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sábado, 31 de octubre de 2009

La falta de humanidad con los animales



Me ha conmovido la estúpida y cruel forma de divertirse de unos chavales. Los quintos de Torreorgaz matan a una burra a patadas y con un palo en el recto.

Dudo que pueda existir circunstancia alguna atenuante para justificar una barbaridad así, pero al menos me gustaría entenderlo porque la crueldad con los animales es algo que me causa no solo tristeza sino perplejidad.

Me encantan los animales y para mí son como los hermanitos pequeños del ser humano.

No entiendo que alguien sea capaz de divertirse causando dolor y sufrimiento a un bendito animal como es el burro.

¿Acaso hay dos tipos de crueldad una para personas y otra para los animales? Yo creo que no. Crueldad solo hay una, y una persona cruel tiene más de bestia que de humano.

Me gustaría saber que clase de educación han recibido esos chavales. ¿Recibieron malos tratos físicos o verbales? ¿Tuvieron una infancia difícil? ¿Leyeron a Juan Ramón Jimenez? Bueno aunque solo sean una pocas líneas quiero dejarlas aquí a modo de protesta por lo sucedido a ese santo animal que es el burro.

(Del primer capítulo de 'Platero y yo' de Juan Ramón Jiménez)

Platero es pequeño, peludo, suave; tan blando por fuera, que se diría todo de algodón, que no lleva huesos. Sólo los espejos de azabache de sus ojos son duros cual dos escarabajos de cristal negro.

Lo dejo suelto y se va al prado, y acaricia tibiamente con su hocico, rozándolas apenas, las florecillas rosas, celestes y gualdas... Lo llamo dulcemente: "¿Platero?", y viene a mí con un trotecillo alegre que parece que se ríe, en no sé qué cascabeleo ideal...

Come cuanto le doy. Le gustan las naranjas mandarinas, las uvas moscateles, todas de ámbar; los higos morados, con su cristalina gotita de miel...

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