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viernes, 4 de julio de 2008

El Soldado Misterioso

La siguiente es una historia real enviada por Hanna Azoulay, y cuyo texto ha sido traducido del idioma inglés. Su móvil principal es evitar abortos innecesarios en el Estado de Israel. Pero yo, personalmente, encuentro en este relato, uno más de aquellos misteriosos interrogantes sin respuesta que nos ayudan a apreciar que el amor y sus milagrosas ondas están siempre allí, aunque a veces nos parezca lo contrario. Y no importa cuanto tiempo uno deba esperar, la prueba siempre nos llega.

R. S.

¿Quién era el Misterioso Soldado que salió del hospital con tanta rapidez?

Yoni, un soldado de la Fuerza de Defensa de Israel estacionado en Hebrón, fue baleado por un terrorista árabe. Ocurrió muy temprano en la mañana, y no hubo en ese momento quien lo escuchara. Yoni perdió el conocimiento y sangraba
de manera constante. Su vida se encaminaba hacia un final silencioso.

Sin embargo, otro soldado estacionado cerca escuchó el disparo y se dirigió a
investigar. Él encontró a su compañero desangrándose a muerte.
Intentó lo mejor que pudo para detener la hemorragia y pidió ayuda.
Esperando que ésta llegara mantuvo la presión sobre la herida.
La vida de Yoni, literalmente, estaba en sus manos.

Yoni fue llevado a un hospital en Be'er Sheva, donde se lo sometió a
cirugía. Sus padres fueron notificados y se apresuraron en llegar al hospital.
Imagínense el miedo de los padres, a los que sólo se les había dicho "su hijo ha sido
herido y está en el hospital." Finalmente los médicos tranquilizaron a los padres de Yoni, haciéndoles saber que si no hubiera sido por la inmediata actitud de su compañero, el otro soldado, su hijo Yoni se habría desangrado. Y que se recuperaría favorablemente.
Los padres quisieron saber quien era ese soldado para agradecerle, pero éste había abandonado el hospital al enterarse de que su compañero estaba ya fuera de peligro, no dejando rastro alguno de su identidad.
Mientras se recuperaba en casa, Yoni y sus padres llamaron al Ejército para
averiguar el nombre del misterioso soldado. Pero el anónimo benefactor no había dejado sus datos a nadie. Se hacía imposible encontrarlo.
Entonces la madre de Yoni tuvo una idea.
La pareja tenía una tienda de comestibles en Kiryat Malachi (un pueblo cerca de
Ashkelon), por lo que decidió poner un cartel en la tienda, describiendo
lo que había sucedido, teniendo en cuenta que Israel es un país pequeño y con la esperanza de poder así encontrarlo.
Meses pasaron sin respuesta. Por último, una mañana cerca de un año
más tarde, una cliente notó el cartel colgado en la puerta del
almacén. La mujer recordó lo feliz que su hijo Yair fue cuando llegó a casa una
Viernes por la noche y les dijo cómo oyó un disparo y fue capaz de salvar la vida de
otro soldado en Hebrón. Luego de terminar su relato observaron que la historia concordaba. Las dos mujeres decidieron intentar comunicarse con sus respectivos hijos, a los teléfonos celulares, para reunirse todos en el almacén.
Afortunadamente, pudieron reunirse todos, incluyendo a lo padres, esa misma tarde en la tienda.
Fue un emotivo encuentro entre las dos familias. Los soldados relataron sus experiencias en el ejército y, por último, la madre de Yoni pudo dar las gracias a Yair por haber salvado la vida de su hijo, diciéndole: "Tú has salvado mi mundo". Pero la emocionada madre estaba lejos de saber que la historia no era completa.
Luego de tantas lágrimas y emotivos agradecimientos la madre de Yair pidió hablar fuera, a solas, con la madre de Yoni.

Una vez alejadas, la primera le pregunta a la segunda: "Mírame bien, ¿no me recuerdas?"

"No, ¿porqué, nos conocemos?"
A lo que la madre de Yair respondió. "Sí. Verás, hay una
particular razón por la que he entrado hoy en tu tienda … yo solía vivir aquí
y era cliente del almacén "
"¿De qué estás hablando? preguntó la madre de Yoni.

" Hace veinte años yo solía venir por aquí a comprar la leche y pan ...
Un día me notaste deprimida y fuiste muy agradable conmigo. Confié en ti. Te comenté que estaba pasando por un momento muy difícil, que estaba embarazada y planificaba tener un aborto. Tan pronto como mencioné la palabra "aborto", llamaste a tu marido y ambos, interrumpiendo el trabajo en la tienda, se sentaron y me escucharon con paciencia. Y recuerdo lo que me dijeron.
Que era cierto que yo estaba pasando por un difícil momento, pero
a veces las cosas buenas de la vida vienen a través de las dificultades, y las
mejores cosas nos llegan a través de las mayores dificultades. Me hablaron de
la alegría de ser madre y que la más bella palabra que uno puede escuchar de un hijo, en idioma hebreo es "Ima" (madre).
Hablaron y hablaron hasta que me convencieron de que debiera tener ese bebé. Y Dios los ha recompensado por ello.
"¿Qué quieres decir?" preguntó la madre de Yoni.

Tuve un niño hace veinte años, Yair, el que no estaría vivo si no fuera por ustedes. Él es el mismo soldado que ustedes han estado buscando para agradecerle el haber salvado la vida de vuestro Yoni.


Rudy Spillman

http://libroabiertorudyspillman.blogspot.com

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