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Esperamos que encontréis aquí respuestas a algunas de vuestras inquietudes y también un momento de esparcimiento, acompañados de la mejor literatura.

sábado, 9 de febrero de 2008

NO NOS LAVEMOS LAS MANOS (como lo hizo Poncio Pilato).

En uno de mis últimos libros publicado, hablo de ese apetito voraz que alguna gente tiene por endilgar culpas, no comprendiendo que, incluso en el caso, potencialmente egoísta, de pretender velar solamente por sus propios intereses, debería intentar hacerse cargo, tomar responsabilidades. Si bien esto parece ser una actitud más temerosa y audaz que el deshacerse de todo vínculo que lo responsabilice, a la hora de buscar resultados permanentes y calidad de vida interior, todo individuo puede y debe encontrar las manos de Dios en las suyas propias. Aun sin intención, se encontraría ayudando al prójimo.
Nuestro más profundo y primario sentimiento es egoísta. Y no está mal que así sea. Así es. Lo que no todos logramos advertir es que al brindar nuestro amor y ayuda a los demás podremos lograr un estado de éxtasis emocional y permanente que nos llevará a cumplir con nuestra más íntima necesidad: ocuparnos de nosotros mismos. A través del egoísmo logramos el efecto inverso, porque "nosotros" somos "el otro" y "el otro" es "nosotros". La práctica de tal egoísmo nos llevará a descubrir que "Todos" somos "Uno". Y que no existe la diversidad de intereses.

Rudy Spillman



¿DÓNDE ESTÁN LAS MANOS DE DIOS?

Cuando observo el campo sin arar, cuando los aperos de labranza están olvidados,
cuando la tierra está quebrada me pregunto..
¿dónde estarán las manos de Dios?
Cuando observo la injusticia, la corrupción, el que explota al débil;
cuando veo al prepotente pedante enriquecerse del ignorante y del pobre,
del obrero y del campesino carente de recursos para defender sus derechos,
me pregunto... ¿dónde estarán las manos de Dios?
Cuando contemplo a esta anciana olvidada; cuando su mirada es nostalgiay balbucea todavía algunas palabras de amor por el hijo que la abandonó,
me pregunto...¿dónde estarán las manos de Dios?
Cuando veo al moribundo en su agonía llena de dolor;
cuando observo a su pareja y a sus hijos deseando no verle sufrir;
cuando el sufrimiento es intolerable y su lecho se convierte en un grito de súplica de paz, me pregunto... ¿dónde estarán las manos de Dios?
Cuando miro a ese joven antes fuerte y decidido,
ahora embrutecido por la droga y el alcohol,
cuando veo titubeante lo que antes era una inteligencia brillante y ahora harapos sin rumbo ni destino,
me pregunto... ¿dónde estarán las manos de Dios?
Cuando a esa chiquilla que debería soñar en fantasías,
la veo arrastrar su existencia y en su rostro se refleja ya el hastío de vivir,
y buscando sobrevivir se pinta la boca y se ciñe el vestido y sale a vender su cuerpo,
me pregunto... ¿dónde estarán las manos de Dios?
Cuando aquel pequeño a las tres de la madrugada me ofrece su periódico,
su miserable cajita de dulces sin vender,
cuando lo veo dormir en la puerta de un zaguán titiritando de frío,
con unos cuantos periódicos que cubren su frágil cuerpecito,
cuando su mirada me reclama una caricia,
cuando lo veo sin esperanzas vagar con la única compañía de un perro callejero,
me pregunto... ¿dónde estarán las manos de Dios?
Y me enfrento a Él y le pregunto:
¿dónde están tus manos Señor? para luchar por la justicia, para dar una caricia,
un consuelo al abandonado, rescatar a la juventud de las drogas,
dar amor y ternura a los olvidados.
Después de un largo silencio escuché su voz que me reclamó:
"No te das cuenta que tú eres mis manos,
atrévete a usarlas para lo que fueron hechas,
para dar amor y alcanzar estrellas".
Y comprendí que las manos de Dios somos "TU y YO",
los que tenemos voluntad, el conocimiento y el coraje para luchar por un mundo más humano y justo, aquellos cuyos ideales sean tan altos queno puedan dejar de acudir a la llamada del destino, aquellos que desafiando el dolor, la crítica y la blasfemia se reten a sí mismos para ser las manos de Dios.
Señor, ahora me doy cuenta que mis manos están sin llenar, que no han dado lo que deberían dar, te pido perdón por el amor que me diste y que no he sabido compartir, las debo de usar para amar y conquistar la grandeza de la Creación.
El mundo necesita esas manos, llenas de ideales y estrellas, cuya obra magna sea contribuir día a día, a forjar una nueva civilización, que busquen valores superiores, que compartan generosamente lo que Dios nos ha dado y puedan al final llegar vacías, porque entregaron todo el amor, para lo que fueron creadas y Dios seguramente dirá:
¡ESAS SON MIS MANOS!
Maestra Kwan Yin
(Comunicación Cósmica)

3 comentarios:

Marta Lilián Molano dijo...

Es cierto Rudy, nosotros somos “Las Manos de Dios”. La paz no radica en las leyes o normas humanas; se gesta en el ser interno que a su vez depende de una fuerza superior. La fuerza suprema, perfecta que está a nuestro alcance a pesar de ser nosotros solamente mortales, cuya vida se desintegra como una breve flor; somos semejantes a un imperceptible átomo en la plenitud del universo. Y esto es solo parte de la infinita gracia de Dios. Que su mirada se pose en ti, en mi ... Que toda la grandeza de su perfecto amor y de su paz, espere en cada átomo llamado ser humano..... ¡Es mucho mas sublime de lo que mi mente alcanza a comprender!

Un abrazo
Marta Lilián

rudy spillman dijo...

A veces, no es suficiente con que ciertas cosas existan. Se hace necesario un vocero como tú que les permita cobrar vida.
Muy lindo lo que dices y cómo lo dices.
Un abrazo.
Rudy

Marta Lilián Molano dijo...

Apreciado Rudy:

A mi manera, ya lo he pregonado, igual que el sembrador de la parábola; algunas veces cae la semilla en pedregales donde no existe tierra para alimentarla, allí prepotente domina el astro sol llamado “Intelecto” que con la soberbia de sus rayos la desintegra. Otras veces cae entre cardos y espinos que la ahogan....Pero también algunas veces, la preciosa semilla cae en terreno fértil...Es allí, donde se convierte en fruto.

Un abrazo
Marta Lilián