Porque la realidad siempre supera a la ficción y los finales felices se disfrutan más.
Siempre he creído que las desgracias tienen una función importantísima, sin ellas la gente no avanzaría serían siempre igual. Si no te das con la piedra, no sueles pararte a pensar que hacer si te la tropiezas una segunda vez.
De todo lo malo hay que hacer lavado de conciencia e intentar sacar lo positivo que nos dejan. Lo malo es demasiado obvio como para hacer algo más que no sea intentar no pensar en ello. Así que yo procuro centrarme en lo positivo que toda desgracia trae consigo.
“Era se una vez un joven de suerte descomunal, al que todo salía bien y nunca le iba mal.
Un día como a todos, su suerte le cambio y supongo que por ese supuesto equilibro existente entre su Ying y su Yang, el cambio fue bestial, desproporcionado y desgarrador.
Un accidente de tráfico al hospital lo mandó y varios amigos allí también acabaron con pronóstico aún peor. Paso más de un mes y su fiebre subió los médicos no daban con el mal y al menos éste, misteriosamente desapareció. La pierna se fracturó en tres sitios: partió su pie, puntos en la rodilla llevó y su cadera del sitio sacó.
Todo fue debido a una furgoneta suicida que un Ceda el paso se saltó, lo que hizo cambiar de carril a un pequeño ciclomotor. Este, sin mirar ni indicar, el carril por el que venía el joven invadió. Tras un volantazo del asustado copiloto que bajo un acto reflejo actuó...contra un muro el coche acabó.
Los dos que iban atrás, en la UVI acabaron, y aún cuando del Hospital, tras más de un mes, el joven salió, ello siguieron hospitalizados, el tiempo paso y paso y uno de ellos semanas después también el Hospital abandonó.
Pero una chica, la otra pasajera, aún se quedó. El tiempo siguió pasando y no iba a mejor e incluso fuertes recaídas, cuando parecía que iba bien, sufrió. Los ánimos por los suelos, las ganas no existían, las Navidades no eran fiestas y el Año Nuevo una agonía.
Hace tan solo tres días de la UVI salió, ya está en planta mejorando, hablando, sola ya respirando y a todos demostrando que a la muerte venció.
¿Hace falta que diga que ese joven piloto, no era otro sino yo?
Hoy comparto mi alegría pero también mi experiencia porque no hay mayor mentira que esa que siempre nos contamos en silencio: “ A mí no me va a pasar.”
Aun quedan muchas partes: juicios, responsabilidades, ( Falto decir que furgoneta y moto a la fuga se dieron y que tendrá que ser el joven de la historia quien responda de todo.)
Pero os aseguro que eso ya para mí es otra historia. Esta ha terminado en el mejor de los finales, con una chica que ha luchado con uñas y dientes, una chica fantástica, bárbara y de quién hoy ha sido su cumpleaños. Felicidades Bárbara! , esta semana has sido tú quien nos ha dado el mejor regalo.
Como decía al principio me quedo con lo bueno, creo que desde ese día soy mejor persona en muchos sentidos, algunos amigos dicen que me he vuelto medio "loco" por uno de mis nuevos vicios, que no es otro sino, el de haber conocido la literatura, pues casi ni leía y el querer tener la mente ocupada, más el hecho de estar casi dos meses en cama, me hicieron devorar libros …y escribirlos.
No hay que bajar los brazos, mirar hacia delante siempre será mejor que hacerlo hacia atrás, pero hay que hacerlo con esos ojos que ya hoy son veteranos en la vida.
No podía escribir nada bonito aunque me hubiese gustado pero al menos comparto la experiencia.
6 comentarios:
Un abrazo de todo corazón!!!
flor
Gracias Flor, piensa que, de no ser de por ello, seguramente nunca me hubiese tropezado con vosotros. De ese amasijo de hierros, que en su día fue un Audi, salió un aspirante a aprendiz de escritor novato :)
Hola Víctor,
Me siento especialmente identificado con tu historia.
Mi caso es parecido al tuyo. Aunque desde siempre me había gustado escribir, nunca había pasado de relatos cortos que terminaban olvidados en algún cajón perdido.
Sin embargo, tuve un problema médico muy grave que me envió, como a tí, derecho al hospital. Los augures me eran adeversos y mi único refugio fue la lectura primero y la escritura después.
Estuve una año entero fuera de juego hasta que me recuperé (para asombro de los médicos), y una de mis medicinas más efectivas fue la escritura de una novela. Desde entonces no he parado de escribir.
Como verás, para mí, la escritura también ha sido un mi tabla de salvación y espero que lo siga siendo mucho tiempo.
Un saludo y no dejes nunca de escribir,
Juan Carlos
Si hay algo que he podido saber es que a muchas personas, dentro de las pocas que he llegado a conocer en este corto período, también les tuvo que suceder algo dramático para terminar usando la literatura en general como...no sabría decirlo, paño de lágrimas no, pero quizás sí colchón en el que poder descansar.
Por ello es por lo que ahora le doy tanta importancia, a algo que antes era solo una cosa más, entre otras muchas que el amplio abanico existente en el mundo nos ofrece.
Si tantos nos hemos "refugiado" aquí, como un niño al pasar miedo abrazado a la falda de su madre,es porque realmente tiene algo especial.
Así que no dudes de que siga escribiendo pues ya nunca lo dejaré de valorar.
Un abrazo!
No es la literatura lo que te hizo reponerte, sino tu carácter. Me alegra, no obstante, que te resultaran atractivos los senderos de las letras, ya que entre otras cosas estás aquí. Y sobre todo me alegra que todos estéis bien.
Un abrazo.
Estoy con Eduardo en su afirmación. Eso, creo, es así.
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