El Mayor Poder : La Palabra

Escrita o hablada, mal o bien pronunciada, enorme es el poder que otorga la palabra acertada.
Aquel que la usa bien, y sin demasiado desdén, consigue todo aquello que ansía para él.

Como la combinación de una caja fuerte, o cualquier otra clave cifrada, nada abre más puertas que las palabras adecuadas, en una frase bien colocadas.

Parlanchines, liantes, la usan bien los comerciantes, con ella, el poeta, consigue emocionarte.
Puede un político hablar sin parar y tan solo palabras juntar y justo al acabar, no haber dicho na de ná.
Discursos que emocionan y llegan, arrancan aplausos, palabras que envenenan.
Juntadas, liadas, trenzadas, como en una cadena ensambladas.
El que la usa bien, deja por mentiroso al sincero, héroe al cobarde, con él, el valiente pasa miedo. Un buen escritor, gana con ello dinero, otro como yo, que lo hago porque quiero, mantiene su saldo en cero, vacío el monedero.

Tal es su poder que podemos estudiar, toda una vida sin parar, una o dos carreras,
puede incluso que dos más, tres Master, cinco idiomas, entrevistas, ascensos, mil normas.
Y el tan solo pronunciar, unas palabras sin más, nos puede a la calle mandar para nunca regresar.

“Eres un miserable y me temo que ya lo sabes, esta será tu empresa, pero no te aguanta nadie.”

Solo unas palabras, solo unos segundos, nublarán años de esfuerzos, actos, carreras o pactos, que hasta el momento hayas logrado, pues tu serás desde entonces, por siempre vilipendiado.

Es tal el poder de la palabra, esa misma que enamora, se susurra, se grita, se llora,
por lo que, usadla bien pero con moderación, pues como dice la canción:
“Nunca digas nada que no sea más bello que el silencio.”
Al menos yo en ello pienso, cuando escribo lo que siento.

Víctor G.Pérez