¿Por qué siempre he de ser yo el abandonado?
Me decía allí, parado solo y llorando en silencio; luego que mi novia se fue y dio todo por terminado.
Y en aquella plaza gigante, aquel día fatal, y justo en mi hombro; una vil paloma me pegó más hondo…
Y en aquella plaza gigante, aquel día fatal, y justo en mi hombro; una vil paloma me pegó más hondo…
No hay comentarios:
Publicar un comentario