Una dulce sensación, que mi cuerpo recorrió, emoción, admiración, esa hermosa línea negra no era otra sino yo. Estaba ahí, camuflado, en sus redondas letras y sus párrafos cuadrados.
Una serpiente sin ojos ni dientes, se adentraba, reptaba, sutilmente, negra y fina, se hacía fuerte en un mundo apaisado y sin colinas. De Oste a Este, de Norte a Sur, su paso era lento y también su amplitud.
Finalmente se detuvo, supo justo cuando hacerlo. Nunca más se movió, un pequeño punto negro, su avanzar por siempre frenó. De algún modo de mi ser había salido. Se podía pues decir que esas letras, esas frases, ese día habían nacido. No produjo, como un niño, tristes lloros ni lamentos. Nada propio de lo hallado en cualquier otro nacimiento. Llegó al mundo acompañada solamente del silencio.
3 comentarios:
Que lindo lo que has escrito. Hermosas las palabras e ingeniosa la manera de expresarlo.
¡Muy original! Te felicito.
Gracias :) me alegra muchísimo que te guste, porque soy de Ciencias puras y no he estudiado literatura. Así que sino es por los comentarios no se que tal se meda.
:)
Me ha gustado!!!
un saludo
flor
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