanente, lo mismo sucede con nosotros mismos. Cada instante que transcurre de nuestras vidas, mutamos nuestro físico. Constantemente. Lo que ocurre es que los cambios son tan pequeños y rápidos, que no se encuentran bajo al posibilidad de nuestra percepción. Pero se ofrece una prueba irrefutable: si habiendo transcurrido veinte, treinta o más años de nuestras vidas, observamos una fotografía de cuando éramos pequeños o aun de sólo meses de vida, no nos reconoceremos en la misma persona. Esto demuestra que el cambio es constante e imperceptible. Sólo podremos advertirlo después de un prudencial tiempo transcurrido.

Luego de esa observación, la técnica VIPASSANA nos afirma no sólo que los cambios se dan en forma constante en todo el universo, sino que éstos son los que deben darse. Nada podemos ni debemos hacer más que observar. De esta manera, el alumno va aprendiendo a sentir ecuanimidad, lo que significa aceptar todas las cosas tal cual son, sin sentir "deseos" ni "rechazo" por nada, logrando una estabilidad anímica que no recibirá la influencia de las vicisitudes externas, logrando llegar a un estado de felicidad plena y absoluta, en camino hacia la llamada "iluminación".

Como habrás podido observar, ambos métodos parecen contradictorios. Mientras uno nos dice: "trabaja duro y con fe en tu interior (meditación) y podrás cambiar todo en el exterior"; el otro nos muestra que: "todo es como debe ser y que la completa felicidad la lograremos indagando en nuestra esencia de cambios constantes y aceptándolos tal cual son, quitando de nuestra mente la costumbre adquirida de "rechazar" o "anhelar", de "repulsar" o "ansiar". Aceptando que todas las cosas son tal cual deben ser y aprendiendo a observar esta realidad, reeducaremos nuestra mente, eliminando todos los "tsankaras", que son los vestigios de impurezas que se han ido alojando en lo más profundo de nuestra mente, merced a las enseñanzas y costumbres sociales.

Por medio de métodos opuestos ambas técnicas intentan llevar al individuo de la mano hacia una meta que les es común: la felicidad. Y ninguna de ellas se equivoca o al menos, no lo podemos saber con exactitud. Explicaré porqué.

El Control Mental requiere de completa fe, convicción y exactitud en las programaciones. ¿Qué es lo que esto significa? La persona debe estar segura de que lo que programa es realmente lo que desea. Esto pareciera obvio, pero si tú estás programando dejar de fumar y en realidad lo haces por satisfacer los requerimientos de tu esposa, y en tu fuero íntimo no deseas abandonar el cigarrillo (por ejemplo: porque te proporciona placer y no percibes que te cause daño; aunque te equivoques), el programa no funcionará. También debes tener fe. Si realizas la práctica pensando que todo es una patraña y que los milagros no existen, puedes pasarte la vida programando, pero nada resultará. Por último, en relación a la programación, tanto de textos como de imágenes, si no resulta precisa y exacta, tu mente estará captando otra cosa aunque tú no seas consciente de ello, y entonces el programa no funcionará. Éstos resultarán requisitos indispensables para producir el encuentro de los campos energéticos que se encuentran en diferentes dimensiones.

En síntesis, como se habrá podido apreciar, no es suficiente llenar el tanque de combustible para asegurarse que el carro funcione. Entonces, a una persona incrédula, no precisa ni exacta en sus actividades, fácil de desmoralizarse o falta de paciencia; o que reúna todas estas características a la vez, quizás le convenga buscar alguna otra técnica de meditación.

En relación a VIPASSANA, ésta es una de las técnicas que más esfuerzos requiere del individuo. Es necesario romper con hábitos, formas de pensar y de "sentir" que tienen sus orígenes nada menos que en la historia de la humanidad. El trabajo es arduo, largo y suele ser muy doloroso, debiendo realizar en los comienzos, verdaderos sacrificios. Si además, nos encontramos frente a una persona muy materialista (no en términos peyorativos sino como una realidad objetiva de su carácter) que no cree que se pueda, ni quiere abandonar los placeres conocidos de la vida, difícilmente pueda prosperar en esta disciplina. Lo más maravilloso de esta técnica consiste en que si uno logra romper las barreras de las dificultades físicas y logísticas en sus comienzos, y llega a la comprensión racional que le ofrece la pura lógica de sus preceptos, una vez embarcado en ella no tendrá mas que preocuparse de realizar la práctica tal cual está estipulada, los cambios se irán sucediendo en forma independiente de la voluntad del individuo, de una manera que pareciera milagrosa pero que no lo es, pues también encuentra su explicación. Lentamente, el individuo va perdiendo y mutando, frente a las situaciones y las cosas, el sentimiento de repudio o rechazo y el de deseo o atracción, que lo dominaban. Y encuentra que ya no añora ni sufre la falta de placeres. Es cuando la estabilidad emocional se instala en su espíritu. Pero como ya he mencionado con anterioridad, esto supone acercarse al final del sendero.

Entre estos dos ejemplos extremos de técnicas opuestas existe una variada gama de otras que deberán ser investigadas por quien lo desee a la hora de tomar una sabia decisión.

Las técnicas de meditación son sólo herramientas, no son la solución ni el objetivo en sí mismo. Por más que nos pese (y ya debiera dejar de hacerlo), es el individuo y sólo él, quien tiene la única llave de la felicidad en sus manos. Es como contar con un tenedor, un cuchillo y una cuchara. La utilización de cada uno de estos utensilios dependerá de lo que deseamos comer. (Continuará...)

Rudy Spillman

http://libroabiertorudyspillman.blogspot.com

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